Suicidio del criminal y violador de Puerto Deseado

Uno de los imputados por la violación de una madre y la muerte de su hijito de cuatro años, oriundos de Salta- ocurrido en febrero de este año, se suicidó en la cárcel.

Omar Alvarado, el ex preso que intentó asesinar a su propio sobrino menor de edad, se mató mientras estaba detenido en la cárcel.

Los medios de Caleta Olivia, relatan que «Los policías lo advirtieron alrededor de las 20 horas de este viernes, en medio de la rutina por las nuevas medidas preventivas por la pandemia por coronavirus, el fallecimiento de Alvarado, quien al momento de su deceso tenía 33 años de edad y era el principal imputado por la violación de María Subelza y el asesinato de su hijo Santino, a mediados de febrero» https://www.infobaires24.com.ar/femicidas-en-puerto-deseado-violan-a-la-madre-y-asesinan-a-su-hijito/

En enero de este año, Alvarado había estado en detenido por querer matar a su propio sobrino, menor de edad.

“No voy a ir preso de nuevo”, dijo el joven de 33 años casi un mes después en medio de la aberración esa tarde de jueves en la “Cueva de Los Leones” en Puerto Deseado. Con la colaboración de un adolescente, que sujetó a Santino, Alvarado violó a María Mercedes y luego habría matado a Santino arrojándolo al vacío desde un acantilado.

Tras una intensa búsqueda, la movilización de todo el pueblo; los dos sospechosos fueron detenidos. Sin embargo, el juez Oldemar Villa ordenó la liberación de Omar Alvarado, a pesar de que hacía poco lo había visto cara por el intento de asesinato de un familiar menor de edad.

Cuando el juez lo liberó, Omar salió a un almacén a comprar una botella de vino para celebrar su suerte con la Justicia. Tras la presión social fue recapturado por orden judicial y quedó detenido en la comisaria de Caleta Olivia. Hasta las 20 horas del viernes momento en el que fue hallado muerto, en su celda.

El paciente esquizofrénico

En su carácter de paciente psiquiátrico se especulaba que la defensa del imputado, a la larga le plantearía a la justicia, la inimputabilidad del agresor y asesino de Santino. Algo que pronto quedó descartado, pues los propios médicos que lo asistían en el hospital psiquiátrico con la medicación habitual, dijeron que pese a padecer esquizofrenia, era totalmente consciente de la naturaleza de los actos cometidos.

A la prensa local, Rosa, la hermana de Alvarado había dejado aclarado que hizo procesar a su hermano por tentativa de homicidio, cuando el sujeto intentó matar a su propio hijo -sobrino del asesino de Santino- “Lo reconocí el mismo día que hicieron el identikit“, dijo Rosa en su desgarrador testimonio a Radio FM Desire de Puerto Deseado. Ella estaba de vacaciones en Santa Fe cuando se enteró de lo sucedido: “Vine de viaje llorando”. Indicó que entregó al imputado porque quiere que la gente “sepa que yo hice lo correcto, si yo me quedaba callada esto quedaba impune como muchos casos en Puerto Deseado“, sostuvo.

Acerca de la enfermedad que padecía su hermano (esquizofrenia), aclaró que tampoco justifica el sangriento accionar de Alvarado: “No quiero decir que él no tiene la culpa, quiero que pague lo que hizo”.

Ahora, la muerte evitará que la justicia llegue como tanto habían pedido en las marchas, los habitantes de Puerto Deseado.

El cómplice y ahora único detenido

Por su parte, el cómplice de los delitos cometidos por el ahora fallecido Alvarado, identificado como Javier M, es un menor de 16 años cuyo traslado al Centro de Detención Juvenil en Río Gallegos se produjo luego que confesara su participación en los hechos cometidos pero negó haber sido el autor de los mismos, declaró en su momento que si bien presenció lo sucedido; no violó a María, ni mató al niño Santino, sino que estaba allí presenciando todo, bajo las amenazas de Omar Alvarado.

Los detalles del crimen que habría aportado Javier M, permitieron hallar el celular que le habían arrebatado a la mujer; el modo en el que se deshizo Alvarado del niño y el delito sexual contra su madre.

Ante los medios patagónicos, el padre de Javier M, exigían que lo dejaran tranquilo tanto a él como a su esposa y a su nieto. Sucede que Javier M, pese a su corta edad, había sido padre, recientemente.

Julio, progenitor del cómplice que tuvo ese día, Omar Alvarado; trabaja como peón minero.

“Yo estaba en la mina trabajando, cuando me enteré pedí para bajar”, indicó el hombre, que relató además los ataques que sufre su familia desde que trascendió la noticia que implicaría al adolescente. “Quiero que nos dejen de amenazar a mi hijo, a mi señora, a mi nieto“, dijo en diálogo con FM Dimensión.

“No soy una mala persona”, expresó, y enfatizó en que quiso “dar la cara” porque quiere “vivir tranquilo”: “Trabajo y soy honesto, no quiero vivir por la cabeza gacha por lo que hizo, si así fue”, indicó.

Relato que él y Omar eran “amigos” pero que siempre que lo veía al hombre de 33 años en su casa lo echaba. No le gustaba “esa junta” de su hijo. También admitió que el menor se vio involucrado en hechos delictivos y que consumía drogas, pero que con el nacimiento de su primer hijo hace un mes, “había cambiado”.

El proceso judicial por la violación de María y el crimen de Santino, fue planteado como homicidio, tentativa de femicidio y abuso sexual agravado.

Fuente: opinión austral