Casación confirmó condenas a dos de los hermanos de María Marta García Belsunce
La sala I del Tribunal de Casación Penal bonaerense confirmó por mayoría, las condenas por encubrimiento agravado para dos de los hermanos de María Marta García Belsunce, Horacio García Belsunce (h) y John Hurtig, informaron fuentes judiciales.
En tanto, para el vecino de ese barrio, Sergio Binello, el tribunal ordenó que su condena de tres años también sea confirmada pero quede en suspenso, mientras que en el caso del médico Juan Ramón Gauvry Gordon, quien asistió a la víctima, revirtió el fallo y ordenó su absolución.
Además, los jueces de la sala I declararon extinta la acción penal para el cuñado de María Marta, Guillermo Bártoli, fallecido el año pasado de cáncer.
Según el fallo al que accedió Télam, los jueces Federico Domínguez y Ricardo Borinsky votaron en coincidencia acerca de confirmar las condenas a Hurtig, Belsunce y Binello y absolver al médico, mientras que su colega Jorge Celesia consideró que todos debían ser absueltos.
García Belsunce (50) apareció muerta el 27 de octubre de 2002 semisumergida en la bañera de su casa de Carmel y la primera versión, según la familia, era que había sufrido un accidente doméstico mientras se preparaba para un baño.
La autopsia reveló, 36 días más tarde, que en realidad había sido asesinada de seis balazos en la cabeza y, por el caso, fue condenado a prisión perpetua su marido, Carlos Carrascosa, como autor del asesinato y luego por el encubrimiento sus familiares y el médico.
Acerca de Binello, a quien se acusó de dar la orden de que la Policía no ingresara al country luego del «accidente», el juez Domínguez expuso que «surge probado y esto no es discutido que existió una comunicación» entre él y el administrador del country «para requerirle que impida el paso de la policía y que incluso, le pagara de ser necesario», informò Tèlam.
Acerca de Hurtig, condenado a tres años y medio de prisión, el mismo juez entendió que «el pretendido desconocimiento del homicidio es insostenible» ya que «son muchos los elementos que indican lo contrario».
Al respecto, recordó que tras el crimen, el hermanastro de María Marta encontró algo que primero definió como un «pedazo de metal» debajo del cuerpo y que resultó ser un casquillo de bala que terminó tirando al inodoro tras una reunión entre varios familiares, entre ellos su hermano Horacio.
El juez recordó varios testigos del juicio que declararon haber hablado con Hurtig sobre la posibilidad de que el famoso «pituto» fuera en realidad una bala, entre ellos el fiscal de Casación Juan Martín Romero Victorica.
Remarcó especialmente que cuando el fiscal lo indagó al respecto, Hurtig lo increpó diciendo: «¿Sabés lo que vas a lograr con lo que estás haciendo?, que venga la policía acá y pruebe que vino un villero que le pegó con un fierro, la mató y se fue, y yo a mi hermana no la recupero».
«¿Por qué Hurtig diría una cosa así si estaba convencido de la versión del accidente? Esta convicción nunca fue tal, ya que como surge del testimonio de su entonces mujer Javiera Marqués Rosas, su marido le preguntó si sabía como era una bala», agregó Domínguez.
Acerca de Horacio García Belsunce, condenado a cuatro años de prisión, se recordó que también intervino de la reunión sobre qué hacer con el «pituto» y que fue uno de los que decidió tirarlo.
Otra cuestión que se analizó sobre él fue si también intentó obstaculizar la investigación cuando llamó al entonces comisario mayor Angel Casafús y le pidió: «Sacame la policía de encima», según declaró el ex funcionario en el juicio.
Allí también se valoró lo declarado por Romero Victorica, quien refirió que durante el velorio de la víctima Horacio le manifestó que había cosas que no le cerraban, como las lesiones de su hermana, el hallazgo del elemento bajo su cuerpo y la abundante sangre.
Al analizar la condena impuesta a Gauvry Gordon, los jueces recordaron que el veredicto lo encontró culpable por omisión de denuncia, pero -subrayaron- «la obligación de denunciar supone la advertencia de la comisión de un delito», que no es el caso.
Al respecto, recordaron que el médico fue a la casa de la víctima creyendo que iba a socorrer a una «persona viva» y «al llegar se encuentra con un cuadro totalmente distinto y con una versión, a simple vista, plausible», de que había sido un accidente.
«De hecho, hace intentos de reanimación de la víctima, lo que indicaría que no hubo elemento alguno que lo hiciera dudar del relato provisto por el entorno familiar», se remarcó.
También se tuvo en cuenta que el equipo de profesionales integrantes de la otra ambulancia que luego fue a la casa, si bien manifiestan alguna duda, no proceden a informar o denunciar la situación como de muerte violenta.
En ese sentido, se preguntó Domínguez, ¿cuál es el motivo para imputar un delito a uno de ellos y no a los otros».
