Lo reciclan, lo resucitan, reinventan y colocan en el podio. Juan Carlos Romero es el titiritero de Gustavo Sáenz en la provincia de Salta; hacedor de la postulación en Cambiemos de su hija Bettinita, candidata a Intendente de la capital norteña. El empresario mediático -grupo Horizontes SA editora diarios El Tribuno y El Tribuno digital y AM 840- mantiene su rencor hacia el kirchnerismo. Sector al que le teme políticamente porque supone el avance popular sobre la oligarquía a la que pertenece.
Su vida siempre fue vivir del Estado. Como senador, como gobernador y ahora como desesperado por una extensión de fueros legislativos que ayuden a seguir en el silencio a los expedientes por causas judiciales que lo vinculan con el manejo de tierras fiscales y negocios inmobiliarios.
Romero es un enamorado del discurso pichettista y en eso hace alarde de fórmulas ya aplicadas para lograr que -en su concepción de pueblo- el elector rural piense sencillo, asociándolo a él con su vieja premisa incumplida de -Orden, trabajo y producción- en Salta el mayor caos se vive en el interior provincial donde los dueños de las tierras no tienen el título de propiedad, los terratenientes poseen todo, incluido el acceso al agua; el trabajo con Romero conoció los despidos masivos y la desocupación en los índices más altos históricos y la producción; sigue siendo un anhelo, más allá de la alta rentabilidad para la soja del clan Olmedo y otros pocos socios del senador nacional. Romero considera que él conseguirá que el pueblo norteño asocie al kirchnerismo con el caos, el desorden y la violencia; pese a que es abogado parece desconocer el hecho de incurrir en estigmatizaciones, juicios de desvalor y la mención a delitos como el terrorismo, dado que si el legislador señala desorden y violencia, lo que está implicando de modo deliberado es equiparable a la sedición, la revuelta, la desestabilización o el golpe institucional. Nada más que en el uso de un lenguaje de soslayo, sólo se limita a decir sin afrontar la consecuencia de sus palabras.
Los archivos de noticias se ponen jugosos con Romero si buscamos aquellas viejas ediciones donde para él, el voto electrónico sin su hija Bettinita es fraude, pero con ella es triunfo. Por mencionar al pasar, uno de miles diretes que emanan de sus miedos pre electorales, en lo que siente podría ser su jubilación de la arena política.
La pareja de Carlos Menem en la fórmula presidencial que quedó trunca, no perdona al kirchnerismo que lo superó, antes que nada deja sentado a la posteridad que lo llena de odio, por eso ya no es un referente del PJ que lo vio nacer, sino un fiel emulo de Macri y Pichetto en este Cambiemos que concluye un ciclo sin estabilidad política, con muertos por hambre y miseria, con desocupación, persecuciones políticas, desorden institucional y naufragando en las propias aguas oscuras de la derecha en Argentina.
«Estoy convencido de que la política que el kirchnerismo plantea es una desgracia para el país. El kirchnerismo hizo mucho daño durante 12 años y creo que está amenazando con daños mayores, cuando habla de enjuiciar periodistas, de convertir a la Justicia en un servicio de justicia como si fuera el servicio de salud, como si fuera un servicio público y no un poder del Estado. Cuando habla de reformar la Constitución, habla de enjuiciar a los jueces, de hacer reforma agraria, de controlar las ganancias de las empresas, como lo dijo la expresidenta. Creo que esas cuestiones, como se verificó después de las PASO, asustan a la gente y los mercados» dice Romero en su diario que recibe millones en pautas oficiales y comparte marquesina, negocios e ideología con el decadente Clarín. Romero hace estas declaraciones frente a un periodista al que no le paga el Convenio Colectivo de Trabajo para la prensa, ni las horas extras, ni los aguinaldos. No importa de qué elección se trate, ni cuándo se editen estas líneas, Romero siempre es el mismo leal a la oligarquía; pese aún cuando lo maltraten también a él, tal como lo recuerdan las noticias https://www.youtube.com/watch?time_continue=2&v=XNG0hdQqUc0