Transgénicos, último informe: a pesar del rechazo, Macri quiere insistir con Grobocopatel
El 26 de julio de 2016, a medio año de la asunción de Macri a la presidencia, su gestión mostró los dientes en materia de transgénicos. El jefe de la Sociedad Rural era su amigo Luis Etchevehere. Así fue que Reuters informó en un cable que “Corea del Sur rechazó un envío de trigo forrajero argentino después de que encontró cepas genéticamente modificadas no aprobados en la carga, dijo el martes el Ministerio de Agricultura del país asiático”.
Escribe Alejandro C. Tarruella
Y agregaba la agencia británica que “Después de probar 72.450 toneladas de cargamentos de trigo forrajero importados desde Argentina el 12 de julio, se detectó una cepa no aprobada de OVM (organismo vivo modificado) y pedimos su descarte o devolución total”, expresó entones el Ministerio de Agricultura (Corea), país que había importado 396.900 toneladas de trigo forrajero argentino, según el periodista Jane Chung.
Lo curioso del caso es que en aquel año, en Argentina no existían como hoy trigos transgénicos aprobados oficialmente. Es decir que los exportadores (con seguro conocimiento del gobierno, por cuanto el titular de la Rural es experto en sortear el límite de la ley) enviaban trigo que no contaba con control oficial. En ese momento, había 37 tipos de transgénicos aprobados, en maíz (23 tipos), soja (8), algodón (4) y papa (2). Lo que se denunciaba de hecho con la exportación a Argelia, era que en el país se estaban sembrando diferentes variedades transgénicas ilegales.
El macrismo había inaugurado la era de la desinformación y no se daba a conocer públicamente la calidad de los envíos
Se sabe en el mercado que Corea del Sur prohíbe ingresar OMG, organismos vivos modificados, no autorizados. Así fue que “Después de analizar 72.450 toneladas de cargamentos de trigo forrajero de Argentina el 12 de julio se detectó una variedad no autorizada de LMO (OMG) y se solicitó que se desechasen o se devolviesen,” expresaba el comunicado oficial. El trigo había sido embarcado en los puertos de San Lorenzo (Santa Fe) y Bahía Blanca (Buenos Aires) y llegaron por la empresa de transporte holandesa Nidera. El macrismo había inaugurado la era de la desinformación y no se daba a conocer públicamente la calidad de los envíos.
En los primeros días de marzo de 2017, Egipto, el mayor importador de trigo del mundo, rechazó también un cargamento de trigo argentino por razones similares a las de Corea en los primeros.
Pablo Piovano y su testimonio
Ese mismo mes, el notable fotógrafo Pablo Piovano, del diario argentino “Página/12”, recorrió el norte rural argentino y expuso una serie de tomas en España que fue segunda finalista del premio Luis Valtueña de fotografía humanitaria. En Chaco, Misiones y Entre Ríos, Piovano descubrió una “catástrofe sanitaria” con casos de cáncer, trastornos, malformaciones y abortos espontáneos. Varias localidades de esas provincias, como Santa Fe y Córdoba, presentaban ya tasas de enfermedad no atendidas por uso de glisfofatos en adyacencias a zonas de cultivo intensivo en torno a cerca de 30 millones de hectáreas en todo el país. Así fue que se determinó que Urdinarrain, en Entre Ríos, es la ciudad con más incidencia cancerígena producto de los contaminantes que utilizan para la soja, del mundo.
Si a Macri le faltaba algo para completar el “viva la pepa” de los transgénicos, era el rechazo al trigo argentino en Argelia
Si a Macri le faltaba algo para completar el “viva la pepa” de los transgénicos, era el rechazo al trigo argentino en Argelia. Esto ocurrió en los primeros días de enero de 2019, cuando el gobierno africano estableció que la calidad del trigo no cumplía los requisitos del contrato. La cámara argentina del cereal tuvo que informar lo sucedido con Argelia, segundo destino mundial de embarque de trigo de la empresa Cofco. En 2018, se había vendido trigo a ese país por 160 millones de dólares, unas 900 mil toneladas. En la Argentina se argumentó en off que las intensas lluvias de octubre y noviembre de 2018 habían afectado el producto, que se brotó durante el viaje. Una mentira piadosa que no contemplaba que la información, a través de Reuters, ya que los británicos no creen en lágrimas, se desparramó en el mundo. Por supuesto, el gobierno de Macri calló una vez más.
Alemania y Francia no perdonan
Todo este estado de cosas se profundiza con el rechazo reciente de Alemania y Francia, a envío de transgénicos no informados, por parte del grupo Los Grobo, que lidera el habilísimo empresario Gustavo Grobocopatel, responsable por su empresa Bioceres del desarrollo de ese tipo de trigo, que incluso no está aprobado para ser aplicado en tierras nacionales. Lo que significa que lo que no está aprobado en el país, se lo quisieron colocar a los franceses sin previo aviso, a lo piola. Hace unos días, fue entrevistado por María Laura Santillán por Radio Nacional ante quien sostuvo la apuesta: “Argentina podría alcanzar el liderazgo a nivel mundial», se atrevió y continuó: «Seríamos el primer país del mundo que logra tener un gen de tolerancia a la sequía, que permite aumentar las productividades del trigo, y que permite mitigar los impactos del cambio climático”. Ante el rechazo de dos de los principales países de la Unión Europea, Grobo no se ruboriza y acelera porque cuenta con el silencio cómplice del gobierno que ayudó a imponer.
Ante el rechazo de dos de los principales países de la Unión Europea, Grobo no se ruboriza y acelera
Lo que no se subraya, es que el mercado mundial ha rechazado en su mayor parte el trigo transgénico. Y de aprobarlo Macri, cosa que a Grobo no parece poder costarle mucho, lo que sucedería es que caería la producción y la exportación de trigo. Las ganancias con los métodos Grobo pueden ser mayores con las modificaciones genéticas pero ocurre que son rechazadas. No se entiende o algo más grave: hay multinacionales que actúan a espaldas de los países e intereses ciudadanos, para imponer lo que las corporaciones pretenden.
“Nuestra posición desde Bioceres es que hay riesgos que hay que asumir y que esos riesgos tienen que ser mitigados a través de procesos y esos procesos son los que están en discusión”. Macri recibió poco antes de ese reportaje a Grobocopatel, el ceo de su empresa, Bioceres, Federico Trucco (nombre ideal para los manejos de los Grobo) y empresarios del trigo. Les otorgó dos meses para que acuerden si vale o no aprobar la temible tecnología HB4 para el trigo.
Como se ve, al poder no le entran balas. Luego del rechazo alemán y francés a los transgénicos de Grobo, les dan aire para seguir adelante en el camino al abismo por razones puramente corporativas: las ganancias argumentan. En Brasil, se sabe, Nestlé, Bimbo, Bauducco, y PepsiCo exigen una y otra vez al año que se determine que el trigo en uso comercial no sea transgénico. ¿Dónde están, entonces, los intereses del país? Con este gobierno, parece que en ningún lugar.