BULLRICH, MACRI, MILEI, CAPUTO, MILMAN
La construcción política y mediática detrás del intento de magnicidio que los catapultó al gobierno
El 2021 fue un año fundamental para la historia argentina reciente. En octubre había elecciones de medio término pero eso no fue lo único, y tampoco lo más importante de lo acontecido en ese tiempo.
Durante el año anterior y el siguiente se construyeron alianzas y planes entre los popes de la oposición política. Se financiaron grupos diversos para diferentes actividades de propaganda y acción directa. La pandemia ayudó a concentrar el miedo y los medios dirigieron la furia hacia dos evidentes traspiés del gobierno: la fiesta en Olivos y el Vacunatorio Vip, usados hasta el hartazgo por la oposición.
El 2020 fue intenso en reclamos y manifestaciones callejeras: El 20 de junio, el 9 de julio y el 17 de agosto Patricia Bullrich lideró marchas anticuarentena en las que participaron desde señoras paquetas de barrio Norte hasta nuestros conocidos Nilo Medina, Delfina Wagner, Hernán Carrol, las mabeles, los de Revolución Federal y hasta los del Ministerio del Odio.
Patricia Bullrich anunció por redes haberse contagiado de covid el 2 de septiembre de 2020, justo quince días después de manifestarse contra las restricciones por la pandemia, y dijo: «Soy la que sale a hacer las compras. En algún momento, en algún lugar, me lo pesqué». Los usuarios de redes sociales le hicieron notar su constantes reuniones públicas y masivas, por ejemplo en esas manifestaciones, que van mucho más allá de «hacer las compras».
En diciembre de 2020 había comenzado la campaña de vacunación contra el covid que, nueve meses antes, había paralizado al mundo y las personas. Creo que falta aún mucho tiempo para que pueda mensurarse el daño en la salud mental que tal pandemia provocó, y las consecuencias sociales y políticas que posiblemente el miedo más primigenio del hombre, el miedo a morir, aparejaron. Argentina no fue la excepción al mundo y a pesar de que hubo una presencia del Estado sólida y organizada, la oposición al gobierno vio en la pandemia un filón por donde acicatear y algunos responsables del gobierno les dieron un par de motivos de peso.
El 19 de febrero de 2021 estalló el escándalo conocido como «Vacunatorio Vip», y lo curioso es que fue por «fuego amigo». El periodista Horacio Verbisky, que había transitado el 2020 con profundo temor a enfermarse, dijo esa mañana, en su columna de Radio «El Destape», que luego de llamar al ministro de Salud, Ginés González García, le habían dado el día anterior la primera dosis de la vacuna Sputnik V en la propia sede del Ministerio. Y siguió el relato diciendo que a pesar de haber tenido, en principio, algunas reservas contra las vacunas, luego de que nueve integrantes de su familia contrajeran el virus SARS-CoV-2 y uno falleciera, decidió avanzar con la vacunación contra la Covid-19.
Detalló: «Decidí vacunarme. Me puse a averiguar en dónde hacerlo. Llamé a mi viejo amigo Ginés González García, a quien conozco desde mucho antes de que fuera ministro». Y siguió ante la estupefacción de los demás periodistas de su equipo: «Me dijo que tenía que ir al hospital Posadas. Cuando estaba por ir, recibí un mensaje del secretario de Ginés que me dijo que iba a venir un equipo de vacunadores del Posadas al ministerio y que fuera allí a darme la vacuna».
Fue narrar eso y que medios y mediadores, políticos opositores, referentes de todo el arco político opositor, artistas e influencers militantes de la derecha vernácula se subieran a la demonización del gobierno. Ginés Gonzáles García, posiblemente el mejor ministro de ese gobierno y el más idóneo en salud de todos los últimos, en el momento más crucial de la dirección de la salud pública, se vio expelido de su cargo. El «vacunatorio vip» fue y es uno de los mojones fundamentales que derivaron en el triunfo de la oposición en las legislativas de ese año pero también de Milei en 2023. Pero no fue lo único ni lo primero.
El 27 de febrero Patricia lideró una marcha «contra el vacunatorio vip». Fue en Plaza de Mayo y el mismo día que Ulises Chaparro y los integrantes de «Juventud Republicana», el grupo patrocinado por la misma Bullrich, colgaron las bolsas mortuorias de las rejas de la Casa Rosada en la que, simulando cadáveres, pusieron sobre ellos como etiquetas los nombres de diferentes referentes políticos y sociales que iban desde Estela de Carlotto hasta «Los pibes de La Campora». Nuevamente la alusión a la muerte como método de propaganda.
La convocatoria por redes que llevó el nombre #27F por el vacunatorio VIP fue promocionada por la misma Bullrich pero también por todo un equipo de jóvenes tuiteros que además, empezaron a usar una nueva red social que fue fundamental desde entonces como modo de llegada a un sector prioritariamente joven, donde luego calaría hondo el discurso mileísta. Allí decían: «la indignación que provoca que la oligarquía K se apropie de la vacuna».
Mauricio Macri también apoyo la marcha, pero desde su casa y por Twitter. Allí escribió:»Emocionado y contento de ver como una vez más los argentinos se movilizan, demostrando que no van a permitir los abusos y atropellos del gobierno». El senador Martín Lousteau, y los diputados Mario Negri y Alfredo Cornejo también acompañaron y Waldo Wolff, Cristian Ritondo, Hernán Lombardi y Fernando Iglesias secundaron a Patricia cuerpo a cuerpo, muchos de ellos sin barbijo, y aglomerados. Los cánticos se repetían : «Presideeeente, Patricia presideeente, Patricia presideeente» mientras varios carteles pedían cárcel para Cristina Fernández.
De esa convocatoria participó también Javier Milei, y la foto con Patricia Bullrich, en la que aparece Hernán Carrol uniéndolos en un furtivo abrazo, circuló por todos lados sobre todo cuando se supo quien era era ignoto representante de los propietarios de gimnasios: el hombre al que Sabag Montiel reclamó el patrocinio de un abogado.
El plan de vacunación, más allá de esta protesta, funcionaba a la perfección y para entonces eran cientos de miles las personas vacunadas. De hecho, muchas no querían hacerlo porque, también acicateados por las constantes intervenciones televisivas de Bullrich, no querían inocularse con una vacuna de origen ruso, sino que pretendían hacerlo con una de marca Pfizer, sin poder justificar el por qué de su elección más allá de lo propagandístico.
En marzo de 2021 llegó hasta Formosa con una caravana de personas llevadas en micros desde Buenos Aires, para protestar contra las restricciones impuestas por el gobernador Gildo Insfrán que mantuvieron hasta entonces, a la provincia, libre de covid. La recibió la diputada Gabriela Neme y la acompañaron, también, las mujeres de Equipo Republicano que desplegaron carteles,redoblantes, equipos de sonido y hasta vistieron trajes a rayas pidiendo cárcel para Insfrán y (otra vez!) para Cristina Fernández de Kirchner. Después de la llegada del malón porteño los formoseños, que venían esquivandole al covid, tuvieron sus primeros contagios.
Bullrich no tuvo un día de descanso mediático durante todo el 2021. Contaba con un amplio panóptico de medios afines y con un sector de la política y de la justicia lo suficientemente amigo como para que no le pidan explicaciones por sus dichos y acusaciones, la más de las veces indemostrables. «El vacunatorio VIP dejó de ser un hecho aislado, se volvió una práctica del gobierno», dijo a CNN.
En mayo de 2021 Patricia no perdió la oportunidad y denunció a Gonzalez García, por pedido de coimas al laboratorio Pfizer: “La actitud de González García fue intentar tener un retorno. Eso el Presidente no lo ignoraba”, dijo la ex ministra de Seguridad en una entrevista que le fue realizada el domingo 23 de mayo de 2021 en el canal La Nación +. La presidenta del PRO se refirió a la negociación entre el gobierno nacional y la empresa Pfizer por la provisión de vacunas contra el coronavirus. Los dichos de Bullrich fueron refutados públicamente por el Presidente y por Gonzáles García. Además, la compañía también los rechazó a través de un comunicado. “Pfizer no ha recibido peticiones de pagos indebidos en ningún momento. Por otro lado, la compañía no cuenta con intermediarios, distribuidores privados o representantes para la provisión de vacuna COVID-19″, sostuvo. Pero Bullrich sabe, por amplia experiencia, que no importa si algo es cierto o no, con decirlo es suficiente para que quienes quieren confirmar sus sospechas previas, también inoculadas por los medios, vean la confirmación que tanto desean. Esa alienación no es nueva y se acrecienta en períodos de miedo social, como una pandemia.
El 9 de julio de 2021, de poncho y a caballo, Patricia se unió a una protesta del campo en San Nicolás. Imbuídos también de espíritu patriótico, hasta esa localidad también fueron Las Mabeles de Equipo Republicano, esa fuerza de choque femenina afín a Bullrich y posiblemente financiadas por ella, como ya explicamos en crónicas anteriores; y en manejando su propio coche y acompañada por Cristina Luján Romero y Ernesto Anzoátegui, partícipes de los escraches promovidos por Revolución Federal un tiempo después, fue la vecina de Cristina Fernandez, Ximena de Tezanos Pinto. El reclamo era por las restricciones establecidas por el Gobierno a los productores, entre las que se destaca el cepo sobre las exportaciones de carne, algo totalmente ajeno a los intereses personales de esa recua de seguidoras bullrichistas.
Y llegó agosto de 2021.
El presidente Alberto Fernández y su esposa Fabiola Yañez, cuando las restricciones sociales estaban en pleno auge, se saltaron las normas que el mismo gobierno que él lideraba y la noche del 14 de julio de 2020 festejaron el cumpleaños de la ex primera dama con una cena de amigos en la Residencia de Olivos. A la cena fueron diez personas, que ingresaron a las 21:46 y se fueron a la 1.44 del día 15.
Hay videos y fotos de la celebración y aunque en la mesa están distribuídos a distancia considerable, no llevan barbijos. Eran, como los indiecitos del libro de Ágatha Christie, diez. Y uno de los invitados fue quien filtró las fotos que, de otro modo, nunca hubieran sido públicas. No hay justificación para lo hecho por el presidente y su esposa pues, en tiempos tan sensibles, se predica con el ejemplo aún cuando no se sepa extramuros. Pero también es grave no saber a quien se invita, e ignorar que los actos privados de un presidente dejan de serlo cuando se es una persona pública que rige los destinos de un país y que esos errores pueden condicionar el futuro de millones de personas.
De ese evento participaron Alberto Fernández, Fernando Consagra, Emanuel Esteban López, Santiago Basavilbaso, Florencia Fernández Peruilh, Rocío Fernández Peruilh, Severina Sofía Pacchi, Carolina Marafioti, Stefanía Domínguez y Federico Abraham.
Abraham era por entonces el peluquero de Fabiola y quien habría tomado las fotos y videos que luego difundió la periodista Guadalupe Vázquez. «Un cholulo», como lo describen muchos que lo conocen, que se desvive por congraciarse con sus clientas famosas entre las que estaba Guadalupe.
Guadalupe Vázquez, actual periodista de LN+ y militante acérrima del gobierno de Javier Milei era, en el momento de la fiesta en Olivos, la novia de Juan Pablo Biondi. La relación venía desde 2019 y luego del triunfo del Frente de Todos, Biondi se transformó en Secretario de Comunicación de la Presidencia y elevó mucho su perfil, mientras que Guada se posicionó aún más como periodista opositora al asumir como columnista del programa de Eduardo Feinmann, en radio Rivadavia. «Cuando decidieron blanquear la relación, el clima se espesó”, relató a revista Paparazzi un funcionario de bajo rango de la Rosada. ”Si me genera algún problema, te vas”, le habría dicho el mandatario a su colaborador. Cuando llegó la pandemia, tanto Biondi como Vázquez contrajeron covid y pasaron juntos la cuarentena.
Pasó un año hasta que las fotos se hicieron públicas. Quizá mostrarlas en 2020 no hubiera tenido el mismo efecto que presentarlas en agosto de 2021, cuando faltaban solo tres meses para las elecciones legislativas de medio término y medio país estaba en furia por el «Vacunatorio Vip». La «Fiesta de Olivos» fue la cereza del postre para que se iniciara una descarnada campaña mediática que terminó instalando algunas cosas ciertas y muchas aporías, como que el gobierno fue responsable de cien mil muertes. La realidad empírica fue que el manejo de la pandemia y el plan de vacunación fueron de ejecución impecable, un gran logro que el mismo gobierno se encargó de opacar. La oposición, con su habitual pulsión de muerte, usó a los fallecidos (entre los que están varios amigos y la madre de esta cronista) como recurso político infame.
Para entonces, los integrantes del Ministerio del Odio: Alvaro Zicarelli, Jorge Gorostiaga (Danan), Martín Almeida (El Negro), Eduardo Prestofilippo (El Presto), Hernán Carrol, Tipito Enojado y Es de Peroncho estaban a pleno secundando a Javier Milei en su armado político-mediático no solo en actos públicos sino, y sobre todo, en las redes sociales. Hablamos de ellos en crónicas anteriores pero vale recordar que este grupo heterogéneo de varones que rondan los cuarenta y con diversa formación se unen -financiación mediante de algunas fundaciones internacionales, como Atlas- en pos de promover de modo muchas veces escandaloso algunas ideas concretas: la reivindicación de la dictadura, del uso de armas, del liberalismo económico, el desprecio al movimiento feminista y a todo el arco político que consideran «zurdo».
Entre los seguidores de los ministeriales odiadores estaban no solo Nilo Medina Jonathan Morel, Gastón Guerra y Leonardo Sosa por Revolución Federal, sino Delfina Wagner (que luego formó parte del Ministerio), Brenda Uliarte (quien entre marzo y agosto de 2022 tuvo un romance con El Presto) y Ximena de Tezanos Pinto, la vecina, que participó de encuentros y se tomó fotos con ellos.
Paralelamente, Zicarelli, Danan y El Presto se reunían asiduamente con Patricia Bullrich. Por caso, cuando Eduardo Prestofilippo fue condenado a treinta días de prisión domiciliaria por haber publicado, en 2020, algunos videos insultantes contra Fabiola Yañez en su canal de Youtube y en Facebook. En uno de ellos dijo dirigiéndose al presidente Alberto Fernández: «Si yo el día de mañana en Twitter publico una foto de tu mujer en pelotas, porque las tiene, porque es el pasado de tu mujer, yo termino en cana”.
Y siguió : “De última flaco –prosiguió-, bancate la mina con la que te acostás; hay que tener pelotas. No te buscaste una mina de su casa, te buscaste una mina que en los grandes canales de televisión no la conocen precisamente por ser primera dama, la conocen por otros prontuarios. Dejate de joder Alberto, dejate de joder».
La otra publicación fue en agosto de ese año, bajo el título «¿Prostitución vip?». En ella habló sobre el pasado de Yañez como actriz y se refirió a ella como «michifus» y «parásito». Al día siguiente, atacó nuevamente a la primera dama con descalificativos.
También en agosto de 2020 El Presto, llevado por el encierro y la furia, publicó una imagen de Cristina Kirchner y aseguró: “Vos no vas a salir VIVA de este estallido social. Vas a ser la primera – junto con tus crías políticas – en pagar todo el daño que causaron. TE QUEDA POCO TIEMPO”. El mensaje ocurrió mientras la expresidenta encabezaba en el Senado el debate por la reforma judicial.
El fiscal general Maximiliano Hairabedian imputó a «Presto» por «amenazas» e «incitación al odio y la violencia». Tanto el abogado de la ex presidenta, Gregorio Dalbón, como la diputada por la provincia de Córdoba, Gabriela Estévez, realizaron denuncias ante la justicia. Lo allanaron, se negó al allanamiento, y terminó detenido.
En febrero de 2021, luego de estas escandalosas amenazas que, con los hechos del 1 de septiembre de 2022 tomaron otra dimensión; Patricia Bullrich recibió a Prestofilippo en sus oficinas del Instituto de Estudios Estratégicos en Seguridad en Avenida de Mayo y publicó, junto a una foto de ella con él chocando los puños: «Me alegra que haya jóvenes comunicadores que se animan a hablar y a manifestar sus ideas, sin ser políticamente correctos. La diversidad y el libre pensamiento hacen crecer a la democracia».
No era la primera vez que ponderaba a los integrantes del ministerio del Odio: En diciembre de 2020 se mostró en las redes sociales compartiendo un almuerzo con Danan (el mismo que se pasea en un Falcon Verde los 24 de marzo y estaciona frente a la Ex ESMA) y Alvaro Zicarelli y dijo acerca de ellos «Valientes y disruptivos, jóvenes con una enorme vocación de transformación y una energía muy linda, Me reuní con Emmanuel Danann (sic) y Álvaro Zicarelli. En las nuevas generaciones está la fuerza del cambio, y ellos tienen mucho para aportar hacia el futuro»
La interacción entre Javier Milei y Patricia Bullrich se daba, por entonces, a través de estos personajes. Juntos participaron de la marcha del 27 de febrero de 2021, como dijimos en párrafos anteriores, pero es dable pensar, viendo los acontecimientos posteriores al 1 de septiembre de 2022 que la relación entre ellos tuvo algunos puntos de encuentro más allá de las cámaras y que se hicieron evidentes cuando ahora son parte de un mismo gobierno.
Si todos los caminos conducen a Roma, en el intento de magnicidio muchos caminos conducen a los mismos personajes, unificados. Cuando hablamos del financiamiento de los Caputo a Revolución Federal inmediatamente pensamos en Macri. Cuando hablamos de Equipo Republicano, Jóvenes Republicanos, Jerry Milman y Bullrichmanía pensamos en Patricia. Cuando mentamos al Ministerio del Odio asociamos invariablemente con Javier Milei. Sin embargo, deberíamos ver a todos como un mismo corpus de poder: son Macri, Milei, Bullrich, Milman y Caputo (todos parte del actual gobierno en la luz y en las sombras), quienes como el vértice de una pirámide de poder, se basan en todos los otros conocidos o ignotos, lúmpenes o influencers, que funcionan como células supuestamente inconexas pero claramente conectadas, en el ballet que llevó a que la noche del 1 de septiembre de 2022 Sabag Montiel dispare un arma a centímetros de la cabeza de la entonces vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.