El pueblo protagonista del triunfo histórico de Massa
La Argentina en el centro
El pueblo habla también por lo que calla.
La elección determina que Sergio Massa y Unión por la Patria están en la segunda vuelta en una performance histórica del peronismo y su frente político. En medio de la presión de la corporación financiera usuraría, de las cuevas, los bancos y los especuladores, que llevaban como candidato al siniestro Milei y a la decaída Bullrich, ese pueblo hizo conocer su palabra.
Los argentinos una vez más estamos de pie en la adversidad. Entre el clima depredador de la derecha en retroceso y cierto romanticismo de la derrota que iba del puerto hacia adentro, las impresiones que existían respecto del resultado electoral reflejaban una suerte de caos que se instalaba en el sentimiento de muchos.
Sin embargo, ocurrió casi todo lo contrario. El protagonista negado en ese análisis que iba del centro a la periferia, era el pueblo. En el está en parte la respuesta de este triunfo de Sergio Massa y Unión por la Patria en esta primera vuelta electoral del año 2023, en medio de una presión corporativa ultraliberal que pretende quebrar el país y hacerlo un campo de miseria dispuesto para su remate.
Sergio Massa convencido de que hay una nueva época en ciernes, a nivel nacional y mundial, trabajó con intensidad sobre una economía asediada por los buitres y la voracidad de un sector económico financiero sin patria, y tuvo logros sobre los cuales enmarcó su discurso. No se detuvo en alusiones y se dedicó a dar respuestas y a explicar lo que va a hacer cuando sea presidente.
Fue incluso, el único de los candidatos que dijo lo que va a realizar no lo que rechazaba. El resto hizo ideología en estado puro. Milei atacaba al kirchnerismo como si se tratara de un todo, insultó al país, a la bandera, a la causa Malvinas, a los jubilados, al Papa y a la religión principal del país, y anunciar destrucciones y demoliciones. Esa inconsistencia expresó zonas de bronca en las PASO pero al tratar de definir un presidente sucedió otra cosa.
De norte a sur, de este a oeste, el pueblo argentino se expresó por la unidad y la recuperación del país, convertido en la práctica en una factoría exportadora de divisas, desde cada provincia de Ushuaia a La Quiaca, y de la periferia al centro.
“Piensen en la Patria”, dijo el domingo muy temprano, Estela de Carlotto, que en la fecha cumplía 93 años el mismo día del aniversario de las Abuelas de Plaza de Mayo, y fue escuchada. En cada pueblo, cada paraje, cada ciudad, desde las provincias que aleja de su mirada el centro, se escuchaban los pasos del pueblo sobre la arena, el polvo, el cemento o el hormigón como una síncopa diseñada en un pentagrama que clamaba la unidad que amanecía.
Buenos Aires y el país
El triunfo rotundo de Axcel Kicillof, la recuperación de municipios en toda la provincia para Unión por la Patria, los logros en las provincias y la reacción del pueblo en todo el país, hablan de la profunda comprensión del fenómeno político histórico y cultural que se vivía.
Los logros sorprendentes en Santiago del Estero o Formosa al igual que otros espacios, como ejemplo, demuestran que el pueblo argentino tiene una unidad política, histórica y cultural que no admite la continuidad de un régimen de oprobio. A los argentinos se les pude sugerir, persuadir pero no se lo puede llevar por delante con una motosierra o despojándolo de derechos.
En ese contexto, el papel de la mujer y los jubilados fue decisivo para dar vuelta la elección. Ellas no se comieron nunca el discurso de la derecha que negaba derechos y pretendía demoler el país. Y hay que subrayarlo.
Ante el vendaval que significó la respuesta argentina en su conjunto, hay que observar que nuestro país es una cultura, una historia sólidos que se traduce en hechos como el vivido este domingo 22 de octubre. El peronismo es referente del federalismo histórico que resumieron en el siglo XX Hipólito Yrigoyen, Forja, Perón, Evita y Néstor Kirchner, desde donde se construye la unidad y se proyecta en el tiempo. Ese es su orden. Fue significativo asimismo, el aporte del movimiento obrero organizado, en particular la CGT y el aporte de corrientes como la CTA, en las movilizaciones, incluso la de la iglesia a Luján, y en el trabajo en las bases de los trabajadores para generar el espacio con el que se logre el triunfo el 19 de noviembre.
Sergio Massa expuso en sus palabras ese imaginario histórico. Unidad nacional con bases en el resurgimiento del país para superar el tiempo del oprobio neoliberal.
Hay una nueva época a nivel mundial que define el ingreso a la multipolaridad, el país ingresa a los BRICS el primero de enero y está en capacidad de negociar mano a mano, con los principales referentes internacionales. Hace falta entonces, poner al país de pie. Y ese es el rumbo que está adoptando ya, en su labor como ministro de economía, y que explica porque ayer en su discurso luego del triunfo, se expresó como si fuera presidente. Rescató entonces desde la bandera hasta la herida de la guerra de las Malvinas, la escuela pública, la visión de los jóvenes como estudiantes, los jubilados, los trabajadores, las provincias y el federalismo, el crecimiento con desarrollo sostenido en la formación ciudadana, y todo aquello que hace a un proyecto nacional encarado en un momento de transformaciones.
Ese mismo discurso, que se resume en la propuesta de un gobierno de unidad nacional, constituye una propuesta cultural en términos políticos e históricos. Por eso confrontar como hecho en sí mismo, no puede ser el centro de escena, es error de algunos y estrategia sin retorno de la oposición. La confrontación es en las ideas no en el odio de los que pretenden eliminar al otro.
Resta ahora trabajar duro para confirmar el escenario que se logró este domingo 22 de octubre. Massa tiene un as bajo la manga y lo hará jugar junto con los aportes del escenario nacional, los apoyos de presidentes como el caso de Lula, el de su pueblo. En un escenario inédito, de regionalización y mapa internacional diferente, va a sorprender porque como dirigente político se preparó con estudio, con perseverancia y sensibilidad social y humana para la tarea que realiza. El horizonte es de trabajo conjunto, de un día a día en el que se escuche a otras y otros, se tomen las medidas justas y se construya de modo colectivo, sin pausa, la argentina que nos merecemos y que se halle en consonancia con una visión multipolar en unidad nacional y regional.