El país del sí me acuerdo y el eterno retorno de lo necesario
En una entrevista publicada hace varios años, le preguntan a María Elena Walsh por qué cree que su obra perdura a través de las generaciones. Y ella contesta: “A mis trabajos trato de no verlos… Ahí están… Estoy muy contenta de que sigan circulando. Tienen su público durante tantos años por razones que desconozco… a lo mejor, porque no fueron hechos con fines comerciales ni de perdurar ni nada de eso.” Ayer cerró su primera gira el Plan Nacional de Lecturas que recorrió durante enero casi la totalidad de las localidades balnearias de la Costa argentina llevando como bandera la obra de María Elena Walsh.
Por Alma Rodríguez (*)
El Plan Nacional de Lecturas no representa sólo la presencia de libros en la playa, es mucho más que eso: representa la posibilidad del acceso a los libros y a la literatura por igual de parte de niños, niñas y adolescentes de todo el país; representa la posibilidad del primer contacto de un niño o niña con un libro, con un cuento, con un poema, con una historia; representa la posibilidad de la experiencia compartida, esa conjunción amorosa entre el niño o niña, adulto y el libro.
Durante los cuatro años de gobierno neoliberal en los que el macrismo nos retrotrajo a las épocas más oscuras del país, muchas fueron las acciones que se generaron para luchar en contra de las políticas impuestas
Una de las iniciativas políticas más contundentes en relación a la literatura y a la infancia fue la creación de Colectivo LIJ, Colectivo de literatura infantil y juvenil, conformado por autores, divulgadores, editores, docentes, bibliotecarios, ilustradores y defensores de la literatura infantil y juvenil. Desde el Colectivo LIJ peleamos cada día y cada minuto de ese día durante cuatro años en defensa de los derechos de las infancias considerando que el derecho a la lectura y a la literatura debe estar entre los principales a recibir.
En cada una de las acciones del Colectivo, a lo largo de esos cuatro años (y que incluyó reuniones, asambleas, marchas, visitas a radios, acciones en escuelas y centros de memoria por quienes integramos este colectivo) estuvieron presentes la mención y la denuncia del desmantelamiento por parte del gobierno anterior del Plan Nacional de Lectura que venía funcionando hasta el 2015.
El cierre de ayer contó con la presencia de quienes vienen participando de las actividades del Plan, la actuación de Koufequin, lecturas a cargo de Hernán Casciari, la actuación de Bruno Arias (interpretando temas de María Elena Walsh) y la presencia de Natalia Porta López (directora del Plan), Fabiola Yáñez y los ministros Nicolás Trotta y Tristán Bauer como parte de un Estado presente en la asignación y restitución de derechos a quienes más lo necesitan.
Hoy podemos decir que lo de ayer en Mar del Plata fue una fiesta no de cierre sino de apertura, una gran fiesta de la lectura, una fiesta de inicio de una etapa de reconstrucción de la tierra que nos fue arrasada, una gran fiesta que nos permite decir que en este país sí nos acordamos, que somos capaces de dar tres pasitos sin perdernos, que cantamos y leemos al sol como la cigarra después de cuatro años bajo la tierra, igual que sobreviviente que vuelve de la guerra.
(*) Alma Rodríguez es miembro del Colectivo LIJ
