Gaelle: 300 despidos y movilización
La fabrica de zapatillas Gaelle de Avellaneda ha decidido dejar de producir para comenzar a importar. A la fecha más de 300 operarios fueron despedidos. Desde entonces los trabajadores mantienen un acampe frente a la empresa y tienen prevista una movilización al Ministerio de Trabajo local para este jueves 1 de noviembre.
En los tiempos que corren son cada vez más -tristemente- frecuentes los casos de aquellas empresas que por cuestiones de costos, bajas en las ventas y suba de servicios, cesan la producción -afectando a cientos de trabajadores que pierden sus fuentes de ingresos- para comenzar a importar, porque producir en estas condiciones «no es negocio».
Uno de los casos representativos de lo mencionado sucede por estos días con los trabajadores de la fabrica de zapatillas Gaelle del barrio Piñeiro de Avellaneda. El dueño de la firma, José Lópes, hace varios meses tomó la determinación de dejar de producir para comenzar a importar. A la fecha más de 300 operarios han sido despedidos en diferentes tandas, varios de los cuales se han visto obligados a aceptar el retiro voluntario ofrecido por la empresa, mientras que otros han tomando el camino de la vía judicial y se encuentran en juicio.
Pero sucede que los últimos 30 empleados despedidos por Gaelle, han sido desvinculados sin indeminización ni arreglo previo con la firma, quedándose literalmente en la calle. Desde entonces, los trabajadores sostienen un acampe frente a la fabrica, resistiendo a las inclemencias propias del clima y la situación, y comiendo lo que los vecinos les acercan.
Exigen que la empresa los reincorpore a sus puestos de trabajo o bien los reconozca como extrabajadores y les pague lo que corresponde legalmente por sus años de desempeño. El acampe ha sido acompañado por diferentes agrupaciones políticas, sociales y sindicales.
Según informaron en las últimas horas, y tras otra promesa incumplida por parte de la empresa, los afectados han decidido movilizarse este jueves 1 de noviembre desde la estación de trenes de Sarandí hasta el Ministerio de Trabajo de Avellaneda, para exigir respuestas a las autoridades competentes frente a la violación sistemática de sus derechos como trabajadores.
