Manifestantes llenaron la Plaza del Congreso exigiendo el cese del genocidio sionista contra las niñeces y el pueblo palestino
La multitudinaria marcha no ocupó las portadas de los medios hegemónicos por «presiones del lobby sionista» señala la nota.
Más allá de las presiones del lobby sionista, que este país es lo suficientemente poderoso, y de las complicidades o tibiezas de la clase política, es evidente que Argentina está al lado del pueblo palestino. Por eso, este viernes, en Buenos Aires y en todo el país se celebraron manifestaciones de repudio al genocidio sionista contra las niñeces y el pueblo palestino y de total solidaridad con los habitantes que enfrentan la violencia sionista en Gaza y Cisjordania ocupada.
En la Capital, una multitud acudió este viernes al llamamiento del Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel y un arco numeroso de organizaciones de la comunidad árabe y palestina y organizaciones y partidos populares argentinos ( Alejandro Hassan El Bacha – Secretario General – Centro Islámico de la República Argentina. Tilda Rabi. (Presidenta de la Federación de Entidades Argentino-palestinas) Támara Lalli (Federacióm de las entidades árabes de Argentina (FEARAB) Comité argentino de solidaridad con el pueblo palestino). Nora Cortiñas Madres Plaza de Mayo Linea Fundadora. Encuentro Memoria, Verdad y Justicia (EMVYJ). Asamblea Permanente por los Derechos Humanos APDH. Liga por los derechos humanos). Abrió el acto en la Plaza del Congreso, Pérez Esquivel, exigiendo que Israel pare con el asesinato masivo de niñeces en Gaza, así como con el genocidio contra las mujeres y hombres en toda Palestina.
La Plaza del Congreso estaba repleta de banderas palestinas y carteles contra el genocidio sionista y también muchos solidarizándose con la resistencia del pueblo palestino. Numerosas personas de la comunidad árabe, la mayoría mujeres, mostraban sus reclamos para que el sionismo deje de matar, escritos en cartulinas. Frente al palco, se colocó una gran bandera palestina, y un par de horas antes de empezar el acto central, un grupo de niños de “Che Pibe” pintaron con sus manos un gran cartel que se colocó presidiendo el escenario. Decía: “Alto al genocidio de las niñeces y el pueblo palestino”.
Luego, tres compañeras leyeron poemas dedicados a la lucha y el sufrimiento del pueblo palestino, que ya dura 75 años, cuando los sionistas ocuparon a sangre y fuego sus tierras.
Finalmente, Tilda Rabi, de la Federación de Entidades Argentino-Palestinas y Pérez Esquivel leyeron un documento consensuado por 55 organizaciones populares. El texto señala lo siguiente:
ALTO AL GENOCIDIO DE LAS NIÑECES Y DEL PUEBLO PALESTINO
Es inaudita la cantidad de niños, niñas y bebés que están siendo asesinados día a día por los indiscriminados bombardeos israelíes contra la Franja de Gaza. Un niño o niña de Palestina es asesinado cada 10 minutos por Israel.
Es la continuación de un proyecto de limpieza étnica que ya lleva más de 75 años, implantado de manera impiadosa por el Estado de Israel. Es la forma más cruel de intimidar al pueblo palestino para cumplir con una de las premisas fundamentales del proyecto sionista: conquistar la mayor cantidad de territorio posible, dejando la menor cantidad posible de habitantes originarios.
Es la forma de decir a los padres: Váyanse, este es el futuro que aquí les espera. Es lo que a diario también acontece en la Ribera Occidental y Jerusalén Oriental, atacar a la niñez, encarcelarla, agobiarla y hacerle imposible la normalidad en su vida cotidiana.
Y todo esto, al amparo, complacencia y complicidad de una comunidad internacional que creó el problema, pero que ha sido incapaz de resolverlo por la subordinación incondicional a las políticas diseñadas por el imperialismo en Medio Oriente.
BASTA DE BOMBARDEOS, INVASIÓN Y BLOQUEOS
Resulta inconcebible que se permita a Israel llevar a cabo una acción de bombardeos indiscriminados contra la población civil en Gaza, a vista y paciencia de la civilizada Europa, de los Estados Unidos y de las potencias occidentales. La demolición por bombas de edificio habitados, de centros de salud, de infraestructuras esenciales, el asesinato de voluntarios y personal de la ONU, la destrucción por medios militares de mezquitas, iglesias y escuelas donde se refugian personas inocentes y desarmadas, son la demostración más clara que Israel no respeta ni siquiera las leyes de la guerra. Arrojar fósforo blanco sobre población civil es un crimen de guerra.
Es urgente exigir el pleno restablecimiento de las comunicaciones en Gaza, porque la falta de medios de conexión vía electrónica o Internet, ha sido anulada por Israel dejando al mundo en la oscuridad de no poder acceder a información fidedigna, asesinando a periodistas y negando a las organizaciones humanitarias presentes en Gaza poder canalizar la ayuda a los habitantes de ese territorio palestino.
Pero Israel sabe que no será condenada ni sometido a medidas coercitivas para detener su acción criminal. Goza de la debida inmunidad e impunidad que le otorga el derecho a veto de EEUU, Gran Bretaña y Francia en el Consejo de Seguridad de la ONU, lo que en la práctica se traduce en un verdadero cheque en blanco para seguir cometiendo atrocidades.
SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO PALESTINO
Por todo esto, es que se hace imprescindible la solidaridad con el pueblo palestino, al que Israel quiere transformar en el victimario para permanecer en su papel de víctima.
Son impresionantes las imágenes que nos llegan de todo el mundo con gigantescas manifestaciones de solidaridad con Palestina y de denuncia de la criminalidad Israelí contra la Franja de Gaza.
Incluso, vemos con satisfacción las manifestaciones de judíos que levantan la consigna de “No en nuestro nombre”, porque entienden que el sionismo también es su enemigo y no se sienten en absoluto representados por las políticas genocidas del Estado de Israel.
La solidaridad es urgente. Sigamos convocando a manifestarse. No solo hasta que finalicen los bombardeos y las acciones criminales de Israel contra la Franja de Gaza, sino, hasta que se haga justicia con Palestina y se le reconozca el derecho a construir un estado libre y soberano, el derecho al retorno de los desplazados, con capital en Jerusalén.
Fuente: Resumen Latinoamericano