«No somos perros» vecinos de Salta recibieron comida en mal estado

El Licenciado Félix González Bonorino, delegado en Salta de la Defensoría del Pueblo de la Nación, reportó sobre los alimentos en mal estado que municipio de capital y gobierno provincial, llevaron a los barrios populares en Salta.

«No somos perros» el testimonio de uno de los vecinos que vive en los barrios más empobrecidos de la ciudad y que relata cuando el Gobierno local, les repartió bandejas con trozos de zanahorias engusanadas.

«Nación envió cientos de millones para atender la desnutrición en el norte salteño y también los fondos para afrontar esta pandemia» dijo González Bonorino mientras reclama a las autoridades locales el estado de profundo abandono en el que se encuentran la ciudadanía, sobre todo en la periferia.

Las refacciones de medio pelo

Por su parte, la gestión provincial, hace publicidad de lo que considera su mejor esfuerzo sanitario. «Las refacciones que se realizaron en el Centro de Convenciones de Limache están ya en su tramo final para funcionar como el primer centro de recuperación de pacientes con coronavirus» Hacemos notar que el pabellón que exhiben, está habilitado con viejas camas que estaban en desuso y sobre las que ni siquiera colocaron una pintura anti oxido para evitar cualquier problema de salud en quienes estarán como pacientes afectados por el COVID 19.

Lejos está la Ministra de Salud, Medrano, de mostrar la misma calidad de hotelería que posee por ejemplo, la clínica de SWISS MEDICAL, en Salta, negocio que conoce muy bien y al que defiende con uñas y dientes. El profundo desprecio al ciudadano de a pie, es notorio y la oligarquía no lo disimula.

Tanto que se ha comenzado a hablar en Salta sobre la campaña de vacunación anti gripal para la élite porque sólo se realizó en countries, zonas de altos ingresos y hasta en casas particulares de miembros de la Justicia, el Ejecutivo y la Municipalidad capitalina. Uno de los casos comentados es el exclusivo country EL TIPAL, en donde conviven empresarios, políticos y funcionarios de gobierno, allí fue el equipo de vacunación del Ministerio de Salud a inyectar a los ricos, con recursos que debieran haber sido destinados a la población, pero como eso no parecía bien, la oligarquía abrió las puertas a la Salud Pública para salvarse con las vacunas que jamás llegaron a los barrios populares. Esta campaña de vacunación, le tocó a equipos de enfermeros, pagados por el Estado, obligados a asistir sólo a la «gente bien» y además prohibidos de ingresar con celulares que pudieron fotografiar o filmar las mansiones obscenamente lujosas. Tal es así que el country El Tipal, tendría como administrador al consorte de la Ministra Josefina Medrano.

La pandemia saca lo mejor de sí, en muchas personas y organizaciones humanas solidarias, pero también deja a la luz de hechos irrefutables, las bajezas de una oligarquía odiosa y egoísta.