Presos Políticos y la debilidad de la democracia argentina
Una carta emitida por el dirigente Jorge Rachid, da cuenta sobre la penosa situación personal, humana, institucional y política que implica el encarcelamiento de las figuras políticas y sociales que son víctimas del law fare argentino, desarrollado en el macrismo y que aún continúan en esa injusta situación.
CARTA ABIERTA
LA PERSISTENCIA DE PRESOS POLÍTICOS, DEBILITAN A LA DEMOCRACIA Y AL GOBIERNO POPULAR
Jorge Rachid
Libertad ya a los presos y presas políticas, en cárceles y en domiciliarias, es un clamor legítimo de un pueblo que recuperó la memoria y repudió la persecución ignominiosa, brutal e inhumana de funcionarios políticos y jueces venales del gobierno anterior, que cumpliendo órdenes estrictas de EEUU, dispuso la persecución al peronismo, como eje de su política estratégica. No pudieron, fueron vencidos.
Cuando decimos presos políticos, nos referimos a aquellos compatriotas que padecen cárcel, por supuestos delitos, por los cuales otros argentinos con la misma imputación están libres, de acuerdo al Código Penal y estos compañeros por haber pertenecido al gobierno nacional y popular, o por ser militantes peronistas o haber participado en alguna forma de reclamo social reprimida, sufren cárceles por años.
Se han comprobado dos líneas de acción que llevaron a compatriotas a sufrir más de cuatro años de cárcel, la primera la decisión de EEUU de eliminar a los “populismos de América Latina”, colocando a los gobiernos populares en el mismo nivel de combate del narcotráfico y el terrorismo, desplegando una batería de acciones, desde el Departamento de Justicia de EEUU, la conformación de legiones de jueces alineados en su estrategia, que llevaron a la persecución y la cárcel a líderes y cientos de militantes, desde Lula a Glas en Ecuador, pedidos de detención a Correa y Cristina, Milagros Salas a Boudou y De Vido y tantos compañeros y compañeras no conocidos detenidos, pero de una valentía y dignidad que enorgullece y emociona.
La otra línea de acción, fue combinada de jueces y fiscales cómplices del poder político cipayo, que junto a los servicios de informaciones, formales e informales, presionaron y extorsionaron testigos falsos, bajo amenaza de encarcelarlos, sino acusaban a los señalados, de ir a parar a las mazmorras del régimen. Esta acción, además de corroer el servicio de Justicia significó para decenas de argentinos, años de reclusión y maltrato, con destrucción de familias y patrimonios, festejados por los medios hegemónicos de discusión como victorias “del bien contra el mal”, “civilización pura” encarcelando la “barbarie corrupta”, ocupando el espacio simbólico de grandes franjas del pueblo argentino.
En el caso emblemático de Jujuy, estas operatorias no sólo se repitieron, sino que se encarnizaron, en un proceso judicial que además de desplegar los elementos descriptos, levantó como bandera un racismo explícito, que se verificó en los juicios orales, que describí en un artículo denominado “Macondo en Jujuy”, en donde los “blancos, juzgaban a los negros originarios, atrevidos y soberbios, que se habían atrevido a cuestionar al régimen, anticipando la Bolivia de hoy. Salas y Evo son dos caras de la misma lucha contra la colonización cultural, económica y política de nuestros pueblos.
Las trece compañeras detenidas en la cárcel de Alto Comedero, que siguen hoy en domiciliaria, pasaron años de maltratos, corporales y psicológicos, además de encierros en celdas de castigo por semanas, sin visitas. Su delito grave fue haber sido albañiles de las miles de viviendas construidas, las escuelas primarias, secundarias y terciarias, más jardines maternales, centros de salud, piletas para los niños y tomográfo propio. Fueron juzgadas ellas y otros compañeros albañiles, también presos en ese juicio descripto, llamado por la prensa venal hegemónica como el de “pibes villeros” y que así lo conoció el país, condenándolos desde los medios, por portación social, en clara demostración racista.
Fueron condenados a más de ocho años de cárcel, pena mayor que la de un homicidio simple, por haber retirado del Banco, firmando el retiro, miles de millones de pesos, presentados por la delincuencia mediática de TN, como una acción penalmente reprochable. Ese dinero retirado por los compañeros, eran las quincenas de los miles de trabajadores cooperativos de la Tupac, en Pumamarca, la Quiaca, Abra Pampa, Humahuaca, Tilcara y otras pequeñas localidades, en las cuales no están preparadas las instituciones bancarias para hacer frente a esa demanda, que además fue dinero auditado por el Tribunal jujeño que determinó que ni un solo peso se desvió y por el contrario hubo recursos excedentes, que permitieron la construcción de piletas para los niños, no previstas presupuestariamente.
Esos pueblos hoy tienen techo, a partir de un gobierno nacional como el de Néstor Y Cristina dispuesto a eliminar intermediarios del lucro en la vivienda social y en eso, Milagro y la Tupac, fueron emblemáticas y por ello severamente castigadas.
¿Conoce algún argentino preso por tener datos falsos en una cédula del automotor de 1998, o condenado por una titularidad de una empresa que no compró, o alguno que cuando jura un cargo, asume una asociación ilícita, o por incitar a tirarle un huevo a un opositor, o alguno preso por llamar a licitación pública una obra, o incluso por tener deuda fiscal en moratoria? Solamente presos los peronistas.
Es inadmisible en democracia convivir con presos políticos, deben ser liberados de inmediatos, mediante un indulto, medida constitucionalmente prevista, que permitió excarcelar e genocidas y montoneros en los 90 y aplaudida por los medios. Liberamos a los presos en 1973 el mismo día de la asunción de Cámpora yendo a buscarlos, miles de compañeros y salió la ley. A Kafka en “El Proceso”, es decir la burocratización se la vence con decisión y movilización.
Esta medida no significa en bajar los brazos en pos de lograr que la justicia declare los juicios nulos de nulidad absoluta y juzgue, dentro de la ley las situaciones descriptas, que permitieron estas ignominias y a sus ejecutores, brutales y despiadados, que no dudaron en destrozar familias enteras, sueños y proyectos de vida, en una represión inédita en proceso democrático.
Por esta razón es imperioso dejar en libertad, aquellos compatriotas que dieron años de su vida, para que el resto de los argentinos recuperemos la memoria de un Modelos Social Solidario, inclusivo y biocéntrico que fortalezca a los seres humanos y cuide la naturaleza, ante tanta presión del lucro y del saqueo.
Compañeros funcionarios, compañero Presidente, compañeros todos, somos oficialistas, tenemos pensamiento crítico y nunca daremos herramientas a un enemigo poderoso que tiene al gobierno popular bajo ataque, pero además de reparar la catástrofe social de nuestro pueblo originada por el neoliberalismo, con todo respeto, debemos cuidar y liberar a nuestros compañeros injustamente detenidos.
Jorge Rachid
PRIMERO LA PATRIA
www.lapatriaestaprimero.org
CABA, 10 de enero de 2020