Contundente apoyo a la gestión del Frente de Todos
Se produjo un vuelco total de las expectativas de la sociedad. El gobierno tiene dos tercios de apoyo y Alberto ganó 19 puntos.
Alberto Fernández es la contracara de Mauricio Macri. Hace un mes, dos de cada tres argentinos desaprobaba la política económica de Cambiemos, mientras que hoy el mismo porcentaje aprueba las iniciativas del nuevo Presidente.
El vuelco es total. Los argentinos pasaron de tener un presidente rechazado por dos de cada tres personas a tener un mandatario que en tres semanas mejoró notoriamente su imagen y batió su propio record de opiniones positivas. Sin embargo, no son todas rosas. Hay una mayoría sólida que piensa que la política económica debe estar orientada a mejorar la situación de los que menos tienen, pero cuando se evalúan las medidas concretas hay controversias y opiniones divididas. Tampoco se esperan milagros ni existe la percepción de que todo mejorará de manera rápida. En lo que sí hay unanimidad es en que la política y la justicia deben hacer gestos, en concreto un ajuste.
Las conclusiones surgen de una encuesta nacional, exclusiva para Página/12, del Centro de Estudios de Opinión Pública, que encabeza el sociólogo Roberto Bacman. En total se entrevistaron 1523 personas de todo el país, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico–social. Las entrevistas fueron telefónicas.
«En la opinión pública se instaló un nuevo clima de época -define Bacman-. Al final del mandato de Mauricio Macri más del 65 por ciento evaluaba a la economía de manera negativa y las expectativas de mejoras con la gestión de Cambiemos, también eran negativas. Un panorama muy malo. Hoy las cosas han cambiado. Y vaya si han cambiado. El humor social es otro. Para empezar se puede observar la estructura de las preocupaciones de los argentinos. El cambio de tendencia en este indicador también es importante. Aunque si bien es cierto que la economía y la inflación siguen estando al tope de los problemas percibidos, el valor es mucho más bajo, alrededor de 28 puntos menos que dos meses atrás. O sea, sigue la preocupación, pero menos», señaló.
«Para expresarlo con mayor precisión -continuó-, al día de hoy las expectativas positivas con respecto a la economía (desocupación, economía y pobreza) se ubican en el orden del 41 al 45 por ciento. O sea hay más de un 40 por ciento que dice que va a haber menos desocupación, que mejorará la economía y se reducirá la pobreza ¿Podían ser expectativas mejores? Obviamente que sí. Pero es un punto de partida, y tampoco debe perderse de vista la reversión de la tendencia: hace tres semanas la Casa Rosada estaba ocupada por un gobierno sobre el que decían que todo iba a empeorar».
Por de pronto, el presidente Alberto Fernández consolidó su posición. Hace menos de un año, cuando recién se conocía el video en el que Cristina Fernández de Kirchner anunciaba que Alberto sería candidato presidencial y ella estaría en la fórmula como candidata a vice, las cosas estaban así: del ahora presidente opinaban bien o muy bien el 43,5 por ciento de los consultados. Ese porcentaje subió fuertemente y hoy Alberto tiene un 62,5 por ciento: subió 19 puntos y está en su mejor momento. «Hay que pensar que Mauricio Macri no llegaba al 37 por ciento de opiniones positivas», redondea Bacman.
Los datos de la encuesta son curiosos. Hay una abrumadora mayoría (67 por ciento) que está de acuerdo con la frase «los que más tienen deben hacer un esfuerzo para ayudar a los que menos tienen», pero luego, cuando se habla de medidas concretas, surge ese 40 por ciento que objeta las decisiones.
El resumen es que Fernández-Fernández no tienen por delante un desfile triunfal por una alfombra roja, sino un camino con obstáculos a cada paso, como sucede en casi toda América Latina. Lo que sí está claro es que cambió el clima: se pasó de una Casa Rosada que tenía al 67 por ciento de la población opinando mal o muy mal con Macri, a un nuevo gobierno que en los primeros pasos amplió sus apoyos y se planta en un 62 por ciento de opiniones posibles. No es poco en tres semanas.
Fuente: Página 12