22 de octubre de 2023: Un pueblo en pie y un milagro posible
La hora de la verdad
Aquello que se caracteriza como un milagro puede ser un giro histórico en el cual, una vez más, la significación del pueblo tiene un valor decisivo.
Ese fenómeno puede ser estridente en las últimas horas del próximo domingo 22, al conocerse los resultados de la primera vuelta de las elecciones nacionales. El llamado milagro diría que por una vez el tema económico financiero, que lleva el nudo de la soga que ahorca, no sería lo central en la definición de las grandes mayorías a la hora del voto. Ese valor relativo, impuesto a sangre fuego, muertes, desapariciones, negación de derechos y existencia, no estaría en el centro de la escena sino una decisión histórica y estratégica del pueblo argentino, de Ushuaia a La Quiaca. Podría señalar además, que el cambio de época está entre nosotros. Aquí mismo y ahora.
El contexto suramericano expone la relación con Brasil, gobernado por Lula, que apoya con énfasis y facilitó en el plano internacional, el ingreso de Argentina a los BRICS, que se formalizará el 1° de enero próximo. En tanto, el presidente Alberto Fernández, acaba de formalizar una ayuda de China por u$s 6,5 mil millones a través de los swaps. La derecha dice que no sirve y sin embargo, el primer presidente que utilizo el sistema –porque sirve- fue Macri. Si a este hecho concreto, se le añade la mirada permanente del Papa Francisco, sus palabras, sus iniciativas como la reciente marcha a Luján, se observa que hay un nuevo horizonte internacional para el país que solamente puede conducir el frente político que encabeza Sergio Massa en Unión por la Patria. Ese horizonte no exige alineamientos sino vínculos sólidos. Si la derecha chilena, convirtió a China en su principal socio comercial en el mundo, ¿qué les queda a los candidatos de la derecha que anuncian que romperán relaciones con el gigante asiático e incluso con Brasil? Tal vez, también el absurdo.
La derecha intenta en tanto, crear una realidad falsa. Milei, desorbitado y acaso con alguna perturbación no declarada, anuncia catástrofes, casi una contienda civil para imponer lo que no dice, la continuidad y profundización del poder los globalistas y sus socios, los usureros de las cuevas que sostienen la circulación del dólar ilegal en connivencia con los bancos. Aunque dejemos en claro que una gran proporción de los bancos y financieras, hoy se alejan de Milei porque la locura los puede llevar puestos a ellos mismo. “No comen vidrio”, se diría en el barrio. Y por otra parte, como se ha visto, Massa no está dispuesto a sostener un modus operandi mafioso en el sector.
Los actores y la hora política
“Voy a dejar cada gota de sudor para construir el triunfo de Unión por la Patria”, fue la definición mayor de Sergio Massa en el acto masivo que se realizó en Sarandí, junto a Axcel Kiciloff quien expresó, entre otras cosas: “No conozco otra casta peor que la del poder económico y sus candidatos sumisos”. Massa planteó que hoy “El 80% de los pibes de nuestras universidades son primera generación de trabajadores, eso es movilidad ascendente e igualdad” y aclaro por las dudas que el peronismo “no hace negocio con los derechos, lo que hacemos es justicia social en la línea de Perón, de Evita, de Néstor y Cristina”. Y por eso remarcó que convocará “a un gobierno de unidad nacional que deje asentada diez políticas de Estado para que tengan tranquilidad aquellos que hoy tienen preocupación por el futuro de los argentinos”.
La etapa que plantea es la de conducción al tener muy preciso el concepto del momento histórico del país y el cómo de su inserción en la multipolaridad. Si el Papa propone “No tengamos miedo a que salgan los verdaderos valores de un país”, lo que sucede hoy en los planteos de Sergio Massa, es que se advierte que hay un mensaje mayor al que hay que contemplar a la hora de trazar el mapa del rumbo a seguir.
La respuesta de Kicillof al expresar “Sergio, te vamos a acompañar. Estoy seguro que no solo en el peronismo ni UP, sino la gran mayoría de los bonaerenses saben que nos es con menos educación, sino con más. Que no es con menos industria nacional sino con más. Que es integración provincial y no con menos federalismo”, define el momento histórico y un alineamiento de realidad que es incontrastable. “… nada importante se logrará con la polarización agresiva” en Argentina, había dicho el Papa Francisco. Y una clave de su propuesta, que se anuda al planteo de los dirigentes políticos, es la recuperación del valor de compartir, que se mantiene en el pueblo. “El verdadero milagro, no es la multiplicación que produce orgullo y poder, sino la división, el compartir, que aumenta el amor y permite que Dios haga prodigios”, subrayó.
Lula en tanto, había planteado en mayo pasado, que “Los elementos que nos unen están por encima de las diferencias ideológicas”, y sellaba su posición respecto del quehacer que lo esperaba en la región señalando que “La integración debe ser un objetivo permanente. Dejar que las divergencias se impongan sería muy costoso, además de desperdiciar lo mucho que ya hemos construido juntos”.
En este punto, entra a jugar la organización y la conducción de un proceso histórico político. Si la conducción es un arte para encontrar el camino de su realización, es necesaria la condición común, comunitaria, diversa, plural y en movimiento de la idea que la promueve. Las corporaciones y el neoliberalismo aducen una presunta modernidad, renovación, agilidad pero, para aplicar esos “principio”, de imposición, no comunes ni compartidos, precisa de un sistema anquilosado, la “jefatura”, la dirección sin personas comunes ni semejantes, precisa de la manada que cumpla órdenes sin chistar. Una regresión violenta. Por eso, a través de los alucinógenos no pretenden crear naturaleza ni humanidad, sino zoombies, una suerte de monstruos, despojos de humanidad para acabar con la impresión del otro y con el otro. Qué es el camino de la globalización hoy en retroceso. Y esa es la propuesta a oscuras de Milei y Bullrich.
Esta elección por eso, juega un rumbo y este domingo con seguridad va a quedar aislado, quizá definitivamente, o acaso, será el primer paso para consolidar la recuperación del país. En eso estamos y más de dos millones de votantes más que con seguridad de anotarán en la elección, van a confirmarlo. Hay una esperanza y hay que compartirla hasta el último instante para dar vuelta las cosas. Definitivamente.
