Dolores perdió el miedo
La extraordinaria difusión del audio en el que el intendente Camilo Etchevarren apretaba al director del hospital para que no atendiera pacientes produjo una doble contribución a la sociedad: ayudó a terminar con la impunidad del cuestionado jefe comunal y con el miedo de los dolorenses.
Por Claudio Siniscalco
Resulta imposible encontrar en las políticas de Cambiemos beneficios para la mayoría de la población. Esto es así tanto en las administraciones municipales y provinciales como en la gestión nacional. Y el motivo es simple y ya bastante conocido: gobiernan para una minoría y pretenden someter a los peores sufrimientos a la mayor parte de la sociedad, a la espera de una mejora engañosa que nunca llega.
Otra característica de los gobiernos macristas –que resulta decisiva porque es la que les permite llegar al poder y mantenerse- es la complicidad de los principales medios de comunicación. Al no poder admitir abiertamente que gobiernan en contra de la mayoría, necesitan la cobertura mediática para mostrar algunas cosas, ocultar otras, mentir, exagerar o relativizar datos según la propia conveniencia, ensuciar adversarios y acallar voces disidentes, entre otros atropellos. Así, buscan (y muchas veces logran) transmitir una imagen de que todo funciona con normalidad.
Se cae la realidad virtual
Pero los ciclos no son eternos y a cada opresor le llega su resistencia. El problema se les presenta cuando la excesiva rigidez de esa realidad virtual que se construyen les impide todo contacto con el mundo verdadero. Cuando la realidad no puede filtrarse de a poco por las hendijas suele imponerse de golpe y con crudeza.
Le sucedió al oficialismo con las PASO, cuando la realidad de un contundente resultado electoral adverso derribó como un castillo de naipes una fábula construida entre el gobierno y los medios hegemónicos que le auguraba al macrismo un futuro promisorio.
En el caso de Dolores, Etchevarren gana las primarias por un puñado de votos y utilizando prácticas intimidatorias propias de la década infame de 1930. Pero antes de los comicios decisivos del 27 de octubre muchos dolorenses que sentían miedo toman conocimiento de estas metodologías despreciables y de otros atropellos que empezaron a salir a la luz. En especial el escandaloso apriete al entonces director del hospital municipal, Jorge Sepero, para que no cumpla con la función del centro de salud a su cargo y derive pacientes a otros hospitales. Se destaca el caso de una mujer con varias semanas de embarazo y un feto muerto en su vientre, a la que Etchevarren no quería que se atendiera.
De estas cosas no se vuelve
Si estas cosas no pueden ocultarse, si salen a la luz, si alguien las revela, es muy difícil, por no decir imposible, que un intendente pueda salir airoso de un escándalo semejante. Hay gobiernos buenos, regulares y malos y todos cometen errores, pero de estas cosas no se vuelve, estas conductas miserables marcan un límite, un «hasta acá llegamos», una frontera que ninguna sociedad puede trasponer.
El 27 de octubre los dolorenses tendrán que evaluar seriamente hasta dónde están dispuestos a llegar. Deberán decidir si continúan convalidando electoralmente los peores vicios de un sistema acabado, o cambian el rumbo hacia un modelo democrático e inclusivo, en sintonía con el proyecto que se inicia el 10 de diciembre en la provincia de Buenos Aires y en toda la Argentina.