Lilita se tomó de las mechas y acusó a Massa de narco, al PJ estar integrado por chorros y le dio la jubilación a Pino
Ocurrió en Escobar. Elisa Carrió llegó como si estuviera en el piso de un programa de chimentos y se largó contra todos como una vecina despechada.
La diputada que quiere irse con Macri, presentó un libro en Escobar pero el tema quedó absolutamente perdido en el entrevero de acusaciones de la nativa del Chaco asimiliada a la Capital. Todo sucedía en el Club de Leones de Escobar y cuando no había previsiones para el escándalo, la legisladora comenzó a desacreditar automáticamente a quien se le presentara. Había 50 personas que se sorprendieron porque esperaban un acto casi familiar, distendido y cultural. Los improperios no estaban en los planes de nadie. Presentó entonces las cosas en un tono grave, terminal, fiel a su estilo: Dijo sin que la coherencia estuviera de su lado: «Humanismo y Libertad plantea el tema de una decisión inminente, de un punto de inflexión de la humanidad, que salta de la conciencia o que destruye al mundo. En la Argentina estamos en un momento que o tomamos conciencia y producimos un salto de conciencia, o nos caemos en el narco-Estado». “La Voz de Escobar” no esperaba encontrarse con semejante testimonio para informar al país.
Siguió la Carrio desbocada: «Ustedes son del conurbano y deben vivir el cambio de composición de la zona. Por ejemplo, en San Pedro hay mansiones que no se sabe de quién son. Estamos siendo tomados, casi literalmente, por lo que queda del Cartel colombiano y lo que se llama el ‘Pacto de México’. Acá la penetración del narcotráfico se está metiendo para lavar dinero hasta en las iglesias e instituciones benéficas». Por supuesto, no basó sus diatribas en información o datos certeros. A esa altura, Carrió era la conductora de un show decadente que estremecía.
Se la tomó entonces con Sergio Massa y lo apaleó: «Todos los carteles propagandísticos que se ven en la calle y autopistas, que yo no tengo ninguno, salen 100 mil, 200 mil pesos por mes y es dinero del narco. Eso es Massa. No sólo que es oficialista sino que también es narco». Cuando lo vinculó con el oficialismo, más de uno pensó el pedir la asistencia de un psiquiatra. Sin embargo, el circo continuó y la diputada siguió tomándose de las mechas… que referencie lo hechos. Era su palabra lanzada sobre las aguas de una locura que persiste.
Al hablar del FAU Unen, que integra, arrojó: «Me peleo con todos porque roban y traicionan. Me peleo con muchos porque dicen que son radicales y después le cobran a Scioli para aprobarle las leyes. Ahora estoy peleando por la unidad y sacándome imbéciles del camino porque sino el PJ se los lleva puesto», analizó con tintes alucinatorios minutos antes de hablar del PRO espacio al que quiere llevar a Pino, Sanz, Cobos y los otros: «Yo denuncio y no lo quiero a Macri, pero si no armamos una alianza, al menos no peronista, nos vamos a quedar recitando poesía el resto de nuestras vidas mientras los mafiosos nos roban y los políticos matan a nuestros hijos. Hoy la opción es, República o narco-Estado», proclamó y continuó sin ruborizarse: «Algunos dicen que si vamos a internas con Macri perdemos, ¿y cómo saben? ‘Tienen mucha plata’, te dicen; todos tienen plata y los del norte toda del narcotráfico. Pero yo soy la más rica, porque tengo dignidad», cerró el cuadro sin olvidar de autoproclamarse la campeona de la dignidad.
Mechas en la mano, repitió Carrió que el pacto con el macrismo es la panacea y tuvo palabras finales para no quiso despedirse sin «atender» a su excompinche de campaña de 2013, el senador del Proyecto Sur, Fernando Pino Solanas a quien trató de anciano. «Hay apuestas de dinero y de poder; y una apuesta que es la nuestra. Primero, lograr la unidad. No se preocupen, porque no estoy rompiendo nada, estoy sacando imbéciles del camino. Estoy sosteniendo el partido radical; le estoy diciendo a Pino ‘ya tenés 80 años y sos senador, ¿qué más querés?’; estoy tratando de hacerle entender al socialismo que es sólo una alianza, con sectores del PRO hacemos que el peronismo no gane. Capital ya está ordenado y ahora tenemos que hacerlo en provincia de Buenos Aires y vamos bien», destacó.
Consultados algunos participantes en el encuentro no salían de su asombro. Se preguntaban si Carrió estaba en sus cabales o alucinaba una realidad que la superaba y que tal vez, solo podría comprender un especialista en psiquiatría social y popular. Por cierto, mañana tendrá nuevos enemigos. Algunos, que no la aguantan.
