16 de diciembre de 1982: El día que la CGT y la Juventud Peronista casi toman la Casa Rosada
Por Maximiliano Borches
El 16 de diciembre de 1982 se transformó en un día histórico, donde se asestó el golpe final a la dictadura cívico-militar que venía asolando al pueblo, su economía y desarrollo productivo desde 1976, con el fatal saldo de 30 mil detenidos-desaparecidos. Durante esa jornada, decenas de miles de argentinos, mayoritariamente encolumnados en los gremios de la CGT y la Juventud Peronista, junto a organismos de Derechos Humanos y la Multipartidaria, realizaron la denominada «Marcha por la Vida», donde hicieron retroceder como nunca antes a las fuerzas represivas del Ejército y la Policía Federal, y hasta casi toman por asalto la Casa Rosada. Ese día de resistencia y lucha, caía muerto por balas policiales el obrero metalúrgico salteño de 28 años, Dalmiro Flores.
Habían pasado seis meses de la derrota militar en la Guerra de las Malvinas, el general genocida Leopoldo Fortunato Galtieri era suplantado por otro criminal, Reinaldo Birgnone -quien un año después le entregará la banda presidencial al presidente electo por el pueblo Raúl Alfonsín-, y la dictadura comenzaba a marchitarse en gran parte por las masivas movilizaciones que se venían desarrollando desde 1981, con la CGT a la cabeza, y la conformación desde ese primer año de la década del ´80, de la Multipartidaria, integrada por el Partido Justicialista (PJ), la Unión Cívica Radical (UCR), el Partido Intransigente (PI), el Partido Demócrata Cristiano (PDC), y el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID).
Aquel 16 de diciembre de 1982, el Ejército y la Policía Federal habían acordonado los alrededores de la Plaza de Mayo, para que la masiva manifestación no pudiera acercarse al centro del poder político del país: la Casa Rosada. En ese contexto, las pobladas columnas de la CGT y la Juventud Peronista (JP) , que encabezaban la marcha desde las Diagonales Norte y Sur y Avenida de Mayo, habían sido brutalmente reprimidas por las fuerzas represivas, pero inmediatamente lograban reorganizarse y resistir el embate de las armas y los carros hidrantes.
En medio de una de esas escaramuzas con las fuerzas represivas, cae al suelo sin vida el obrero peronista salteño de 28 años perteneciente al sindicato de la UOM, Dalmiro Flores, por un balazo policial.
La organización con la que habían marchado la CGT y la JP, les permitió una rápida reorganización que terminó en una avanzada victoriosa ante el Ejército y la Policía Federal, cuyo retroceso terminó en una desbandada carrera hacia el interior mismo de la Casa Rosada, donde se habían atrincherado.
Una vez que logran asentarse firmemente en Plaza de Mayo tras el desbande de las fuerzas represivas, los miles y miles de jóvenes peronistas y trabajadores de la CGT, estuvieron a un paso de tomar por asalto la Casa Rosada, golpeando sus puertas herméticamente cerradas con las vallas, que en teoría, habían sido desplegadas para la contención de la enorme bronca popular. Imparable ésta cuando se organiza en base a la unidad y objetivos en común.
El 16 de diciembre de 1982, del que se conmemoran 34 años, fue otro capítulo más del proceso de resistencia popular encabezado por el movimiento obrero organizado, la juventud peronista, distintos organismos de Derechos Humanos y partidos políticos de la democracia, que en aquel contexto entendieron que sólo con la unidad se logra vencer a la tiranía.
Una experiencia de lucha necesaria para ser revisada en estos aciagos días de ajustes contra el pueblo, políticas de hambre, destrucción de la producción nacional, desocupación y entrega de la soberanía nacional.