Edgardo Rovira: 1050 UVAs verdes
El viernes 28 de julio de 2017, el dólar volvió a marcar un récord superando la barrera ideológica de los $18. Para evitar una corrida cambiaria aún mayor, Sturzenegger vendió u$s 300.000.000 millones de reserva, en la semana ya había mantenido alta la tasa de los pases esperando así contener la moneda norteamericana. En el Banco Central plantean que el dólar en la Argentina es flexible, no está regulado, pero eso es falso, tiene una flotación sucia, entre márgenes que sólo conoce el presidente del BCRA, el presidente Macri, el ministro de hacienda Dujovne y el de finanzas Caputo. En las últimas semanas, la estrategia oficial para cubrir la manipulación cambiaria fue mandar a bancos públicos a vender divisas al final de la jornada para desinflar los precios y desalentar corridas y tapas de diarios en contra al día siguiente.
El gobierno de Macri hace más de un mes que buscan generar tranquilidad con el dólar. Así escuchamos al ministro Dujovne decir “el dólar salió de la tapa de los diarios y dejó de ser una preocupación”, o el jefe de gabinete Marcos Peña decir que “no hay motivos para preocuparse por el dólar en la Argentina” o al propio presidente Macri decir “el dólar ya no tiene que ser un problema”. La realidad es que el dólar sigue siendo un problema, un problema realmente mayor si tenemos en cuenta las políticas neoliberales que lleva adelante el gobierno de Macri.
Los sectores más vulnerables de la población también empezaron a recibir el impacto de la suba del dólar. El precio de la canasta básica de alimentos se disparó. Se registraron remarcaciones de la carne vacuna la semana pasada seis veces más elevadas respecto de las registradas en la primera semana de julio,según consultora Elypsis. También subió la leche y el pan,las tarifas de gas dolarizadas también subirán, empujando también la suba de la luz en muchos casos.
La realidad es que el dólar sigue siendo un problema, un problema realmente mayor si tenemos en cuenta las políticas neoliberales que lleva adelante el gobierno de Macri
Uno de los principales problemas lo tienen aquellos ciudadanos que sacaron un préstamo hipotecario para comprar una vivienda ajustado por UVA, es decir, un crédito que se actualiza mes a mes por inflación, pero no sólo la cuota, sino también el capital endeudado. Mientras que un crédito hipotecario tradicional mes a mes va bajando el capital, en el indexado por inflación, si hay inflación, cada vez se paga más y se debe más. Por ejemplo, si al 31 de marzo de 2016 sacabas en el BNA a 20 años un crédito por $1.000.000 y otro igual, pero con ajuste por UVAs el 7 de julio de 2017 quién sacó el crédito tradicional estaría pagando cuotas fijas hasta el tercer año por $12.435, habría cancelado $ 186.525 quedando por saldar un capital de $987.481. Quien sacó el crédito con UVAs, comenzó pagando $7.915 pero producto de la inflación ahora estaría pagando $ 10.627, canceló $ 139.768 pero estaría debiendo $ 1.334.286. Después de 15 meses la deuda creció 33% y no está muy claro que la corrida cambiaria esté controlada, habrá que esperar esta semana.
Los que tomaron créditos ajustados por UVAs, por ejemplo hace tres meses, están recibiendo recién ahora el dinero en sus cuentas bancarias. El problema es que las entidades depositan pesos, pero las propiedades se compran en dólares. Por lo tanto, al momento de cambiar los pesos por dólares el comprador se encuentra con que tiene 16% menos de dólares que cuando hizo las cuentas para sacar el crédito.
Los que tomaron créditos ajustados por UVAs, por ejemplo hace tres meses, están recibiendo recién ahora el dinero en sus cuentas bancarias. El problema es que las entidades depositan pesos, pero las propiedades se compran en dólares
Debemos agregar a los problemas inflacionarios de la Argentina, a la devaluación de las últimas dos semanas, que estos préstamos hipotecarios en UVA salieron al mercado con tasa promedio del 5% anual. Pero las entidades financieras que lideran la asignación de estos créditos aumentaron la tasa entre 2 y 3% en enero de 2017. Nada impide que vuelvan a subir esta tasa si el BCRA se ve obligado por la corrida cambiaria a subir la tasa de la Lebac al 38% como el año pasado.
A la alta inflación y la suba de tasa, hay que agregar la escasa recomposición salarial que viven los trabajadores argentinos. En 2016 la mayoría de los sindicatos obtuvieron una recomposición salarial del orden del 32,9%, mientras que la inflación trepó por arriba de 40%. En este contexto, si el costo de vida sube más que los salarios pierde poder adquisitivo y el peso total de los pagos del crédito UVA se vuelve impagable, más, si ese crédito está indexado por inflación.
Frente a la nueva devaluación del peso, no podemos dejar de recordar lo que produjo la circular 1050 que instituyó un tipo de préstamo en el que las deudas se indexaban por la tasa de interés vigente en el mercado. Pero como esos intereses fueron durante años muy elevados en términos reales, el crecimiento de las deudas superó ampliamente la marcha de los ingresos y de los demás precios de la economía. De hecho, fue mayor la suba de los precios de los inmuebles hipotecados, por lo que las deudas contraídas para comprarlos sobrepasaron el valor de las viviendas.
Con el marketing del gobierno de Macri no se solucionan los problemas, “pagar por tu casa lo mismo que un alquiler” es una linda mentira publicitaria si no te explican los riesgos de pagar una cuota indexada por inflación
Con el marketing del gobierno de Macri no se solucionan los problemas, “pagar por tu casa lo mismo que un alquiler” es una linda mentira publicitaria si no te explican los riesgos de pagar una cuota indexada por inflación. Al final, corrés el riesgo de perder tu casa y las cuotas que pagaste, tener que pagar un alquiler y si el valor del inmueble es menor a la deuda del crédito hipotecario vas a tener que seguir pagando cuotas, por lo tanto, pagar dos alquileres con el riesgo de seguir atado a cuotas indexadas por inflación. Con estos créditos hay una notable transferencia de recursos de las familias asalariadas a los bancos. Los tomadores de préstamos en UVA pagarán más, tan sólo por el hecho de que sus salarios no ajustan a la misma velocidad que las cuotas. Todo el peso excedente de cuotas nuevas con salarios viejos se acumula a lo largo de la vida del préstamo, implicando un pesado pago extra para los hipotecarios.
Es claro, el gobierno de Macri vino a modificar la lógica del acceso a la vivienda desde un sistema que buscaba incluir a los sectores de menores recursos (con el Procrear), por otro que está puramente destinado a transferir ingresos y beneficiar al sector bancario.