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LA MESA DE LOS CENADORES: LA PATRIA EN DISPUTA

En una Argentina tensionada entre la entrega y la reconstrucción, los Cenadores vuelven a reunirse. El país arde entre tarifazos, represión, dependencia financiera y resistencias populares. Desde la memoria viva del movimiento nacional, Perón, Cooke, Ferla y Cafiero regresan a la mesa para iluminar el presente, mientras los compañeros del siglo XXI ponen sobre la mesa los desafíos inmediatos de una democracia sitiada por el ajuste y la humillación externa.

En la mesa de los Cenadores, un grupo de compañeros se reúne cada semana para examinar la situación crítica que atraviesa Argentina. Con el dueño de casa como anfitrión, acompañado por Miguel, Fernando, Hipólito, Diego, Tony y otros, la conversación no se limita al presente: cada semana, Perón, Cooke, Ferla y Cafiero emergen desde el pasado para sumarse al debate, ofreciendo memoria histórica, reflexión y propuestas concretas para enfrentar la crisis.
La discusión abarca la economía, la industria, el agro, la deuda, la soberanía, la salud, la educación, la cultura y la tecnología, siempre desde una mirada política que conecta datos con acción social y estrategias de transformación. La mesa no es solo un espacio de análisis; es un laboratorio de ideas políticas, donde la historia y la experiencia se encuentran con la urgencia del presente para trazar caminos que fortalezcan al pueblo y defiendan la democracia.

El anfitrión levantó lentamente la copa, y con voz firme, pero cargada de intensidad, rompió el silencio: —Compañeros, la patria está en disputa. Y no hay tiempo que perder.

MIGUEL: Otra jornada de represión frente al Congreso. Gases, palos, un jubilado fracturado. ¿Qué significa este uso sistemático de la fuerza estatal contra el pueblo?

PERÓN: Significa que el poder ha perdido autoridad. La represión es siempre la confesión de un fracaso político. Cuando el gobierno no puede convencer, golpea. Pero el látigo no ordena: humilla. Un Estado que levanta la mano contra su pueblo ha dejado de representarlo. No es un error táctico, es un modelo de dominación. Y ese modelo hay que desarmarlo con organización popular y con conciencia nacional.

FERMÍN: El economista Arriazu dijo que el destino electoral del gobierno depende de la ayuda de Estados Unidos. ¿Qué lectura hacen de esa dependencia abierta?

Ya no necesitamos un interventor extranjero: tenemos economistas que hablan por ellos

COOKE: Es la forma más burda y más clara del coloniaje moderno. Ya no necesitamos un interventor extranjero: tenemos economistas que hablan por ellos. La dependencia financiera se convierte en dependencia política, y la dependencia política, en servidumbre moral. Lo grave no es que necesiten el dinero de Washington; lo grave es que han renunciado a pensar una Argentina sin tutores. Y cuando un pueblo deja que otros piensen por él, empieza a desintegrarse como nación.

FERNANDO: Hoy llegó James Dimon, el CEO de JP Morgan, a “jugar la final” en la Argentina. ¿Qué expresa esa escena?

FERLA: Expresa que ya ni se disimula quién gobierna. Vienen los dueños del capital a supervisar el botín. Cuando la política se convierte en gestoría de intereses externos, el pueblo deja de ser ciudadano y pasa a ser cliente. La democracia se vuelve decorado, un rito vacío. El país se transforma en una empresa quebrada, donde el balance importa más que la dignidad.

HIPÓLITO: Algunos dicen que en el acuerdo con Estados Unidos por respaldo financiero hay también interés en nuestro uranio. ¿Qué representa eso?

PERÓN: Representa el corazón mismo de la cuestión nacional. El uranio no es un mineral: es soberanía energética, independencia tecnológica, poder estratégico. Si lo entregan, entregan el futuro. La Argentina no es pobre, ha sido empobrecida por quienes confunden la apertura con la entrega y la cooperación con la obediencia. Nadie nos va a respetar si no nos respetamos a nosotros mismos.

DIEGO: La CGT finalmente salió a rechazar la reforma laboral. ¿Qué lugar le queda al movimiento obrero en este contexto?

CAFIERO: El movimiento obrero es la columna vertebral de la Nación. Pero una columna no sirve si el cuerpo está arrodillado. El desafío no es solo resistir la reforma: es volver a plantear un proyecto de país donde el trabajo sea el eje de la economía y no su variable de ajuste. Las organizaciones sindicales tienen la obligación histórica de recuperar la iniciativa política, no de mendigar migajas en mesas técnicas.

TONY: Salvarezza denunció la paralización del radiotelescopio chino-argentino y dijo que es “otro capítulo en la cancelación de la ciencia nacional”. ¿Cómo lo interpretan?

FERLA: Cancelar la ciencia es cancelar el futuro. Es impedir que el país piense, que investigue, que se mire al espejo de su inteligencia. Un pueblo que depende del conocimiento ajeno está condenado a obedecer. La ciencia argentina fue símbolo de dignidad y de soberanía. Hoy la quieren convertir en souvenir de museo.

MIGUEL: Se viene un fuerte tarifazo. La energía se dolariza, los servicios se disparan. ¿Qué lectura hacen de esto?

PERÓN: Detrás de toda política económica hay una concepción del ser humano. Cuando se dolariza la energía, lo que se dolariza es la vida del pueblo. No hay patria posible con el hambre como precio de equilibrio. La economía debe estar al servicio del bienestar general, no de los balances empresariales. Lo demás es colonia.

La economía debe estar al servicio del bienestar general, no de los balances empresariales. Lo demás es colonia.

FERMÍN: Una de las grandes sociedades de bolsa está al borde de la quiebra. ¿Qué muestra eso del modelo financiero?

COOKE: Muestra su esencia: la especulación no produce riqueza, la concentra. El mercado no se regula: se devora. Es el mismo proceso que destruyó la industria y vació el país. No hay nación sin producción, ni producción sin justicia social.

FERNANDO: Kicillof cruzó a los gobernadores de Provincias Unidas y los llamó “viudos del modelo Milei”. ¿Qué está en juego ahí?

CAFIERO: Está en juego si la política se reconstruye desde la dignidad o desde el oportunismo. Los gobernadores no pueden ser espectadores de la entrega ni contadores de los fondos que les giran. La reconstrucción del país no vendrá de los que calculan, sino de los que creen. Si no hay proyecto nacional, sólo hay administración del saqueo.

HIPÓLITO: Desde la Rosada reconocen que buscan recomponer con las provincias y que “no hay margen para cagarlos”. ¿Hay margen para un acuerdo verdadero?

PERÓN: Hay margen, pero depende del punto de partida. No puede haber pacto nacional sin soberanía ni unidad nacional con sometimiento. Los acuerdos no sirven para sostener el modelo que destruye al pueblo, sino para reconstruir la Nación sobre bases nuevas: justicia social, independencia económica y soberanía política.

DIEGO: Y Cristina Kirchner reapareció diciendo que “el experimento libertario fracasó”. ¿Coinciden?

FERLA: Fracasó, sí, pero no sólo Milei. Fracasó la idea de que un país puede gobernarse sin política, sin pueblo, sin Estado. Quisieron reemplazar la esperanza por la contabilidad. Hoy la gente vuelve a mirar hacia la política porque entiende que el futuro no se compra ni se vende: se construye.

TONY: Entonces, frente a todo esto —represión, entrega, tarifazo, deuda, y elecciones a la vista—, ¿qué mensaje le dejarían al pueblo?

PERÓN: Que este 26 de octubre no es una elección más: es una encrucijada histórica. El voto no es sólo un papel: es un acto de soberanía. Cada urna es una trinchera. No se trata de Milei ni de Cristina, ni siquiera de partidos. Se trata de la Argentina.

Tenemos que llenar las urnas de votos, pero sobre todo de conciencia. Votar es decidir qué tipo de país queremos ser: uno sometido al extranjero o uno libre, justo y soberano.

Porque el tiempo de la queja terminó: comienza el tiempo del protagonismo. Un protagonismo que exige dejar atrás diferencias, egos e individualismos para poner el cuerpo y la palabra al servicio de un proyecto común. Los dirigentes políticos, sociales y sindicales deben estar a la altura de los acontecimientos. Es con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes.

La historia vuelve a interpelarnos, y esta vez no habrá espectadores: todos serán parte de la batalla por el destino nacional.

Porque solo la organización vence al tiempo, y solo el pueblo salva al pueblo.

«La historia no se borra, la memoria no se clausura, la justicia no se negocia, la soberanía no se entrega y la apatía es la derrota que ningún pueblo puede permitirse.»

José “Pepe” Armaleo – Militante, abogado, magíster en Derechos Humanos, integrante del Centro Arturo Sampay y de Primero Vicente López.

 

 

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