Cuenca del Riachuelo: Larreta dejó de controlar el plomo en sangre de los vecinos
La gestión del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, decidió abandonar a los vecinos de la Cuenca del Riachuelo, quitándoles la posibilidad de contar con controles sanitarios y forzándolos a seguir viviendo en ambientes altamente contaminados.
Así lo denunció el auditor porteño por el Frente de Todos Lisandro Teszkiewicz: “El gobierno porteño disolvió el organismo que tenía que encargarse del principal foco de contaminación ambiental, el Riachuelo. Cuando se revisaron los números, quedó a la vista que más de la mitad del presupuesto destinado al saneamiento se lo utilizó en otras cosas”.
“Larreta no solo es ineficaz en la ejecución de la política ambiental, sino que lisa y llanamente elimina los organismos destinados a sanear el Riachuelo”
Según el informe elaborado por la Auditoría General de la Ciudad (AGCBA), desde el año 2013 en el Poder Ejecutivo del GCABA, existía la Unidad de Proyectos Especiales Cuenca Matanza Riachuelo (UPE CUMAR) que tenía como finalidad específica articular y coordinar las actividades, acciones y/o proyectos relativos a la Cuenca entre las diversas áreas de gobierno, con ACUMAR, la Justicia y otras jurisdicciones intervinientes en la Causa Mendoza. Sin embargo, hacia finales de 2019, Larreta disolvió la UPE y sus funciones quedaron subsumidas en dos áreas, la Subsecretaría de Asuntos Interjurisdiccionales y Políticas Metropolitanas (SSAIYPM) y la Dirección General de Políticas y Estrategias Metropolitanas (DGPEM).
Además, consignó el sitio Diario Z, el informe elaborado por la AGCBA señala entre sus observaciones que “no consta que el Ministerio de Salud del GCBA haya efectuado evaluaciones toxicológicas para determinar el dosaje de plomo en sangre durante el período auditado”.
Al respecto, el auditor del peronismo porteño indicó que “en cuanto a la reubicación de las familias el informe es muy claro, ya que, a más de 10 años del Convenio Marco, todavía falta reubicar a más de 1000 familias, y lo que es más grave en el año 2019 dejaron de hacerse los controles de plomo en sangre de la población de la cuenca”.
“Los plazos comprometidos se encuentran vencidos. El objetivo no debería ser, simplemente, mostrar un mayor monto de inversión en el PISA incorporando obras y servicios que no están relacionados con las prioridades del saneamiento de la Cuenca, mientras se siguen retrasando las obras de relocalización de las personas que siguen viviendo en ambientes altamente contaminados”, sentencia el documento.