«Marxista» y de «La Cámpora», la campaña sucia contra Kicillof
Ahora que Cristina Kirchner asumió un rol de menor exposición pública, el blanco preferido del aparato de manipulación de Cambiemos parece ser Axel Kicillof. Para demonizarlo, no dudan en desempolvar el tipo de campaña que se utilizaba durante la guerra fría, en la década de 1950.
Por Claudio Siniscalco
Fieles a sus principios de constante superación, sintetizados bajo la consigna «siempre podemos ser peores», los principales dirigentes del régimen saqueador hacen fila para pegarle a Axel utilizando un discurso tan fascista como ridículo. Pretender descalificar a un adversario tildándolo de «marxista» es un recurso que los argentinos pensábamos que no volveríamos a ver.
Su sólida formación intelectual y profesional, su sencillez, su claridad para transmitir conceptos, su simpatía y carisma y sus singulares recorridas por la provincia de Buenos Aires en su Clío 2011, marcaron una irrupción casi estelar en la política grande, masiva, mediática, y encendieron luces de alarma en la casta gobernante.
Primero fue Miguel Pichetto, que arrancó con sus ataques el 14 de junio, durante un almuerzo de bienvenida que le ofrecieron los “peronistas” del gobierno de Cambiemos. En ese encuentro, y luego de arriesgar que “va a haber mucho peronismo detrás del presidente Mauricio Macri”, el senador disparó: «El peronismo de la provincia de Buenos Aires lleva a un hombre del PC (Partido Comunista) como candidato. Estoy hablando de Axel Kicillof. Estas son las grandes distorsiones”.
Las disparatadas declaraciones del senador derechista continuaron ayer, en el marco de la cumbre de Cambiemos en Parque Norte
Allí dijo, aludiendo al actual diputado nacional y ex ministro de Economía: “Además de tener una conformación marxista, ha vuelto a reiterar algo que expresa claramente que la Cámpora va a gobernar la provincia de Buenos Aires. No creo que lo logre, pero esa es la intención”.
Y completó la idea: “Dijo que si ganaba iba haber una intervención del mercado de capitales, esto quiere decir ni más ni menos que cepo. Una economía rígida, con fuerte intervención del Estado”.
Pero tal vez por la importancia del objetivo a atacar, no bastaba con Pichetto, y entonces se sumó el primo del Presidente, Jorge Macri. “Tiene una mirada marxista”, fue la grave acusación del intendente de Vicente López, quien a continuación mostró una duda profunda: “¿se le curó esa mirada con el tiempo?, no lo sé”.
Antes que Jorge Macri y después que Miguel Pichetto, también intervino en la fuerza de tareas anti-Kicillof la gobernadora Vidal, quien en realidad es su única oponente directa. Menos pretenciosa, evitó referirse a la teoría política, económica y filosófica creada por Carlos Marx, pero utilizó la otra categoría favorita de la campaña sucia del gobierno: “La Cámpora”.
«Kicillof es Máximo Kirchner y el proyecto es Máximo 2023. Por eso hicieron este armado. No tengo dudas de que La Cámpora va a gobernar la Provincia”, señaló la mandataria bonaerense.
Se sabe que el régimen de Mauricio Macri es capaz de cualquier cosa para mantenerse en el poder. Y cuando decimos «cualquier cosa» siempre se trata de las peores recetas. Nuevamente está en manos de la sociedad, cuando se aproximan elecciones cruciales, abrir los ojos ante campañas tan burdas, que ofrecen no volver a un pasado infinitamente mejor a este presente de tristeza y destrucción.