Miles de personas respaldaron al presidente catalán, acusado de desobediencia
Artur Mas recibió un fuerte respaldo popular en su declaración ante la justicia por organizar una consulta consulta simbólica secesionista celebrada en Cataluña el 9 de noviembre de 2014.
Las puertas de los tribunales donde acudió Artur Mas a declarar acusado de desobediencia, se abarrotaron de personas. «No hace falta que busque más, el único responsable del 9N soy yo», dijo Mas ante el juez que le tomó declaración durante una hora y media, según fuentes judiciales.
«¡Mas Presidente, Cataluña independiente!», corearon los manifestantes, que aclamaron al presidente regional a su llegada esta mañana al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), en Barcelona.
El presidente regional fue el principal impulsor de la polémica consulta del 9N, que se llevó a cabo pese a que el Tribunal Constitucional (TC) español había resuelto su suspensión ante la presentación de un recurso de inconstitucionalidad del Ejecutivo español de Mariano Rajoy.
Tras saludar a los manifestantes -unos 2.500 según la policía catalana-, Mas subió las escalinatas del tribunal y entró triunfal mientras era vitoreado con gritos a favor de la independencia.
Mas declaró después de que el pasado martes lo hicieran su consejera de Educación, Irene Rigau, y la ex vicepresidenta regional, Joana Ortega, quienes también recibieron el apoyo de dirigentes políticos y ciudadanos, la mayoría de ellos partidarios de la secesión.
Sin embargo, la presentación del presidente catalán estuvo cargada de mucho simbolismo. Antes de acudir a los tribunales, Mas participó del tradicional homenaje en la tumba del ex presidente catalán Lluís Companys, coincidiendo con el 75 aniversarios de su fusilamiento, tras ser capturado en Francia por la Gestapo- policía nazi- a pedido del régimen franquista.
Poco después del acto -que paradójicamente coincidió con su citación judicial- Mas arribó a pie al Palacio de Justicia catalán flaqueado por unos 400 alcaldes independentistas -que portaban las varas que representan el poder municipal- y los principales altos cargos de su gobierno, quienes lo acompañaron caminando desde el Parlamento catalán, ubicado a unos 300 metros.
A su llegada, el presidente regional estrechó sus manos con el líder de la secesionista Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Oriol Junqueras, y con Raul Romeva, el «número uno» de la lista independentista Junts pel Sí (Juntos por el Si), vencedora de los recientes comicios del 27 de septiembre, que él mismo planteó como un plebiscito sobre la secesión de España.
Tras saludar a los manifestantes -unos 2.500 según la policía catalana-, Mas subió las escalinatas del tribunal y entró triunfal mientras era vitoreado con gritos a favor de la independencia.
«Mas somos todos», coreaban los presentes, muchos de los cuales hicieron ondear «esteladas» (la bandera independentista y no oficial de Cataluña) mientras entonaban Els Segadors, emblemática canción catalana convertida en un himno a favor de la libertad.
Durante su comparecencia ante el magistrado, el presidente catalán se presentó como el responsable máximo de la consulta y sostuvo que no entendía porqué estaba dando explicaciones ante un tribunal por una «decisión política» que respondía a un mandato del parlamento regional.
Asimismo, anticipó que no respondería a la Fiscalía por haber cambiado de criterio al apoyar la querella en su contra por «imposición» del Estado.
«Me siento responsable de haber defendido la paz social, la libertad ideológica, de expresión y el derecho de participación, todos ellos protegidos por la Constitución», afirmó Mas.
«Me declaro totalmente responsable de haber ideado e impulsado el 9N, de haber escuchado la voz de la ciudadanía y de más del 90% de los alcaldes. Soy responsable de haber escuchado varias iniciativas del Parlament (cámara regional) aprobadas por mayoría», afirmó Mas, según explicó él mismo en una conferencia de prensa posterior que brindó tras abandonar los juzgados luego de ser ovacionado por los manifestantes.
Asimismo, Mas explicó -igual que los otros imputados- que cree que no cometió un delito de desobediencia porque a partir del veto del TC el proceso participativo quedó en manos de voluntarios y fue ejecutado por ellos.
«He preguntado al tribunal si actuar como un demócrata equivale a actuar como un delincuente», y «eso es algo que sabremos si continúa este proceso», añadió Mas, quien cree que la querella en su contra fue provocada por «el éxito de la consulta» y la «rabia» que provocó ese éxito en algunas instituciones.
«Me siento responsable de haber defendido la paz social, la libertad ideológica, de expresión y el derecho de participación, todos ellos protegidos por la Constitución», concluyó Mas.
La consulta simbólica del 9 de noviembre del pasado año contó con la participación del 36% del electorado, que votó masivamente a favor de la independencia. Sin embargo, no consiguió que el Ejecutivo español se moviera de su posición contraria a la celebración de un referéndum legal sobre la secesión.
Entonces, Mas diseño una «hoja de ruta» cuyo primer paso era la celebración de elecciones regionales, que tuvieron lugar el pasado 27 de septiembre, con el objetivo de convertirlas en un plebiscito independentista.
Los comicios los ganó la lista unitaria independentista promovida por Mas, aunque el bloque secesionista que incluye a los anticapitalistas de las CUP no superó el 50% de los votos, lo que validaría un referéndum.
A pesar de ello, los secesionistas catalanes negocian ahora la formación de un gobierno de transición que pretende iniciar un proceso para en un plazo de 18 meses lograr la «desconexión» de España.
Mas, Rigau y Ortega están imputados por delitos de desobediencia, malversación de fondos públicos, usurpación de funciones, y prevaricato, delito este último por el que podrían recibir una condena de hasta diez años de inhabilitación.
La citación de los altos cargos catalanes justo después de los comicios añadió más tensión e incertidumbre al panorama político de España, que se encamina hacia unas elecciones generales con Rajoy inflexible respecto a la situación de Cataluña y los catalanes cada vez más decididos a avanzar hacia la secesión aunque eso signifique incumplir las leyes españolas.
(Télam)