Rosana Bertone, la gobernadora que olvidó sus raíces y aplicó el peor ajuste de la historia de Tierra del Fuego
El inicio de la gestión de Rosana Bertone en Tierra del Fuego no podía ser menos auspicioso. La madrugada del 9 de enero de 2016, a pocos días de asumir y luego de evitar en su discurso de comienzo de mandato toda referencia al espacio político que la llevó al poder (FPV), la flamante Gobernadora lograba en la legislatura con mayoría oficialista la aprobación de un paquete de leyes que significaría el mayor ajuste del que se tenga memoria en esa provincia.
Sin debate y sin haber adelantado públicamente nada de lo que iba a ocurrir, los legisladores votaron una serie de medidas que marcarían la vida de los fueguinos por los años subsiguientes.
Jubilados, pensionados por discapacidad y empleados públicos sufrieron una quita en sus salarios para cubrir el déficit del Gobierno con la caja previsional. Pero también el sector privado debió asumir las consecuencias de una reestructuración en el organismo de recaudación que le agregó mayor peso fiscal a sus emprendimientos, industrias y comercios.
En una abrir y cerrar de ojos, desapareció el IPAUSS (Instituto Provincial Autárquico Unificado de Seguridad Social) para dar lugar a la creación de la Caja de Previsión Social y la Obra Social de la Provincia de Tierra del Fuego, dos organismos separados en los cuales se quitó a los trabajadores representatividad y se aseguró mayoría automática para el Gobierno en los directorios.
Se eliminó también el 82% móvil de las jubilaciones, se aumentó la edad y años de aportes requeridos en mujeres y docentes, se licuó una deuda del gobierno provincial con el órgano previsional de más de 15 mil millones de pesos y se estableció un aporte especial obligatorio de un porcentaje del salario tanto de trabajadores activos como pasivos para cubrir el déficit de la caja previsional.
A la par, se aumentaron los aportes personales que realiza cada trabajador, dejando congelados los aportes patronales que corresponden al gobierno. Se estableció también un impuesto para los pagos con tarjeta de crédito y se crearon nuevas escalas impositivas perjudiciales para comercios e industrias.
El brutal ajuste provocó la reacción de los sindicatos y de una gran parte de la población, la cual fue reprimida con ferocidad, incluso con la participación de algunos gremios afines al oficialismo que actuaron como fuerza de choque. Pero el Gobierno ya había logrado su cometido y no hubo marcha atrás.
El ajuste perverso al mejor estilo macrista propiciado por la Gobernadora Bertone marcó el pulso de una gestión que no abrió paritarias ni estableció aumentos salariales por tres años, que tomó una deuda de 200 millones de dólares para realizar obras que nunca empezaron y que promovió cada uno de los tarifazos que se sucedieron tanto a nivel nacional como a nivel provincial.
Las relaciones carnales con el Gobierno Nacional se justificaron como necesarias para obtener beneficios para Tierra del Fuego, pero lo cierto es que esa provincia terminó siendo una de las más golpeadas por las medidas económicas de Macri acompañadas por la Gobernadora.