En el marco del Ciclo de Conferencias Abiertas 2019, la joven estudiante de Ciencias Políticas y activista social Mayra Arena disertó sobre «Los desafíos para la Argentina que se viene» en el auditorio del CET de Fundación Atilra.
Mayra Arena adquirió notoriedad pública a comienzos del 2018 tras la viralización en las redes sociales de un texto de su autoría titulado sugestivamente “El beneficio de ser pobres” en el que narra su vida, la de su hermana y la de su madre (de itinerarios y experiencias semejantes a las de millones de argentinos) en la marginalidad y la carencia de casi todo. El testimonio causó impacto por las vicisitudes narradas sin tapujos y, a la vez, con dolorosa y esperanzada veracidad. Respaldada por estos antecedentes, ante la presencia de un público que colmó las 400 butacas del auditorio, Mayra inició su disertación en el CET Atilra.
“Mi nombre es Mayra Arena. Me dedico, por esas cosas de la vida, a explicar cuestiones de la pobreza porque se dio así: un día expliqué lo que era ser pobre y NUNCA habían escuchado a un pobre hablar de ser pobre. Siempre nos la contaron los economistas, los sociólogos, los politólogos… y nunca le habían preguntado a un pobre ‘Che… ¿qué onda, cómo es ser pobre?’ Y a mí se me ocurrió contar cómo era, por qué pensábamos como pensábamos y por qué hacíamos las cosas que hacíamos. Y no quiere decir que a mí me guste esa vida, ni que justifique ciertas cosas… sí quiere decir que intento entenderlas para entender la raíz de los problemas y para entender cómo diseñamos una solución que no pase por al lado de la vida de los pobres.”
Conceptos como marginalidad, indigencia, tipos de pobreza y empobrecimiento de las clases medias, se integraron con una caracterización de los distintos modos de movilidad social ascendente desde los sectores marginados: el pobre con plata (“…el tipo que, teniendo toda la guita, igual para su cumpleaños pone Los Palmeras. No lo vas a cambiar, no reniega de su pasado”), el piojo resucitado, clasificación que causó risas en el público (“…tienen la capacidad de olvidarse de todo, la pegan un poquito y no te saludan más”), y, finalmente, el pobre antipobre que, según Mayra, es un producto del abordaje de la pobreza y la marginalidad que perpetran para mantener el status quo los medios masivos de comunicación.
“Se genera tanto odio que te olvidás que en esa bolsa donde nos quieren meter a los pobres entrás vos también. La famosa bomba que quieren poner en las villas no es una bomba que sabe si sos chorro o si no lo sos.”
No faltó la clave satírica cuando Mayra tocó el tema de los prejuicios usuales de la clase media y los consumos culturales de las clases postergadas en los barrios marginales. Con música sonando en el auditorio de los distintos artistas populares que marcan la identidad de los barrios humildes del país, se ilustró el denso esquema de prejuicios que rige las conductas sociales.
“Si escuchan Pibes Chorros, tienen un pariente en cana. (…) Si escuchan Los Redondos, toman merca (…) ¡y no mires el novio de una mina que escucha Karina porque te va a tajear toda la cara! Hay gente que cree que esto es en serio. Me gusta jugar con estos prejuicios.”
Durante la parte final de la exposición, los ejes tratados fueron Seguridad, Cultura y Trabajo, Sexualidad e Interculturalidad.
“Cuando la escuela pública empieza a bajar su calidad, la clase media se fuga a la educación privada. Entonces los pobres vamos a escuelas de pobres, con otros pobres, conocemos amigos pobres, tenemos costumbres de pobres y tenemos aspiraciones de pobres»
«Nuestras aspiraciones no son las mismas que las de los otros chicos. Sin interculturalidad lo que logramos es que los pibes que tienen esas aspiraciones se junten con otros pibes parecidos, y piensen cosas parecidas, y vivan vidas parecidas. (…) Si no arrancamos por la interculturalidad, vamos a repetir los mismos problemas.”
Al terminar la exposición el público tuvo la oportunidad de hacer preguntas a Mayra. Las inquietudes versaron, entre otras, sobre las cuestiones de violencia de género en las villas, así como sobre las salidas posibles a los contextos de sumisión y vulnerabilidad extremas.
“A veces hay una aceptación casi comercial de la violencia de género. ¿Por qué aceptás la violencia? Casi siempre es un acuerdo económico. Lo que hay que empezar a hacer es que las mujeres tengan mejores trabajos”
La velada finalizó con la entrega de un obsequio para Mayra de parte de Fundación Atilra y del Sindicato, acompañada por un aplauso unánime de quienes colmaron el auditorio.
Despertar la inquietud por la formación, la incorporación de una meta, y la valorización de la educación pública en los sectores más vulnerables, en los que palpitan los deseos de superación (y Mayra es prueba fehaciente) es una tarea de todos los que creemos en la regeneración urgente del tejido social dañado para la realización de una Argentina más justa, más plena, más solidaria.