Fútbol, negocios y poder: Messi puede pasar ya al Manchester City

De acuerdo a información de último momento, Messi puede decidir qué quiere hacer con su pase rompiendo de modo unilateral el contrato que lo une con el Barcelona F.C. La cuestión es, entonces, si el club inglés está dispuesto a pagar posteriormente al Barcelona para que el rosarino debute el 19 de septiembre con el Manchester City, en el inicio del campeonato de la liga, en el campo del Wolverhampton.

Escribe Alejandro C. Tarruella

Messi puede romper

Es más, puede largarse al campo de modo gratuito, sin que haya hasta entonces que desembolsar un solo euro. “La FIFA dará el transfer provisional a Messi sí o sí cuando su nuevo club lo solicite”, descubre el abogado Juan de Dios Crespo al diario “La Vanguardia” de Barcelona. “En la legislación europea el derecho laboral del trabajador para ejercer con libertad su profesión está por encima de todo”, agregó, porque en la legislación se trata de impedir el perjuicio a los futbolistas. Hoy, el sistema de verificación de transferencias de la FIFA (TMS) se encuentra en los contenidos digitales y el trámite es rápido e inmediato. Hasta ahí, Messi y el Manchester City pueden mover las piezas con cierta facilidad.

El problema se presenta en caso de que la justicia, un juez, disponga que el Manchester, para consolidar el pase, tenga luego que pagar una suma astronómica al Barcelona. Todo esto estará encuadrado en el caso de que el club español decida reclamar ante la justicia a partir de una eventual decisión de Messi de pasar al club inglés.

La cuestión se plantea en estos términos. Messi, por su edad (33 años), podría optar por retirarse del fútbol con lo que el Barcelona no tendría derecho a reclamar nada. La edad del jugador rosarino justifica una resolución en tal carácter, pero las cosas, es evidente, van por otro lado. Se supone que la justicia española no estará al margen del asunto e incluso hay que observar un detalle: los jueces que pueden intervenir en el caso no estarían dispuestos a perderse la ocasión de la participación pública en un hecho que genera movilidad de medios y fama. A lo cual no son ajenos.

Ya con Neymar hubo un reclamo judicial del futbolista que movió cámaras hacia el sistema judicial. Cuentan en España que el cotizado jugador brasileño partió en 2017 a París y hasta junio pasado, cuando transcurrieron unos tres años después de su huida a París, no tiene aún sentencia en primera instancia en la controversia. Dicen entonces que con los años que tiene Messi podría retirarse con un Barcelona que no hubiese podido acceder a una solución económica en su favor.

Messi con Guardiola. ¿Juntos otra vez?

Tiempo al pago

Esto indica, señalan los que conocen los avatares de la justicia en España, que un reclamo judicial precisa tiempo, con lo que para los actores habrá quien se beneficia con un trámite extenso y los que no, al tener que esperar la decisión de los magistrados.

Aun así, el Manchester City debe evaluar que un magistrado que establezca un eventual pago que ronde los 700 millones de euros de la proclamada cláusula de rescisión, lo pondría en aprietos.En el baloncesto, Joventut de Badalona le ganó un juicio al jugador Albert Miralles y al Club Ourense Baloncesto en 2004 cuando el jugador, canterano de la Penya, que se había “independizado” en 2001. El equipo ourense tuvo que pagar 1,2 millones de euros tres años después de acuerdo a lo dispuesto por la justicia. El dato no es menor. Messi tampoco.

Estiman los especialistas en derecho, entonces, que hay una suerte de empate en términos de trámites y así, ambas partes ganan y pierden

Messi puede disponer irse y acordar con el Manchester City de Guardiola. Allí, pierde el Barcelona, pero, si la justicia accede a sus demandas, ganaría luego el cobro del traspaso según los términos del contrato. Allí Messi y el Manchester tendrían un traspié que tendría que resolverse sobre la base de discutir cómo se paga entre el jugador y el club. Hay que contar, además, con que Messi puede hacer este escándalo, que es parte del negocio porque activan a la opinión pública para que levante sus acciones por su circulación en medios y redes corporativas, cosa que sería más difícil dos o tres años después. La especulación mediática entonces, precede a la financiera.

Analizando más al detalle el asunto Messi, especialistas en derecho deportivo creen que una revisión legal juega en contra del club que denuncia si se trata de un canterano por el que no hubo traspaso y que en menos de 12 meses queda libre. En cambio, a favor de fijar un precio alto de traspaso está la alta ficha que ha cobrado Leo Messi en la última década en el Barça. Entonces, Messi podría con alta seguridad contar con el “transfer” que dispone la FIFA, y los costos presuntos serían un tema a resolver más adelante. En Barcelona dicen que Messi va ganando 0-1. Y si lo que puedes ganar hoy lo puedes perder mañana, todo consiste en evaluar el golpe de efecto presente pero también sus consecuencias. El rosarino debe actuar ahora o nunca. Dos años después, sus méritos y cotizaciones caerán por el desgaste propio de su edad.

La situación, de todos modos, es producto de los privilegios que gozan los grandes capitales especulativos que dominan el fútbol

Ya no es un deporte, es un juego financiero especulativo que ha logrado que las grandes fortunas del mundo hagan jugar a los pueblos alrededor del festín de sus negocios. Los dineros que ganan el Barcelona y Messi están fuera de todo capítulo de la ética y la moral. Lo complejo del asunto es que mientras gran parte de la población mundial padece hambre, necesidades y demanda liberarse de las corporaciones del esquema neoliberal, el fútbol da un espectáculo obsceno que promueve que los que no participan en nada del reparto de los beneficios del ex deporte, dancen en torno de la pérdida de valores y la estima social.

Messi, por su parte, le ofrece al capitalismo global, escenario mediático, negocios y lucha por el poder, ingredientes que mueven millones de dólares en todo el mundo, individualismo privilegiado (le llaman libertad de mercado en tanto genere prisioneros del sistema) y negocios inclasificables para la voracidad usuraria del poder financiero. El espectáculo nos expresa, debe continuar.