Sociedad

Informe especial: Tigre: más allá de los countries, parte II

 

Escribe Camila Correa, Exclusivo para InfoBaires24

 

 En esta segunda parte de nuestro informe, InfoBaires24 te cuenta cómo es la realidad de los pueblos originarios que viven en Tigre y cuál es el entramado político detrás de este negocio.


Una nueva “Campaña del desierto”

Además del nulo interés por el impacto ambiental que producen estos emprendimientos, las empresas tampoco parecen considerar el carácter sagrado y antropológico que poseen algunos territorios, y no dudan en avanzar sobre ellos.

El barrio Santa Catalina fue construido sobre un “enterramiento humano indígena”, es decir, un cementerio milenario. El sitio arqueológico “Garín” -que lleva el nombre del arroyo de la zona-, se había identificado antes de que se construyera el barrio privado y se estima que tenía mil años de antigüedad cuando fue arrasado por la construcción del country de Eidico S.A, una de las principales constructoras.

Lo mismo sucedió con el sitio Sarandí, donde el empresario Eduardo Costantini desarrolló la ciudad pueblo de Nordelta, vecina a los complejos de Eidico. De ese sitio arqueológico se recuperaron restos de más de cuarenta cuerpos indígenas sepultados bajo los ritos de pueblos originarios precolombinos, lo cual hace suponer que cientos de cuerpos pueden haber quedado arrasados bajo el empredimiento inmobiliario.

Lo mismo pretendieron hacer con Punta Querandí, un espacio público de aproximadamente una hectárea, que también conserva restos arqueológicos indígenas de mil años de antigüedad. Pero aquí, los desarrolladores encontraron resistencia.

Hablamos con Valentín Palma Calamullo, un joven quechua, referente del Movimiento en Defensa por la Pacha, una organización de miembros de pueblos originarios urbanos, vecinos, ambientalistas, docentes y comunicadores de Tigre. “El MDP nace puntualmente por la problemática del sitio Punta Querandi, que estaba por ser destruido por el complejo VillaNueva de EIDICO S.A. Se forma en enero de 2009 porque en diciembre del año anterior, los arqueólogos que estaban asignados a proteger esta área, hacen un rescate financiado por la empresa del country y determinan, luego de 10 días, que el sitio estaba destruido y que no tenía ningún valor, ni era un objeto de estudio para la ciencia. De esta manera, liberaron el predio para que el dueño del country, Jorge O’ Reilly, disponga del terreno y haga una bahía para su complejo” cuenta Valentín y puntualiza: “Para el negocio inmobiliario, los sitios arqueológicos son un obstáculo, porque hay leyes nacionales que los protegen”. Pero, ante la complicidad científica, este punto parecía estar saldado y el argumento de estar avanzando sobre “un desierto”, parecía consolidarse. Frente a esto, el conjunto de actores movilizados decide emprender la lucha. “El 2009 transcurre viendo cómo hacer que el Estado entienda que el sitio debía protegerse. Hacíamos asambleas y encuentros quincenales en el lugar, con ceremonias, debates, formando estrategias”.

En enero de 2010, la situación se agravó. “El country se mete con las máquinas y arrasa el bosque con la intención de destruir todo. Entonces, decidimos pasar a la defensa activa del espacio, plantándonos frente a las topadoras y realizando un acampe permanente sobre la calle Brasil ”. Nada les fue fácil; tuvieron que soportar amenazas, – “los vamos a cagar a cuchillazos”, les decían los maquinistas de las topadoras-, agresiones, e incluso varios episodios donde los patrulleros locales se acercaban y se quedaban en allí, con las luces apagadas, presionándolos y obligando a los acampantes a mantenerse alertas durante la noche. Aun así, persistiendo en el lugar como método de protesta, marchando hacia los edificios de las empresas y al municipio, y cobrando relevancia en todos los medios de comunicación, este movimiento logró frenar el avance. “Por temor a un posible costo político, a fines de 2010 el municipio de Tigre interviene tibiamente y paraliza las obras. Fue un avance que Massa le suelte la mano a su socio, pero fue porque tuvimos la estrategia de visibilizar la problemática y dar la discusión con los vecinos”.

Con el primer objetivo logrado, los activistas decidieron levantar el acampe. “Desde que nos fuimos, muchos compañeros, como yo, empezamos a ser vecinos del paraje de Punta Canal. Hoy en día el lugar se recuperó y se lo mantiene público. Vienen pescadores, la gente de los barrios se mete al agua en verano, se hacen talleres culturales, ceremonias y encuentros indígenas, y tenemos la visita de muchas escuelas de todos los niveles, hasta han venido terciarios de Santa Fe” cuenta el joven, orgulloso.

 Punta Querandí es el Egipto en Buenos aires, pero ellos destruyen toda esta riqueza única, tanto cultural como de biodiversidad, pero predomina el negocio

 No obstante, el problema no está saldado. Aún queda pendiente el explícito reconocimiento por parte del Estado, para quedar a salvo de futuros avasallamientos. Ese es el motivo que guía su lucha hasta la actualidad. “Tenemos razón, tenemos el apoyo de académicos y geólogos, que es el que tanto nos piden porque parece que no alcanza con la demanda social, y aun así no se logra. Pero bueno, estamos hablando de mucha plata. ¨Punta Querandí es la única zona que les queda conquistar para unir los countries de Tigre con Escobar. Es lo que les falta para cerrar esta Miami de la que habla Massa” ironiza, al tiempo que dispara contra los empresarios: “En frente tenemos a una de las mayores desarrolladoras de barrios privados. Una empresa del Opus Dei, igual que Massa, muy poderosa. Son los mismos que en Villa La Angostura quisieron hacer un complejo de mil hectáreas con empresarios del macrismo, y los mismos que están acusados de incendiar los bosques de Cholila para desarrollar un emprendimiento” denuncia y continúa: “Con un incendio solucionaron el problema de gastar planta en camiones y máquinas para desmontar. Acá también ahorran: no gastan en el relleno sino que hacen lagunas artificiales de donde sacan la tierra para elevar el terreno”.

“Punta Querandí es el Egipto en Buenos aires, pero ellos destruyen toda esta riqueza única, tanto cultural como de biodiversidad, pero predomina el negocio” concluye.

Los socios de Massa

 Jorge O’Reilly Lanusse, es el fundador de EIDICO S.A, la mayor empresa inmobiliaria del distrito. Abogado de 45 años, proviene del linaje de Alejandro Agustín Lanusse, el último de los dictadores de la autoproclamada “Revolución Argentina”. Sus vínculos no son menores: está casado con Marcela Beccar Varela, descendiente de otra familia patricia, y uno de sus más ilustres parientes es el abogado Cosme Beccar Varela, cuyo estudio es acérrimo defensor y apologista de la dictadura.

En 2008, O’Reilly fue asesor del entonces jefe de gabinete, Sergio Massa. Miembro supernumerario del Opus Dei, fue hombre de enlace con la Iglesia Católica y la embajada de los Estados Unidos; de hecho, Wikileaks lo menciona como fuente.

EIDICO, “Emprendimiento Inmobiliario de Interés Común” nació en 1994, para construir uno de los primeros barrios privados del partido del delta: Santa María de Tigre. Pero su influencia excede la zona norte del conurbano bonaerense: levantó 34 mil unidades en once provincias del país, en Uruguay, Costa Rica y Estados Unidos.

Todos los testimonios consultados para este informe coinciden en la complicidad del Estado municipal con esta empresa constructora. El cambio de zonificación es la estrategia más utilizada por las desarrolladoras para avanzar con los emprendimientos, porque es la que genera las condiciones legales para poder llevarlo a cabo.

Evitando cualquier tipo de análisis sobre el impacto ambiental y el ordenamiento territorial, estas firmas empiezan el movimiento de suelos para producir las lagunas y recién después inician los papeles, que el intendente le aprueba frente a los hechos consumados. Los desarrolladores cuentan con la ventaja de la falta de una normativa seria y actualizada respecto a las acciones inmobiliarias. Los actores sociales, por su parte, solo pueden ampararse en parches de excepción.

Un ejemplo de ello lo constituye Colony Park. “Una verdadera vida”, “Desurbanizá tu vida en cinco minutos”, “evolución permanente” y “exclusividad”, eran algunas de las consignas que prometía este megaemprendimiento inmobiliario en la Primera Sección de Islas del Delta del Paraná. En el año 2008, con la complicidad municipal, la empresa comenzó las obras, arrasando a las veinte familias que vivían allí. Sus casas fueron sospechosamente incendiadas o derribadas, obligándolos a exiliarse.

Gracias a la fuerte oposición de organizaciones sociales y ambientalistas, el proyecto fue detenido en 2011, en el marco de una causa judicial radicada en el Juzgado Federal 1 de San Isidro.

 En el año 2008, con la complicidad municipal, la empresa comenzó las obras, arrasando a las veinte familias que vivían allí

 Este caso es nombrado por las organizaciones como un ejemplo del triunfo de la presión popular frente al avance de este negocio. Pero, lamentablemente, no es lo regular. De hecho, mientras el proyecto de prohibición de los barrios cerrados sobre humedales está cajoneado, hace unos días el Frente Renovador presentó en el Concejo Deliberante una nueva excepción al Código de Planificación que permitirá la construcción del mega proyecto inmobiliario “Remeros Beach”. Con el cambio de zonificación, que se aplicaría solamente a un predio de 170.000 m2, el valor del terreno aumentaría un 210%; a través de esta excepción y sin colocar un ladrillo, el municipio les generará a los propietarios una ganancia extraordinaria de 25.385.000 dólares.

El Frente para la Victoria de Tigre se opuso rotundamente a su aprobación, pero, como el Frente Renovador tiene la mayoría en el Concejo, la reforma fue aprobada. El tema fue elevado al Concejo Deliberante dado que constituye una excepción a la normativa vigente, pero, de todas formas, el intendente Zamora ya había autorizado la ejecución de la obra, sin ningún tipo de estudio sobre el impacto ambiental ni las consecuencias sobre la problemática de las inundaciones.

Martín Gianella, pre candidato a intendente de Tigre y Secretario General del Frente para la Victoria, denunció que “mientras miles de vecinos de Rincón de Milberg y de todo Tigre sufren por las inundaciones, y exigen que frenen los barrios privados, este intendente aprueba negocios inmobiliarios sin ningún control y contra la normativa vigente. Es una nueva muestra de la entrega de la planificación urbana a manos privadas por parte del Municipio, que sostiene la misma práctica que el ex intendente Sergio Massa”.

Por su parte, los dirigentes massistas compararon esta iniciativa con el Plan PRO.CRE.AR: “El plan Procrear es un plan mínimo. Al menos en Tigre, tiene escasas viviendas realizadas. Esta iniciativa cumple con todos los indicadores del Procrear. Si una empresa decide construir a su propio riesgo más de 2170 viviendas en nuestro partido, me parece imprudente frenar su realización”, lanzó el edil Carlos Samyn Ducó.

Federico Ugo, el presidente del bloque de concejales del Frente para la Victoria, respondió a esta afirmación, diciendo que “En Tigre tenemos unos de los índices más altos de déficit habitacional de toda la zona norte y el Frente Renovador tiene el descaro de argumentar que, con este barrio privado súper lujoso y exclusivo, van a resolverlo”. En diálogo con El Argentino Zona Norte denunció que “no hay políticas sociales para el acceso a la vivienda. En 8 años hicieron menos de 100, mientras que el gobierno nacional con el PROCREAR ya construyó 450, además de los barrios completos que se impulsan con el Plan Federal de viviendas en Troncos, San Pablo, Garrote y Rincón”.

Un proyecto político excluyente

Este modelo urbanizador profundamente excluyente se enmarca en una gestión municipal que sigue la misma línea. El último censo nacional indicó que solo el 17% de los hogares en Tigre tienen desagüe cloacal, menos de la mitad de la media provincial. Asimismo, sólo el 64% tiene agua corriente, contra el 75 por ciento de la provincia. Los hogares conectados a la red de gas llegan al 65 por ciento en la provincia, mientras que en Tigre sólo la mitad de los vecinos tiene esa conexión. Sin embargo, el municipio maneja un presupuesto que supera ampliamente a la media del resto.

En la vereda de en frente, mansiones de lujo y lagunas artificiales. El municipio está totalmente presente como facilitador del avance de los barrios privados sobre el espacio público, pero se ausenta en su función de redistribuir el territorio y garantizar el interés común de la mayoría de los ciudadanos. En definitiva, sigue respondiendo a la lógica de los ’90: se favorece a un sector en detrimento de otro.

Esto nos lleva inevitablemente a cuestionar las voces que afirman que el neoliberalismo es una fase agotada. El modelo aún vive en municipios como el de Tigre, donde las clases populares, con sus casas inundadas y sin poder acceder a los servicios más básicos, están condenadas a observar como sus vecinos, del otro lado del paredón, practican deportes náuticos y disfrutan de la naturaleza.

Aun así, la lucha de los vecinos se consolida y son cada vez más los que toman consciencia del avasallo a sus derechos, y deciden sumarse al reclamo. La última manifestación se realizó el domingo 31 de mayo, frente a Nordelta, como emblema iniciador de este fenómeno.

¿No te enteraste? ¿Por qué? La respuesta es simple: los diarios de mayor tirada nacional -Clarín y La Nación-, editan el suplemento “Country”, donde promocionan constantemente este negocio inmobiliario que no para de crecer. Forman parte de la misma corporación, y responden a los mismos intereses. Por lo tanto, los vecinos de Tigre son ocultados por un paredón, pero también por un blindaje mediático que los invisibiliza constantemente.

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