La política en el contexto de la psicopatía y el poder
Entrevista a la Dra. Clarisa Pallaro, abogada y especialista en psicopatías
El perfil psicológico: ¿Qué características de personalidad (encanto superficial, grandiosidad, falta de empatía, manipulación) son comunes y cómo se potencian en posiciones de liderazgo?
La psicopatía y el poder están estrechamente relacionados, ya que la búsqueda de poder, control y dominio es una característica central de la psicopatía.
Las personas sin conciencia, típicas de la psicopatía, no son enfermas mentales o trastornadas, aclara la entrevistada. «El psicópata es un depredador de su propia especie»
En esta nota de alto impacto, Juan Carlos Romero López sostiene una conversación reveladora y necesaria con la Dra. Clarisa Pallaro, abogada y una de las especialistas en psicopatías más prestigiosas a nivel internacional. ¿Alguna vez te preguntaste por qué algunas personas con un poder absoluto actúan con una frialdad y falta de escrúpulos que nos resulta incomprensible?
Desmontando mitos: No todos los psicópatas son asesinos seriales. La Dra. Pallaro explica cómo la psicopatía se manifiesta con frecuencia en las altas esferas del poder.
El perfil psicológico: ¿Qué características de personalidad (encanto superficial, grandiosidad, falta de empatía, manipulación) son comunes y cómo se potencian en posiciones de liderazgo?
Mecanismos de control: Cómo los individuos con estos rasgos logran ascender en estructuras corporativas, políticas y sociales, dejando a su paso un reguero de relaciones tóxicas y decisiones deshumanizantes.
«El poder político atrae al psicópata. Robert Hare, el experto que estandarizó el test de diagnóstico de la psicopatía, afirmaba que “aunque muchos políticos son mentirosos a secas sin ser forzosamente psicópatas, la política es un medio fantástico para que se desarrollen los psicópatas, el mejor ambiente, el ideal”.
Evidentemente, la inmensa mayoría de las personas que se dedican a la política son perfectamente normales y muchos tienen vocación de servicio, pero, dado que los psicópatas tienen una necesidad hipertrófica de poder y prestigio, son especialmente atraídos por la actividad que más poder permite ejercer y que, además, paradójicamente, menos requisitos objetivos (morales o profesionales) exige para ejercerlo.» (fuente: Psicópatas, poder político y Estado de Derecho) https://www.fpcs.es/wp-content/uploads/2020/01/Psicopatas-poder-politico-y-estado-de-derecho.pdf
Análisis de casos
La Dra. Pallaro, con su extensa trayectoria, comparte reflexiones sobre figuras históricas y contemporáneas que encajan en este peligroso perfil. Un llamado a la conciencia: Cómo podemos, como sociedad, identificar estas dinámicas y proteger nuestras instituciones y nuestra salud mental colectiva.
«El poder ha fascinado y perturbado a la humanidad desde tiempos inmemoriales. Si bien el liderazgo es esencial para el funcionamiento de las sociedades, la historia revela que las cualidades que elevan a los individuos a posiciones de autoridad no siempre se alinean con el bien común. Rasgos como la crueldad, la manipulación y la falta de empatía —características propias de la psicopatía— suelen otorgar a los individuos una ventaja en sistemas competitivos y jerárquicos. Sin embargo, cuando tales rasgos no se controlan, pueden causar un daño significativo a las mismas instituciones a las que estos líderes deberían servir. » (medium.com)
La psicopatía es un trastorno de la personalidad caracterizado por rasgos como el encanto superficial, la falta de empatía, la manipulación y la propensión a asumir riesgos y engañar (Hare, 1999). Si bien la psicopatía suele asociarse con la conducta delictiva, un subgrupo de individuos con estos rasgos —los llamados «psicópatas exitosos»— destacan en entornos corporativos y políticos, donde su encanto y crueldad les proporcionan una ventaja competitiva (Babiak y Hare, 2006).
Entre los rasgos comúnmente asociados con la psicopatía en el liderazgo se incluyen:
- Manipulación: La capacidad de influir en los demás para obtener beneficios personales, a menudo a expensas de la honestidad o las consideraciones éticas.
- Encanto superficial: Una actitud carismática que enmascara la falta de conexión o empatía genuina.
- Grandiosidad: Un sentido exagerado de autoimportancia y derecho a todo.
- Falta de remordimiento: Una capacidad disminuida para sentir culpa, que permite realizar acciones poco éticas o dañinas sin consecuencias emocionales.
- Impulsividad y toma de riesgos: Disposición a emprender acciones audaces, a menudo temerarias, para lograr objetivos.
Estos rasgos, aunque perjudiciales de forma aislada, pueden paradójicamente beneficiar a los individuos en entornos competitivos al permitirles superar a sus rivales y parecer decisivos en situaciones de crisis.
