Rafecas sobre los ataques: «Nunca vi esto en 30 años de democracia»
El juez federal Daniel Rafecas expresó que la solicitada para pedir su destitución, que firmó un grupo de personalidades de distintos ámbitos, fue un hecho «sorpresivo y desagradable» e insistió en que «no hay elementos» para reabrir la denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman contra la presidenta Cristina Fernández.
«Que se exija al Consejo de la Magistratura una decisión de antemano sin escuchar al acusado y sin ningún elemento de juicio ni de prueba es algo inusual: en 30 años de democracia no se ha visto algo así», sentenció el juez sobre la solicitada que firmaron personalidades de la política, la Justicia y el periodismo.
En declaraciones a radio Vorterix, aseguró que no cree «en absoluto» que peligre su cargo, al enfatizar que su «actuación en el caso Nisman es irreprochable desde el punto de vista jurídico».
El juez sostuvo que haberse encontrado con la solicitada fue un hecho «muy sorpresivo y desagradable» porque «uno puede suponer que públicamente se haga un pedido para que se investigue el comportamiento de un juez o para que las instituciones funcionen conforme a lo que se espera, pero no para destituir a alguien».
Para el juez «es una presión que se da de frente con el funcionamiento de las instituciones y con la independencia judicial» y valoró «las más de 3.000 adhesiones» de respaldo que recibió tras la solicitada que fue publicada la semana pasada en distintos diarios nacionales.
El juez también cuestionó que se le achaque haber desechado la denuncia de Nisman en «tiempo record», al advertir que se trata de «una acusación mediática» ya que, aseguró, «tenía tres días hábiles para decidir» y se tomó «siete días hábiles por la complejidad del caso».
«Estudié con detenimiento y seriedad todos los elementos que se habían presentado en esa denuncia. Esa hipótesis del fiscal no encajaba en ningún delito», aseveró en diálogo con radio Vorterix, donde resaltó que «lejos de lo que dice la solicitada, los elementos de prueba que presentó Nisman eran totalmente opuesto a las hipótesis de delito».
Rafecas reiteró que «Nisman decía que a partir de la entrada en vigor» del memorandum de entendimiento con Irán por el atentado a la AMIA, «Argentina quería dar de baja las órdenes de captura de los iraníes investigados en la Justicia argentina, pero esa información no tenía ninguna prueba que lo avalase, más bien todo lo contrario».
«No hubo hipótesis de delito en ese momento, ni va a haber hipótesis de delito ahora porque además se declaró la inconstitucionalidad del pacto», subrayó el juez, quien juzgó que el fallecido fiscal «presentó una denuncia que carecía de una hipótesis de delito y las pruebas que presentó para apoyar esa hipótesis, lejos de comprobar ese delito, lo desmentía».
Rafecas también desestimó los argumentos que presentó la Delegación de Asociaciones Israelitas de Argentina (DAIA) para reclamar la reapertura de la causa, al remarcar que «hoy no hay elementos para reabrirla».
El juez puntualizó que «la DAIA ha presentado un escrito diciendo que han aparecido nuevos elementos para reabrir la investigación», pero «los dos elementos no permiten conmover aquella decisión de desestimación: uno es que la inconstitucionalidad de ese tratado, que en aquel momento era materia de apelación, ahora ha quedado firme, pero eso da la razón de que el delito nunca se podía cometer».
«Y el otro planteo es una conversación entre (el ex canciller Héctor) Timerman y dos dirigentes de la comunidad judía que fue grabado subrepticiamente, entonces es nula desde el punto de vista de prueba», agregó el magistrado, quien vaticinó que «despues de la Cámara de Casación, la DAIA seguramente va a querer llegar a la instancia de la Corte» Suprema. Consultado sobre si teme por su destitución, respondió que «no» cree que peligre su cargo «para nada, en absoluto», y aseguró que ha «actuado en todas las causas, siempre, sin presión» y eso le ha «valido muchas denuncias».
«En ningún caso vi peligrar mi cargo y en este caso mucho menos. Es inaudito que se pretenda perseguir o remover a un juez por el contendido de una sentenció», reprochó el magistrado.