Ramona, la Patria que duele
Murió una de las nuestras, en este domingo en que un sol radiante parecía querer recordarnos lo lindo de la vida, muchas y muchos no logramos poder admitir la muerte de una compañera, la Compañera que hace unos días vimos en un video, reclamando agua para ella y sus vecinos.
Por Diego Molina
Las cámaras de los medios hegemónicos muestran las plazas de los barrios ricos de la ciudad retratando que hoy para algunos es primavera, mientras en las villas, en los barrios pobres hoy duele la Patria, y otra vez el duro invierno de la indiferencia nos cala los huesos porque una vecina luchadora y solidaria murió por falta de agua y coronavirus.
Ramona es el nombre de la solidaridad. En muchos de nuestros barrios, ante el dolor, el hambre y el frío siempre hay una “Ramona” que pone el cuerpo, que se la juega por los otros. En sus manos curtidas de dolores radica la ternura de la Patria y la posibilidad de que, a pesar de vivir en medio de tantas injusticias, no perdamos lo humano y la esperanza de algo más justo no sean solo palabras lindas sino una tarea cotidiana.
La Ramona, la que milita, la que salió en la tele, en nuestros barrios ese nombre tiene historia, desafiando la idea de una Argentina hegemónica que mira a Europa y que bajó de los barcos. Las “Ramonas y los Ramones” llegaron en tren desde diferentes provincias de nuestro país, ellos o sus padres o abuelas, vinieron a esta ciudad a buscar un futuro mejor, una vida mejor, a laburar, amar y construir. Llegaron y junto a otros/as hicieron nuestros barrios, los llenaron de vida, de abrazos, de música, baile, ritmos y solidaridad.
Ese nombre cortito pero cargado de historias tiene la omnipresente capacidad de nombrar a todos/as los/as laburantes de este país construido por albañiles y alimentado por nuestras doñas, con la simpleza de nuestra gente. La fonética de ese nombre suena parecido al chámame y cuando uno tiene el privilegio de estar cerca de las Ramonas de nuestro pueblo recién ahí puede entender que “La Patria es el otro”, que la Patria es un guiso compartido, un abrazo en medio del dolor, que la Patria es el barrio y que el barrio es también un ensayo de humanidad más solidaria.
Por eso nos duele tanto la muerte de Ramona. En ella hoy todos, todas, morimos un poco, porque la muerte de la compañera de la 31 tiene sabor a derrota, esas derrotas que grafican la injusticia que cotidianamente combatimos. Es indignante que alguien esté 12 día sin agua, da mucha bronca que los pobres sigamos siendo víctimas de la desidia de un Gobierno de la Ciudad que en su ideología y su modo de conducir los destinos porteños evidencia su desprecio por los más humildes.
«Lo único que hay que erradicar de las villas es la miseria»: Padre Carlos Múgica
Al igual que el Padre Carlos, nuestro pueblo es profundamente creyente en la vida, en la solidaridad, en el amor al otro. Que la muerte de Ramona nos sacuda fuertemente y nos mueva a evitar otras muertes evitables, con mayor participación de las organizaciones sociales, con mayor presencia del Estado en los barrios más vulnerables y fundamentalmente con mayor empatía por el dolor del otro.
Que el ejemplo de Ramona Medina, solidaria, comprometida y militante, convoque lo mejor de nosotros/as para que nuestra Patria sea una gran comunidad organizada que cuide de la vida de todas y todos, pero en especial de los/as más doloridos/as, aquellos y aquellas que con esfuerzo y humildad hacen andar la rueda de la historia.