Los jueces huyen para atrás
Tras el anuncio de Alberto Fernández y el envío al Congreso del proyecto para modificar la llamada “jubilación de privilegio”, los magistrados y fiscales de varios puntos del país, presurosos por no quedar incluidos en una ley que imponga “justicia”, procedieron a presentar sus renuncias, lo que les permitiría acceder, entonces, a jugosas jubilaciones sin ser alcanzados por la reforma de la ley proyectada.
Por Ignacio Campos
En una Argentina que se debate por salir de la mejor manera posible de la grave situación a la que nos llevó el gobierno de Mauricio Macri, Fernández intenta que no recaiga el peso de esta crisis solo en la cotidianeidad de los sectores más vulnerables, sino en quienes ostentan niveles de ingresos más elevados con jubilaciones que, en algunos casos podrían tildarse de obscenas, y que, por lo tanto, estos sectores sean parte de los “esforzados” que colaboran en la titánica tarea de reconstruir la economía de la Argentina.
Los únicos privilegiados comenzaron a renunciar en banda
Con salarios que oscilan entre los 250 y 350 mil, y jubilaciones de similares montos, los únicos privilegiados, tratan de huir de la vara que viene a igualar los ingresos y comenzaron a renunciar “en banda”. Hasta hoy ya contabilizan 50 magistrados y fiscales en esta condición, aunque se espera que durante las próximas semanas las renuncias se multipliquen por cientos cuando en el Congreso Nacional se trate el proyecto remitido por el Poder Ejecutivo.
Ante el reclamo de la derecha en torno a los subsidios en las tarifas de servicios públicos durante el gobierno de Cristina Kirchner, estos sectores con privilegios, teniendo la opción de rechazar dichos subsidios, no lo hicieron, pero formaban parte del coro de reclamadores en contra. Esto demuestra, a las claras, que no se trata solo de negar la posibilidad de una mejor calidad de vida para los sectores postergados: ahora también dejan en claro que tampoco permiten que se les toquen sus privilegios, aunque vayan en contra del espíritu mismo de la Constitución Nacional que hace referencia a la igualdad de los ciudadanos frente a las leyes que nos rigen como sociedad.
Ante esta reacción que resulta más que vergonzosa por parte de los renunciantes miembros del poder más corrupto y desprestigiado de la Argentina, solo cabe repetir una frase que les sonará (a ellos) muy familiar: “Será Justicia”.