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Las fotos de la Memoria, la Verdad y la Justicia

Alejandra Paredes24 de marzo de 2020

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Este Día Nacional de la Memoria, encuentra a las calles vacías, pero la movilización de las consciencias individuales y colectivas, se hacen sentir en las redes sociales y en todos los espacios que se han ganado con la lucha emblemática de las Madres, las Abuelas, lxs Hijxs y Nietxs recuperadxs.

Son 30 mil desaparecidos que no dejan de luchar desde la Memoria; que pulsan y nos poseen como militantes de nuestros Derechos Humanos. Hoy desde este lugar de autopreservación, la cuarentena por la pandemia de un virus que nos saca de las calles, no puede sin embargo, silenciarnos; como no lo hicieron tantos genocidas, torturadores y colaboradores de la Noche Oscura de la Dictadura cívico, militar y eclesial.
En estas semblanzas de cómo fuimos capaces de ponernos de pie, Infobaires24 en esta edición, trae al presente, imágenes que son símbolos de la lucha perenne, imposible de diezmar por la derecha, la misma que no logró disolver el último intento feroz del neoliberalismo y que a pesar de esta masacre planetaria, por una enfermedad del egoísmo; nos vuelve a interpelar a través de las históricas imágenes.

La primera de ellas, tiene como protagonista a Alejandro Segura, el juez federal que puso una foto del desaparecido y muerto del macrismo, Santiago Maldonado, en la puerta de su juzgado y pese a ser vilipendiado por eso, el magistrado siguió con un homenaje en las oficinas judiciales del fuero laboral, a su cargo, como hecho de la historia reciente.
Segura, tiene historia vivida como un joven sobreviviente del Terrorismo de Estado que fue detenido en 1982 cuando se sumó a la marcha con Saúl Ubaldini como dirigente sindical, reclamando paz, pan y trabajo.

Fue el fotoperiodista de la agencia de noticias NA, Pablo Lasansky quien retrató la violencia militar desatada en esa marcha.

La madre, la hija y la lucha

Por último, la tercera de las imágenes evocadoras de esta jornada que elegimos, le pertenece al símbolo de la mujer argentina que no deja de buscar a los suyos. Que no dejará de gritar por sus hijos, hijas, nietos y nietas, por sus esposos, hermanos, hermanas, amigos, vecinos, por todo aquel que fue mancillado en su humanidad y cuyo descanso en la paz de los justos es bandera inclaudicable en esta Argentina.

La autora del retrato inmortal es la fotógrafa Adriana Lestido.

Blanca fue captada por la cámara de Adriana. Blanca reclamaba justicia por Chiche Freitas, su hermano.En tanto que la fotógrafa,Adriana, luchaba por la aparición con vida de su compañero Willy.
Adriana Lestido tomó la foto para el diario «La Voz», se encontraban en la calle, en un momento de la historia, ambas mujeres con un mismo dolor. Décadas más tarde, se volverían a ver fotógrafa y fotografiada, por una investigación encarada desde los estudiantes de la E.S.B Nº2 de Villa Dominico. En la ocasión, les permitieron a las protagonistas, fundirse en un abrazo lleno de emociones.
Fue en la Plaza Alsina, Avellaneda, cuando una mujer junto a su hija fueron captadas por el ojo comprometido de Lestido, en aquella marcha por familiares desaparecidos durante la dictadura que había comenzado en 1976, en nuestro país y aun estaba vigente, al momento de la foto, viernes 26 de noviembre de 1982.-

Blanca Freitas gritaba por la aparición de su hermano, trabajador de Molinos Río de la Plata, mientras ella sostenía en brazos a su hija Mariela -al momento de la foto tenía 4 años de edad- y aún siendo tan pequeña, gritaba con fuerzas por su tío Avelino. Es la imagen que recorrió el mundo como símbolo de coraje, lucha y resistencia.

Veintiseis trabajadores de Molinos fueron secuestrados entre 1976 y 1977 https://extrabajadoresdemolinos.wordpress.com/acerca-de/

En una entrevista, la reportera gráfica, recordará al respecto de este icono de la resistencia: «Hacía solo una semana que trabajaba en un periódico, y la nena estaba al lado de la madre llorando. Había muchos fotógrafos y todos le hicieron fotos, pero a mí me dio un poco de pudor y esperé a que los demás se marcharan hacia la zona de los discursos. Después la nena se calmó. En un momento dado, se gritaron unas consignas, la madre la alzó, gritaron juntas y les tomé la foto.»
Adriana Lestido, alguna vez, respecto de su modo de trabajar, reflexionó: «Para mí, una buena fotografía es un milagro y los milagros más que perseguirse, se descubren» Sin dudas, en la simpleza de esperar con respeto a Blanca y su hija, en esa manifestación, obtuvo el milagro mismo de la lucha.

La cuarentena no nos borrará la Memoria; la gripe de este virus no nos acallará el grito incesante por la Verdad y menos aún, la fiebre podría inhibirnos en la búsqueda firme por la Justicia.