Mariano Arcioni gobierna una provincia paralizada en el contexto de la pandemia, con un gabinete que de a ratos, en un uso del canibalismo liberal, mira con buenos ojos el despido por lo que ellos creen es un Estado demasiado grande.
Los recortes no los harán sobre la comodidad de la élite gobernante, sino sobre aquella mesa de entradas de la administración provincial, provocando de nuevo, dolor al dolor reinante.
Con el macrismo, Arcioni era un oficialista sin legitimación cambiemita, a quien el propio Macri usó con los parques eólicos y luego, como si después de la prima nocte, lo desconociera en toda
relación, le soltó la mano.
A la actualidad, Chubut es un derrotero peligroso de mala administración de recursos, con un nivel endeudatorio preocupante y un malestar social creciente que lo convierte en un territorio vulnerable a todo.
El contexto, se torna aún más increíble pues no se entiende qué cosa ha elegido el ciudadano chubutense, al momento de emitir su voto en las pasadas elecciones en medio de una agónica situación de default provincial, pero como no vale llorar sobre la leche derramada, a esta altura de la nueva etapa entre Arcioni y su pueblo; con tan sólo 7 meses transcurridos, el sistema judicial está en crisis, el Ejecutivo está al límite de sus capacidades y el legislativo con todos los lógicos impedimentos para funcionar de un modo correcto y útil.
El contagio es evidente, al punto que en los discursos oficiales llega esto a ser reconocido por los propios compañeros de ruta que tiene Arcioni. «El estado hace rato que no funciona» Tampoco el poder judicial, ni el legislativo, estamos sin clases, los bancos con turnos, lotería sin sorteos» dijo el Ministro de Economía Oscar Antonena, quien además ante la prensa local, declaró: «Hay una cantidad de personal excesiva en el Estado, sólo 20; cumplen con la tarea de 200, el resto no va a trabajar».
Dentro de estos sincericidios, caen los rumores crecientes de los cambios que deberá imponerse una gabinete inestable, crítico y sin otra gimnasia política que la de no hacerse cargo. Así las cosas llega a poner en público aquella inminente renuncia de la Ministra Cecilia Torres Otarola, además de todo un staff familiar designado por ella, actualmente bajo la lupa del Ministerio Público Fiscal. http://elinformadordelinterior.com.ar/?p=1022
No es de extrañar que ante esto, surja el clamor popular -sindicatos mediante- pintando lo que será por lejos, una administración político pública, reprobable.
Tal lo expresado por José Severiche, Secretario general de la CTA: «La política en tiempos de Pandemia Necesitamos más que nunca, que quienes nos dirigen o mejor dicho quienes nos Gobiernan, no solo lo parezcan sino que realmente lo sean ¿a qué nos referimos? Es simple, con una Provincia fundida, devastada por las malas políticas gubernamentales, con aéreas sensibles a cargo de gente insensibles o sin preparación e idoneidad para el cargo que ocupan.
Necesitamos que se conviertan en ejemplos, no podemos estar semana a semana viendo por medios electrónicos portales digitales o alguna que otra excepción que no cobra la pauta oficial, de funcionarios que practican el nepotismo, de funcionarios que son acusados de quedarse con dineros que no les pertenecía, de funcionarios cobrando dos sueldos, etc, etc…
Es muy complicado casi imposible desde ahí creer que estos funcionarios que nos piden el esfuerzo que hablan de ajustar que nos pagan en cuotas y escalonados, que juegan a dividirnos, nos puedan sacar de esta situación, la circunstancia requiere de funcionarios honestos, honrados, confiables, pero no que ingresen parientes, pasen viáticos tras viáticos, cobren dobles sueldos, estén sospechados de malas administraciones.
Otros que resuelven cuestiones matrimoniales con dineros públicos, como diría la filósafa contemporánea Mirtha Legrand; ¡así no! Así parece una tomada de pelo a todos los trabajadores, requerimos de una clase política de acuerdo a las circunstancias que de por si ya es muy grave como para no tener gente proba y capacitada que nos gobiernen, por el bien de todos asuman las responsabilidades de actuar para el pueblo y con el pueblo en la búsqueda del bien común.
Por el bien de todos los chubutenses no hay más lugares para los contubernios o la rosca chica, piensen en la Provincia y en sus habitantes , ya no nos queda tiempo. Todos los indicadores marcan una caída nunca vista, y adivinen quienes son los mayores responsables de esta situación? Si uds y en uds ,está la posibilidad que podamos salir, pero sinceramente Sr. gobernador su gabinete deja mucho que desear.
El pueblo y muchísimos de los estatales legitimaron sus aspiraciones de ser Gobernador cambie lo que tenga que cambiar y avancemos, los trabajadores no son destituyentes pero quieren soluciones, que se rodee de gente capacitada y honesta, hay muchos jugando a… y haciendo negocios o usando al Estado para beneficio propio, la política debe ser otra cosa» culmina el mensaje gremial que retrata un triste y preocupante panorama de Chubut en la historia política de Arcioni.
