Continúa la campaña de desprestigio del Grupo Clarín al Papa Francisco
El periodista Alfredo Leuco le dedicó duras palabras al Sumo Pontífice en su columna dominical, bajo el título «el doloroso rol que el Papa Francisco cumple en Argentina».
Durante toda la semana, los distintos medios del Grupo Clarín dispararon contra el Papa luego de que la dirigente social Margarita Barrientos lo acusara de no recibirla ‘por temas políticos’. A pesar de que el sacerdote bonaerense Fabián Báez contó que el mismísimo Francisco le aseguró no estar al tanto de la presencia de Barrientos en aquella ocasión, el multimedio continuó con los agravios.
Este domingo el encargado fue Alfredo Leuco, quien afirmó sentirse «desilusionado» por «el rol que Bergoglio está cumpliendo en la Argentina».
El periodista criticó la buena relación que el Papa mantenía con la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el hecho de haber recibido a dirigentes kirchneristas en múltiples ocasiones: «Manifesté varias veces la señal contradictoria que envía el Papa a los argentinos cuando predica contra los corruptos y simultáneamente recibe a algunos mafiosos enriquecidos ilegalmente en la función pública».
En ese sentido, apuntó especialmente contra Milagro Sala, el dirigente sindical Omar «El Caballo» Suárez y Hebe de Bonafini, a quien acusó de haber manchado «su pañuelo blanco con dos casos de corrupción».
Sin embargo, uno de los episodios que más le molestó a Leuco fue el trato de su Santidad al «flamante presidente Mauricio Macri»: «Macri fue despachado en 23 minutos, con caras estudiadamente serias pese a que se trataba de un jefe de Estado elegido democráticamente», se indignó.
A modo de cierre, el periodista fue por más y lanzó una polémica declaración: «A veces, medio en broma y medio en serio, pienso cuanto falta para que el Papa Francisco reciba a Lázaro Báez», dijo, en referencia al empresario sospechado de cometer delitos vinculados al lavado de dinero.
«Por lo pronto, con todo respeto, me dedico a no callar estos temas inquietantes y a poner el grito en el cielo. Dios proveerá», concluyó.