La Cumbre de las Américas a medida de Estados Unidos
Ponen en boca de Biden la exclusión de Nicaragua, Cuba y Venezuela
El Estado anfitrión, Estados Unidos», ha propuesto el tema “Construir un Futuro Sostenible, Resiliente e Inclusivo”.
Las Cumbres de las América vienen realizándose desde la década del 1994 y nacieron con la intención de implementar un TLC como el que en 1992 habían suscrito Canadá, USA y México; a todo el continente.
Lo cierto que la simiente del ALCA sembrada por Clinton se vio trunca en 2005 en Buenos Aires.
Resulta plausible considerar que la golpeada gestión de Joe Biden intente reestablecer ciertos lazos de conveniencia con el resto de los países americanos pero los hechos ocurridos desde la época de las «relaciones carnales» a nuestros días han dotado a los pueblos y sus respectivos gobiernos de un conocimiento que lleva a participar, o no, de estas convocatorias tomando algunos resguardos.
Estados Unidos se encuentra en una situación que les resulta novedosa, lo niveles de inflación y los efectos indisimulables de una economía de riquezas concentradas (situación global) han convertido al estado gendarme del mundo en su versión aminorada.
El dijo, que vos dijiste que me dijeras…
Hay muchos rumores al rededor de la asistencia y/o participación de algunas naciones en la cumbre prevista para Junio en Los Angeles. El subsecretario de Estado para Latinoamérica, Brian Nichols, es la voz que han replicado los medios de comunicación con el mensaje de exclusión de Nicaragua, Venezuela y Cuba. A este mensaje el presidente Luis Arce expresó su cuestionamiento ya que el estigma de exclusión contra los países señalados es el incumplimiento de la Carta Democrática Interamericana.
Es sencillo otorgarle razones de reserva a Bolivia quien en el pasado reciente vio quebrar la institucionalidad en su territorio con el respaldo del Secretario de la OEA, Luis Almagro. Sin embargo danzan operaciones políticas para que el legítimo gobierno democrático de Arce sea considerado infractor a la Carta Democrática Interamericana, movida encabezada por la ONG Global Human Rights League.
La participación de Nicaragua puede ser considerada una tradición, fue uno de los 21 países que firmaron la Carta de Bogotá o “Carta de Organización de los Estados Americanos el 30 de abril de 1948 y desde entonces se ha mantenido ininterrumpidamente en la organización. El 19 de noviembre del año pasado, el gobierno de Daniel Ortega anunció la decisión de abandonar la OEA, hecho que algunos señalaron como una expresión de solidaridad con Rusia. Resulta curioso que no se haya realizado igual lectura al anuncio de Jair Bolsonaro quien avisó que no estaría presente en Los Ángeles, se estima que enviará a su vice.
Cabe recordar que la OEA ha expulsado a Rusia como Estado observador lo que permite inferir que la posible exclusión de Nicaragua, Venezuela y Cuba sea un intento de ampliar las sanciones contra Rusia y sus aliados económicos.
Las otras democracias
Honduras y El Salvador también son apuntados por el dedo acusador de los operadores de la OEA por no alinearse con la bajada de Estados Unidos de repudiar al gobierno nicaragüense. Es claro que resulta muy pronto constituir una condena como acción aleccionadora contra Xiomara Castro ya que lleva tres meses de asumida.
Las rispideces entre la OEA y El Salvador tienen un hito que data de mayo del año pasado cuando Bukele anunciaba la extinción del acuerdo que enmarcaba el funcionamiento de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en El Salvador (CICIES) tras la contratación del exalcalde de San Salvador Ernesto Muyshondt, procesado penalmente en ese país; como asesor de Luis Almagro.
Por su parte el presidente de México manifestó su confianza en la capacidad de reflexión del gobierno estadounidense y respecto a Biden dijo: «Yo no descarto que el presidente Biden haga la invitación a todos. Me dio gusto que ayer en la Casa Blanca, todavía, y es cierto, se sostuvo que no se han girado las invitaciones”.
Ante las posibles sanciones por inasistencia a la cumbre, Andrés López Obrador descarto esas suposiciones señalando que Biden “es una persona buena, responsable y es demócrata, y sabe que debe respetarse a todos el derecho a disentir”.
Según Brian Nichols, subsecretario de Estado para Latinoamérica, «las invitaciones todavía deben ser cursadas» y por tanto las exclusiones son solo un rumor, lo que si queda claro es que el continente ha retomado la sana y democrática costumbre del disenso.