
IOMA, la antesala de la muerte: Gabriela y la crónica de la desidia que mata
El deterioro institucional que se vive en el Instituto de Obra Médico Asistencial, más conocido como IOMA, tiene como víctimas a miles de personas que sufren los innumerables contratiempos a la hora de ser atendidos o recibir algún tipo de tratamiento, y lamentablemente, en algunos casos, les va la vida en ello.
Es el caso de Gabriela Ciuffarella, quien a sus 46 años perdió la vida luego de que la obra social de la provincia de Buenos Aires le negase los medicamentos que requería el tratamiento contra el cáncer que padecía.
InfoBaires24 tuvo acceso a un audio que registró el momento en que la por entonces directora de IOMA Lomas de Zamora, María José Capmany, brindaba los justificativos del abandono a amigos, familiares y colegas de la docente.
“El tema de los medicamentos… soy la mera intermediaria entre lo que son ustedes y La Plata. El problema está allá, en los médicos auditores. El tema es que a veces nos demoramos mucho porque tengo una sola camioneta para recorrer 11 delegaciones. Y hay veces que no llego. Se hace lo que se puede”, explica la directiva, ante la incredulidad de los afectados. La conversación tuvo lugar el 23 de febrero de 2018, tres días antes de la muerte de Gabriela.
“Cuando le dijimos que podríamos haber ido nosotros mismos o que pudieron haber pagado un remís, la respuesta fue que sí o sí lo tenía que hacer alguien de IOMA“, contó en su momento Mariel Pimentel, una amiga de la docente fallecida, a Brown On Line.
Ante el abandono, la desesperación se hace presente
La situación de abandono a la cual IOMA somete a gran parte de sus afiliados queda reflejada en la historia de Ezequiel Falcón, un chico de nueve años que sufre parálisis cerebral y no puede garantizar su tratamiento continuo debido a las constantes faltas de pago a los profesionales de la salud.
En mayo del corriente, la madre del niño lanzó una petición en el sitio Change.org, donde denunció que IOMA “está cometiendo abandono de persona” al no cumplir con la cobertura correspondiente.
A continuación, el texto completo
Hola a todos, mi nombre es Valeria y soy la mamá adoptiva de Ezequiel Falcón. Ezequiel necesita cuidados especiales porque tiene parálisis cerebral y IOMA no está cubriendo sus necesidades.
Hace seis meses que IOMA no le paga a su acompañante terapéutico y los asistentes domiciliarios que necesita. Por eso dejaron de venir. Estamos en estado crítico, Ezequiel queda sin tratamiento y yo me tengo que quedar cuidándolo, por lo que no puedo salir a trabajar y no puedo darle de comer si no trabajo.
Esto es un abandono de persona. Les pido por favor que me ayuden con una firma para que IOMA cubra los tratamientos que necesita Ezequiel. Es su derecho a la salud.
Su número de afiliado es 954850556100.
Muchas gracias por firmar,
Valeria.
“Siento que me están condenando a morir”
Miguel de Lucca, profesional del Hospital Marzetti, es protagonista de otro caso que se desprende de la situación que atraviesa el IOMA. El médico, que padece de una enfermedad oncológica, como gran parte de los afiliados, debe lidiar diariamente con la obra social bonaerense para obtener la medicación oportuna.
En mayo, el hombre le envió una carta a la gobernadora María Eugenia Vidal donde relató su padecimiento: “Ud. comprenderá, Sra. Gobernadora, la odisea que significa para mí cada vez que tengo que esperar que me entreguen la medicación y ver que pasan los días y no sé a quién más tocar, llamar, pedir, porque no alcanzan los trámites, las justificaciones, los estudios”.
“Siento que me están condenando a morir, cuando la ciencia, la obra social puede darme esa expectativa de vida que haría posible vivir con dignidad los años, meses o días que me quedan. pero haciéndolo de pie, no de rodillas frente al IOMA”, continúa el escrito, que no hace más que visibilizar la debacle de las políticas públicas implementadas por Cambiemos en la provincia de Buenos Aires.
La carta completa
Carta abierta a la Gobernadora Vidal:
De mi mayor consideración: Soy un médico de 62 años que se desempeña en el hospital público exclusivamente, en una especialidad crítica, lo hago con mucho sentido de vocación y entrega, lo considero un privilegio porque me permite atender y ser útil a mis conciudadanos. Padezco de una enfermedad oncológica que llevo con mucha dignidad y esperanza, vivo como si no tuviera nada, con la expectativa cotidiana de sentirme pleno, cumpliendo mi misión.
El IOMA, nuestra obra social, me ha autorizado un tratamiento, Nivolumab, que ha hecho que en un mes, debido a mis metástasis óseas, de estar caminando y mantenerme parado con dificultad, haya hecho desaparecer toda la sintomatología y me permita caminar, correr pero sobre todo vivir con una esperanza de una expectativa de vida importante.
Lo cierto es que el IOMA me hace vivir una verdadera angustia cada vez que me tienen que entregar la droga, ya que en todas las ocasiones se atrasa en más de 20 días cortándome el tratamiento sistemáticamente. He llamado infinidad de veces intentando vanamente de encontrar un empleado que se sensibilice con mi situación, pero me he vuelto invisible, he ido otras tantas veces desde Cañuelas al edificio para intentar entrar en contacto con alguien que me apure el expediente que se queda dormido 12 días en cada sección y no alcanzan a darme la medicación aunque la haya pedido 30 días antes porque no me lo permiten pedirla con más tiempo de antelacíon.me entregan la medicación para un ciclo de 1 mes cuando ya solo me la tienen que renovar por 90 días, con trámites engorrosos.
Ud. comprenderá, Sra. Gobernadora, la odisea que significa para mi cada vez que tengo que esperar que me entreguen la medicación y ver que pasan los días y no sé a quién más tocar, llamar, pedir, porque no alcanzan los trámites, las justificaciones, los estudios. Siento que me están condenando a morir cuando la ciencia, la obra social puede darme esa expectativa de vida que haría posible vivir con dignidad los años, meses o días que me quedan. pero haciéndolo de pie, no de rodillas frente al IOMA.
Espero en que Dios me ayude a seguir peleando por una vida digna hasta mis últimos días, y que el IOMA cumpla con su obligación de asistir en tiempo y forma la entrega de la medicación oncológica. Sra. Gobernadora, ustedes tiene en sus manos la posibilidad de que miles de pacientes oncológicos no se les corte la esperanza, y más cuando un tratamiento pareciera ser efectivo, pero si cada vez que me tienen que renovar me atrasan 20,30 días, dejándome sin tratamiento, seguro que esta enfermedad no va a esperar que el IOMA se compadezca de mí; va a seguir avanzando.
Veo con mucho dolor que en una situación de semejante vulnerabilidad, sea la indiferencia, la desidia, la insensibilidad, los factores económicos, los que primen y reinen y no el derecho a una salud digna. Estoy en un tiempo que las palabras y los gestos no alcanzan; sólo alcanzan los hechos concretos. No puedo esperar días, meses, años. Espero que esta carta sirva para que Ud., Gobernadora, se empeñe en darle un corte definitivo a estas situaciones que hacen que los que padecemos esta enfermedad estemos condenados a la soledad y desesperanza.
Estamos totalmente en sus manos porque solo una decisión de nuestros gobernantes puede dar vuelta una situación tan degradante para un ciudadano de a pie.
Saludo atentamente,
De Lucca Miguel Angel,
DNI 12.109.082
afiliado IOMA 112109082/00