Literatura e inclusión: escribir desde los márgenes
Existe en literatura el concepto de “canon” que sirve para nombrar todo aquello que debe ser leído en determinado momento según normas que pueden ser académicas, estéticas o temporales. El canon permite determinar qué se encuentra en el centro y qué en la periferia. Y, por suerte, siempre hay una tensión necesaria y saludable entre qué se considera canon y qué no, qué hay que leer y qué no, así como quién determina dichas lecturas.
Por Alma Rodríguez
La literatura constituye un gran espacio geográfico en el cual conviven las luces de la ciudad y las barrosas calles de tierra. Es así que existen distintas narraciones sobre un mismo espacio a partir de distintas miradas dadas por la propia historia, la clase social, las lecturas, entre otras influencias al momento de sentarse a escribir: no es lo mismo el sur de Borges que el sur de Cortázar que el sur de Arlt porque no remite a un mismo paisaje Adrogué que Banfield o Lanús y porque no son narrados de la misma manera a pesar de ser parte del mismo sur. El conurbano se vuelve, así, en algo más que un telón de fondo, es una forma de concebir la subjetividad, una manera de escribir, un espacio ideológico.
Existe otro concepto tradicional y muy utilizado en literatura que es el de antología. Una antología es un conglomerado de textos unidos por alguien según un criterio que puede tener que ver con el lugar de origen de los autores o autoras (antología de la literatura latinoamericana), el movimiento al que pertenecen (antología de autores surrealistas), la época en que escribieron (antología de escritores del siglo XX) incluso el género (antología de la literatura fantástica).
¿Cómo pensar entonces la posibilidad de una reunión de textos que cuenten historias que hablen desde los márgenes de lo geográfico sin caer en lo cristalizado del canon ni en el concepto amesetado de antología?
Conurbe. Cartografía de una experiencia es más que una antología: no sólo porque “pone al frente un seleccionado autoral prodigioso que ofrece maneras muy diversas de abordar la escritura y la reflexión acerca de los límites de un mapa político” sino porque, como lo dice el título, constituye una “cartografía de una experiencia” en la que conviven la escritura con el mapa, la palabra asociada al territorio, lo cartográfico con lo experimental.
El otro motivo esencial de la diferencia con cualquier otra antología es su origen: Conurbe forma parte de la flamante colección de ficción de Libros de UNAHUR, la editorial de la Universidad Nacional de Hurlingham. Y con esto estamos hablando de una universidad nacional en el conurbano que crea una editorial que edita libros de ficción reuniendo a varios de los mejores escritores de la literatura nacional actual. Forman parte de este libro autores como Selva Almada, Gabriela Cabezón Cámara, Inés Garland, Claudia Piñeiro, Dolores Reyes, Camila Sosa Villada, Fernando Veríssimo, entre otros.
“Imaginar una literatura que se despliegue dentro de unos límites precisos tal vez no sea la mejor manera de acercarse a la idea de una identidad narrativa. Sin embargo, el conurbano, la geografía que concentra una enorme potencia histórica, política y cultural argentina, una geografía real que por esa misma potencia se impone mítica sí puede pensarse como cuna de una experiencia literaria”, dice en el prólogo Julián López, reconocido escritor y el encargado de compilar los cuentos que conforman este libro.
Estamos hablando de universidad, estamos hablando de lectura, estamos hablando de conurbano, estamos hablando de literatura de la más alta calidad en un espacio de conocimiento dentro de un lugar geográfico siempre desplazado por la gran urbe, en definitiva, en Conurbe estamos hablando de inclusión.
