Cierran por decreto el instituto Dorrego que fundó Cristina
El gobierno de Mauricio Macri cerró por decreto el Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino y Latinoamericano Manuel Dorrego que en 2011 había creado, también a través de un decreto, la ex presidenta Cristina Kirchner.
La iniciativa de dar fin al organismo surgió del actual ministro de Cultura, Pablo Avelluto, quien aseguró que «los propósitos con los que fue creado chocan con cualquier idea plural y democrática de la historia».
Había sido creado por el kirchnerismo en 2011 bajo la premisa de «no promover una visión única de la Historia». Tenía 38 empleados y un presupuesto para el 2016 de 18 millones de pesosTiempo de disoluciones y cambios también en el ámbito de la cultura. Ahora fue el turno del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego, creado en 2011 por decreto del gobierno de Cristina Kirchner para defender el «ideario nacional» frente al «embate liberal y extranjerizante».
Se trató de uno de los organismos que reforzaba desde el ámbito histórico las posiciones discursivas del gobierno nacional y que seguía la línea planteada por la ex presidente de defensa de Juan Manuel De Rosas y otras figuras controversiales del federalismo.
Avelluto asegura que el Estado no puede tomar partido por una corriente historiográfica
El cierre del Instituto Manuel Dorrego, que también se dispuso por decreto, era una de las iniciativas urgentes del ministro de Cultura del gobierno macrista, Pablo Avelluto, quien propuso directamente cerrarlo «en nombre del pluralismo».
«No es función del Estado promover una visión única de la Historia ni reivindicar corriente historiográfica alguna sino, por el contrario, generar las condiciones para el ejercicio libre e independiente de la investigación sobre el pasado», reza uno de los considerandos del decreto.
Lo cerramos en nombre del pluralismo porque es una mirada, no una mirada plural», le dijo Avelluto al diario Clarín. Contrariamente a lo que señalaba el decreto mediante el que fue abierto el Dorrego, el ministro cree que con su creación, el Estado «tomaba partido» por una corriente historiográfica.
«No está en discusión si el revisionismo (de la historia) es legítimo, sino que el Estado lo promueva», sostuvo.