Güemes triunfó en Suipacha pero Buenos Aires lo niega históricamente
Fue Martín Miguel de Güemes quien lideró el triunfo en la batalla de Suipacha que el cipayismo centralista porteño niega aún hoy para la historia. Esa victoria es uno de los triunfos únicos de los soldados argentinos en la lucha por recuperar el Alto Perú.
Escribe Alejandro C. Tarruella
Juan José Castelli envió a la Junta de Buenos Aires un parte juntamente con Antonio González Balcarce en el que negaban el rol de Güemes, y no revelaron que Castelli, uno de los que se adjudica el triunfo, no participó de la batalla pues estaba a unos cien kilómetros de donde se produjo. La división de las tropas de Salta y Tarija fue disuelta de inmediato, y sus integrantes pasaron al Ejército de línea, Güemes fue separado y enviado de regreso a Salta como civil, negándose su rol militar. Al celebrarse un aniversario de su muerte heróica en Salta, estos hechos permanecen ocultos en la historia de rasgos unitarios que aún tiene Buenos Aires.
El ejército al mando de Castelli siguió su rumbo y el 20 de junio de 1811 fue derrotado sin atenuantes en Huaqui, donde además perdieron todo el armamento. La falta de conocimiento, no haber medido lo que significaba eliminar a los soldados de Güemes y al propio caudillo, condujo a la derrota.
En su libro “Suipacha, primer triunfo argentino es obra salteña”, Martín Gabriel Figueroa Güemes, señala: “Suipacha, primer suceso trascendente de las armas de la Patria, tiene la importancia –nada menos- de haber hecho posibles los que le sobrevinieron; en otros términos la de ser el primer jalón de la argentinidad en su lucha por la emancipación. Su enorme valor moral radica pues, en haber fortalecido la revolución permitiéndole proyectarse hacia el porvenir. Si en aquel 7 de noviembre de 1.810 otro hubiese sido el desenlace del combate entre las fuerzas de la libertad y la opresión, de otra manera estaría escrita nuestra historia que hubiese visto inexorablemente retardado el momento de nuestra emancipación”.
El valor y habilidad de Güemes se habían hecho notorios en la jornada de Suipacha
Y agrega: “La batalla de Suipacha fue librada por la Vanguardia Salteña reforzada con 275 soldados del ejército de Buenos Aires: 75 de Balcarce y 200 de Castelli. La infantería porteña jugó su mosquetería, obró la artillería y cargó la caballería poniendo en fuga vergonzosa al enemigo. La gloria del triunfo corresponde a los salteños sin excluir a los porteños, pese a las omisiones, contradicciones, reticencias y ampulosidad de Castelli quien se preocupó solamente de poner flores en su altar”.
A su vez, Atilio Cornejo da otros detalles de la contienda y expresa que “Zacarías Yanci, veterano de la Independencia sostiene: El valor y habilidad de Güemes se habían hecho notorios en la jornada de Suipacha, donde al servicio del general Balcarce y al frente de sus Tarijeños y jujeños no solo contuvo sino que rechazó las fuerzas españolas acuchillándolas sobre ambas riberas del famoso río”. Y agrega que “Bernardo Trigo, historiador boliviano, de acuerdo con Luis Paz, sostiene: Cuando la derrota de Cotagaita, retrocedieron los patriotas hasta Tarija esperando en esa ciudad los cien soldados de Buenos Aires, los que incorporados a la unidad tarijeña presentaron combate en Nazareno o Suipacha. El que conducía el convoy de Tarija era el Comandante Martín Güemes, que hacía su aparición en la escena histórica.”
El pueblo vivó al caudillo
Según los historiadores, en la Villa de Potosí, Güemes fue recibido calurosamente por la población. Castelli no estaba allí. Güemes le reclamó a Castelli el haberlo negado en su parte a la Junta. A su vez, le señaló que se avanzaba con lentitud en el movimiento de los soldados, lo que iba a permitir a los españoles reorganizarse. El Capitán salteño sabía lo que desconocía Castelli, las leyes de la guerra. No hay registro de una respuesta del funcionario porteño que desoyó la marcación de Güemes.
Aquel 20 de junio de 1811, según historiadores de Salta como la profesora María Cristina Fernández, del Instituto Güemesiano de Salta, Güemes se tiroteó con guerrilleros hasta alcanzar El Ojo de Agua y un día después retrocedió a la cuesta de Aloma, en ambos casos, tres leguas. Fue a Tupiza, Suipacha, Nazareno en una retirada propia de un conductor que conocía su campo como un baqueano. El 7 de noviembre atacó a los españoles en su campamento de Suipacha y los demolió. Los españoles perdieron todo por la fuerza del ataque. Fue la primera victoria de los argentinos en la lucha por la independencia. Castelli llegó a la zona dos días después pues estaba en Yavi el día de la victoria. Castelli que estaba en Yavi en el momento de la batalla y el 8 de noviembre informa a Buenos Aires en su parte de guerra que terminó de escribir en Tupiza el 10 de noviembre.
Güemes murió el 17 de junio de 1821 en la Cañada de la Horqueta junto a sus gauchos. Tenía 21 años cuando tomó con una carga de caballería en Retiro, durante la primera invasión inglesa, el barco inglés “Justine”, encallado por la bajante del Río de la Plata. Era un tipo de acción inusual, casi descabellada. Su vida fue una entrega a la lucha por la libertad de su Patria.
Como San Martín, Belgrano y tantos otros, fue negado. Al conmemorarse su vida y su lucha en la fecha de su muerte, se intenta reparar la injusticia de la historia con su trayectoria templada en la convicción y la entrega
