Barrabravas aprietan a jugadores de Deportivo Morón
La victoria de Deportivo Morón frente a Colegiales se vio empañada en el siguiente entrenamiento, cuando un grupo de barrabravas amenazó al delantero del equipo por hacer público el reclamo salarial del plantel.
Según consigna el portal Buenos Aires 2.0, el club acarrea un atraso salarial muy importante, pero que se vio notablemente agravado desde la asunción de Pablo Sauro. No solo porque continuó la falta de pago, sino porque prácticamente no tiene diálogo con los jugadores; se niega a ir a reunirse con el plantel en el vestuario -quiere hacerlo sólo con «dos o tres» y en una oficina fuera del club-, no atiende las llamadas de los principales referentes del equipo y hace promesas que no cumple.
Pero, además, dice públicamente cosas que son falsas, o al menos inexactas, ya que asegura que los jugadores «están casi al día», cuando la mayoría del plantel, que está en el club desde el año pasado, apenas cobró una mínima parte del salario de febrero; cuando reciben dinero sólo son entre 2 y 3 mil pesos, y cada 3 semanas promedio, lo que obviamente sólo logra agrandar la deuda.
Javier Rossi está a préstamo Morón desde febrero de este año. Llegó desde Barracas, se ganó la titularidad con la camiseta número 9 y en pocos partidos también el clamor de los hinchas del Gallo que ayer lo vitorearon en la cancha y lo aplaudieron hasta que las palmas se enrojecían.
Es que «El Bicho», como le dicen, no sólo demostró ser «buen tipo», «buen compañero», sino que futbolísticamente le ayuda a Morón a soñar con un ascenso. Es el goleador del campeonato, y este martes lo dejó a 4 puntos de la punta con 9 en juego tras haber convertido los dos goles que le dieron la victoria frente a Colegiales que por eso, perdió la punta.
Sin embargo, Rossi desató la furia de los barrabravas afines al presidente del club luego de hacer público el reclamo salarial frente a la prensa: «En lo personal la estamos pasando mal. Que no quede como que no pasó nada. Da bronca porque se ganó un partido con uno menos y que no te respondan; que yo llegue a casa y no te respondan», disparó El Bicho, en referencia a la falta de comunicación de Sauro.
«Por eso la mezcla de alegría y tristeza; porque más allá de todo, se la está pasando mal y parece que a nadie le importa. Por eso uno se cansa y se cansa de dejar todo y que no pase nada como si estuviera todo ok. Para mí no es así. Ojalá que esto sea bueno para nosotros y para la institución. Después, que lo manejen bien o mal no me corresponde a mí decirlo, pero sí que lo hagan bien porque lo están haciendo muy mal y lo estamos pasando muy mal» denunció.
«Esperemos que nos respondan, porque estamos dolidos y yo en mi caso verdaderamente cansado de llegar a mi casa con las manos vacías. Se dicen muchas cosas pero se cumple nada. Necesitamos que ponga la plata, no la carita, porque que nos día «sí, ya está» y no está no sirve. Al jardín de infantes de mi hija no le puedo ir con excusas. A mi nena no le puedo dar de comer con palabras», dijo el jugador.
Necesitamos que ponga la plata, no la carita, porque que nos día «sí, ya está» y no está no sirve. Al jardín de infantes de mi hija no le puedo ir con excusas. A mi nena no le puedo dar de comer con palabras
En otro tramo de la entrevista, relató que incluso había pensado en «sacar una bandera» dentro de la cancha para que se conociera el reclamo, porque está «cansado de las mentiras»: «Nosotros mañana (por hoy) venimos, entrenamos, y ponemos la carita de nuevo. Pero los que la ponen son los jugadores, los otros mienten, porque plata no traen. Por eso estoy cansado y dolido. Es feo llegar a casa sin nada», concluyó.
Estas palabras parecen haber sido el desencadenante del episodio ocurrido en el vestuario al día siguiente. Pocos minutos antes de arrancar el entrenamiento, y con la mayoría del plantel presente, tres hombres armados acorralaron al Bicho Rossi contra una pared, al grito de «acá no habla más nadie».
Al instante, los compañeros de Javier se abalanzaron para defenderlo. De ahí en más, sólo se sintieron empujones y gritos durante interminables minutos en los que todos pensaban que en cualquier momento se «escaparía un tiro» que podría terminar impactando en cualquiera de ellos.
El enojo de esta patota, al parecer, tiene connotaciones «políticas». El club atraviesa un proceso electoral en el que definirá nueva Comisión a mediados de junio y hay anotados aun cuatro candidatos, uno de ellos es el propio Sauro.
La publicación de los reclamos y de la verdadera situación económica que atraviesa el plantel no deja bien parado a la actual cabeza del club, quien de todos modos se desligó de responsabilidades -como si fuera sencillo que ingresen 3 personas armadas al sector donde entrenan los jugadores y el club no tuviera que dar explicaciones por esto- y tiró la pelota afuera intentando «operar» versiones en las que él mismo sería víctima de una maniobra de algún adversario para «hacerlo quedar mal».
Finalmente, los jugadores fueron presionados para no realizar la denuncia judicial, y Javier Rossi ya anunció que se va del club: «Fue un momento de mierda», dijo ante algunos de los periodistas que estaban cubriendo los incidentes. Contó que jamás en toda su carrera vivió una situación similar y agregó: «si querían lograr esto, que Rossi se vaya, Rossi se va», confirmando así que está decidido a abandonar el club del oeste.