Córdoba: desnutrición, abandono de persona y una casa a punto de derrumbarse
Vecinos de la localidad de Río Segundo viven en total abandono. Se trata de 2 personas, entre ellos un hombre no vidente y otro hombre con discapacidad, que no pueden valerse por sí mismos y son socorridos por los vecinos que escuchan gritos y alaridos por la noche. Desde el Municipio no hay respuestas y sólo los asisten con fideos y arroz 3 veces por semana.
Río Segundo, localidad situada a 36 kilómetros de la provincia de Córdoba, es nuevamente noticia. Esta vez, por un caso de extrema indigencia, desprotección del Estado y abandono de persona al tratarse de dos hombres -Carlos Alberto García (quien presenta problemas psiquiátricos que tendrían que ver con la explosión de una granada mientras se encontraba en la Armada Argentina) y Domingo García (que se encuentra prácticamente ciego producto de su diabetes) que sólo son socorridos día a día por los propios vecinos del barrio.
Según contó a este medio Liliana Puglisi, quien los conoce hace años y asegura que son excelentes personas, el 5 de marzo presentó una nota por mesa de entrada a la Municipalidad pidiendo por favor que solucionen “humanamente y con urgencia este grave problema”. No tuvo respuesta, por lo que en junio se dirigió nuevamente al municipio donde fue derivada al área de Medio Ambiente y el director, Juan Carlos Carrizo, la derivó a su secretaria quien le manifestó que la nota presentada no estaba.
Hoy en día, los vecinos denuncian que los gritos y alaridos de estos hombres pidiendo un poco de comida o de agua por la noche son estremecedores y que -aparentemente- desde el Centro Integrador Comunitario (CIC) sólo les llevan comida 3 veces por semana. Este medio pudo dialogar con uno de los hombres y comentaron que les llevan principalmente arroz y fideos.
Además, según comentaron las fuentes, a principios de este año, una tormenta con fuertes vientos provocó el derrumbe del techo de una parte de su casa, lo que podría haber terminado en una tragedia. Del resto de la vivienda se puede observar la fragilidad de las paredes y el peligro inminente de que -ante otro episodio natural parecido- ocurra un desmoronamiento. Otra de las problemáticas que presenta la situación es que al fallecer un sobrino que se encargaba de cortar el césped, estas personas no tienen quien pueda ayudarles a mantener la vivienda en condiciones dignas, por lo que el crecimiento desmedido de las malezas y la poca higiene que presenta el lugar, provoca la proliferación de insectos, roedores y demás complicaciones para los que habitan la casa y sus vecinos de la cuadra.
Es que en la provincia corazón de nuestro país, de pampa húmeda, soja y agroindustria en general, el hambre azota a los que menos tienen y profundiza la desigualdad social: son los propios riosegundenses los que se están organizando para llevar carne, frutas y verduras; aunque otro problema aparece en ese caso: a esta familia les roban las garrafas porque no hay gas natural. Incapaces de poder defenderse, usar teléfonos celulares o contar con cosas elementales para la subsistencia, estas personas habitan la misericordia del pueblo mas no del Poder Ejecutivo ni tampoco del Poder Judicial, que hasta el momento no habría dado señales tampoco.
Un ajuste por los que menos tienen
Sin embargo, al parecer sí habría suficiente dinero para pautar notas con medios provinciales para lavar la imagen. Estamos hablando del intendente Darío Chesta, que en la semana gozó de una nota periodística en el diario Perfil, en donde se ve elogiado su ajuste del “50% de la planta política” y el “congelamiento” de los sueldos. De lo publicado se desprende que quedarían sólo cuatro Secretarías conformadas (Secretaría de Finanzas; Secretaría de Obras y Servicios Públicos; Secretaría de Prevención y Seguridad y Secretaría de Gobierno). Pero no todo ajuste es bueno ni real: si el verdadero recorte se da en trabajadores precarizados, que pasaron de ser jornalizados a becarios, y si se sospecha que los integrantes de anteriores secretarías estarían recibiendo contratos por debajo de la mesa, quizás más que una medida a favor del pueblo se trata de una movida de marketing político.
Más aún, en un contexto donde el hambre crece en una ciudad que tiene molinos harineros, frigoríficos y plantas alimenticias como Georgalos, ¿por qué no hay un gabinete interdisciplinario funcionando correctamente? ¿dónde está la asistencia social, psicólogos y nutricionistas? por mencionar algunos profesionales indispensables.
Mientras el gobernador Martín Llaryora plantea en sus redes sociales que Córdoba es una provincia industrialmente pujante y Juan Schiaretti promueve una campaña política focalizada en el slogan “Juan es Córdoba”, habría que preguntarse si entonces Juan Schiaretti es hambre, desnutrición, abandono sistemático de personas, casas a punto de derrumbarse sobre ancianos y jóvenes.
En Córdoba, al menos, por ahora, el pueblo está salvando al pueblo y los riosegundenses -a la deriva- haciendo colectas para acercar alimentos. Todo, en el corazón de la Patria sojera.
