Amicone: “En la industria del calzado ya perdimos 7.000 puestos de trabajo”
El Secretario General del Sindicato del Calzado (UTICRA) afirmó su sector perdió 7000 puestos de trabajo y disminutó un 35% el consumo desde que asumió Macri. Por otra parte, consideró que el paro del 25 de la CGT será contundente, aunque mostró pocas expectativas de que el ejecutivo replantee su política luego la medida de fuerza.
Hugo Gulman
-¿Cómo analizás la situación del sector?
Amicone: Tanto nuestra industria como la textil, que son gremios sensibles, estamos casi en una situación terminal y exigimos a las autoridades que modifiquen el rumbo. Necesitan cambiar porque esta Argentina así no tiene destino, mucho menos nuestras actividades.
-¿Ves intenciones de cambio?
Amicone: Pareciera haber desinterés, más allá de algunos anuncios que hechos para el sector, que sólo benefician a empresarios y va en detrimento de la recaudación, ni siquiera son un paliativo para las dificultades del sector, que está siendo agredido con una baja del consumo de más del 35 por ciento y la apertura de las importaciones.
Amicone explicó que “el gremio perdió más de 7.000 puestos de trabajo desde diciembre de 2015” y no sabe cuándo terminará la sangría porque todos los días aparecen despidos o retiros voluntarios, que profundizan las dificultades en el sector. Gran parte de la industria del calzado pasó a ser ensambladora, lo cual que la industria integral ha desaparecido y vienen del exterior hasta los cordones y hay cinco mil trabajadores en esa situación. “Estamos comprando un 95 % de trabajo y pagando salarios en el exterior y le agregamos entre el 3 y el 5 % en la Argentina. Eso no es una política industrial, a eso no se le puede llamar industria”, lamentó.
En una entrevista concedida al programa Quedate con el vuelto, que se emite por AM Onda latina, el dirigente señaló que ni trabajadores ni empresarios ven un horizonte de cambio, ya que con tasas del 40 % y la corrida cambiaria no se sabe si el dólar es 27 o 30, y la incertidumbre es generada por la ausencia de un Estado que desarrolle un programa de producción que abarque el mercado interno y el internacional.
-El vínculo entre gremio y empresarios siempre fue bueno ¿sigue así?
Amicone: Sí, tenemos diferencias, pero esta crisis afecta a los trabajadores y también a los empresarios. El 95 % de las empresas son pymes. ¿Qué hacemos? Una política común. Cuando llamaron del ministerio de Producción a una reunión con el ministro Cabrera, las únicas dos cámaras y sindicatos que no asistieron fueron la Cámara del calzado y los trabajadores. Ahora pretendían que suspendamos una conferencia para ir a reunirnos con el ministro. Necesitamos políticas de fondo. Tenemos diferencias, como magros salarios y empresarios que aprovechan mejor que los trabajdores los buenos momentos, pero actualmente las fábricas están paradas.
-¿Hay datos de cuánto creció la importación en el sector?
Amicone: Cada vez más. Hay que cambiar el ensamblado a un proceso integral de la fabricación en el país. Esto ocurre en la industria automotriz, en la textil, en la metalúrgica. Le estamos comprando y pagando el salario al 70 % de la mano de obra en Brasil para calzados finos y acá se ensambla. Eso no va a llevar a buen puerto.
El gremialista confiesa su temor de que el gobierno los considere como sectores inviables y por las cosas que suceden, no vislumbra buenas perspectivas. “Toda la cadena manufacturas de cuero significarían 50 mil puestos de trabajo, pero para eso hay que tener un estado presente y activo que acompañe el desarrollo de las pymes”.
-¿Qué podría esperar el país y el gremio del calzado de aquí a un año?
Amicone: Veo la actividad en decadencia, hemos perdido especialización. La fábrica más vieja del calzado es Grimoldi y el 80 % de lo que comercializa es de origen importado. Mirá cómo estaremos que hace unos días un importante hombre de negocios del sector me dijo ‘ojalá estuviéramos en la época de Menem’
En relación al paro que la CGT anunció para el lunes 25 consideró que hubo que acordar y que esto es una construcción difícil, ya que provienen de vertientes y miradas distintas con respecto a lo que había que hacer. “Será un paro con una fuerza notable. Todo paro se hace para que el poder replantee lo que está haciendo y se acerque a la realidad, que es muy angustiante. Hay más de 1.000 personas más que antes en la calle sólo en la capital”.
-¿Qué opinás de la posibilidad de que ambas CTA vuelvan a la mesa de la CGT?
Amicone: No hubiera ocurrido (la separación) si hubiera vivido Germán Abdala. Siempre la discusión es adentro, nunca afuera.
-Unos 600 mil trabajadores pasarían a formar parte de gremios incluidos en la CGT. ¿Eso podría producir un cambio en las elecciones del 22 de agosto?
Amicone: Sí, pero el tema no es un cambio de dirigentes. No me gusta que los paros se lancen en un programa de TV. La CGT tiene el Congreso y el Comité para debatir políticas, independientemente del disenso. El que gana conduce y el que pierde acompaña. Si cada uno pretende imponer su criterio, vamos a votar 600 secretarios generales. Tenemos cuatro, cinco centrales y nos ha ido peor. Me molestó tremendamente ver un dirigente sindical diciendo en un programa de televisión que estaba de acuerdo con Espert. Las necesidades son muchas, la urgencia para algunos gremios también. Uno tiene que tratar de componer, de estar en armonía con los que piensan distinto. Construir es una tarea muy difícil, dividir es lo más fácil. Tratemos de no dividirnos nosotros mismos.