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Volvió CFK y dio cátedra de conducción política

El #13A superó las expectativas de propios y ajenos. Las inmediaciones de Comodoro Py se colmaron de una multitud militante que fue a respaldar a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner tras la citación del cuestionado magistrado Claudio Bonadío, en el marco de una insólita causa que judicializa una política monetaria.

Más de 250 mil almas desbordaron los alrededores de Comodoro Py. Niños, jóvenes y ancianos. Organizaciones y autoconvocados. No fueron por un choripan ni por un plan social. Fueron a acompañar a la ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner frente a lo que pretendió ser una obscena operación política y judicial.

Vinieron de todo el país. Extensas caravanas de militantes partieron desde distintos puntos del mapa. Miles desfilaron por las calles del conurbano bonaerense y luego marcharon hacia tribunales. Otros tantos habían pasado la noche allí. Algunos más durmieron frente al departamento de la ex presidenta. Todos repetían la misma consigna: «¡Si la tocan a Cristina, qué quilombo se va a armar!».

Se esperaba una movilización masiva, pero el #13A trascendió toda especulación. Cristina llegó cerca de las 11 de la mañana y luego de preguntar por el juez -quien no se encontraba presente-, entregó su escrito. Claudio Bonadío llegó diez minutos después, saludó timidamente y se quedó detrás de la ex presidenta.

No se animó a enfrentarla cara a cara, ni emitió comentario alguno cuando ella, frente a sus narices, dijo que el juez estaba haciendo una maniobra política al citarla, que no era imparcial, que era incompetente y arbitrario. El que calla otorga, proclama el dicho popular.

Finalmente, CFK salió del edificio y, sobre un sencillo escenario, se dirigió a los militantes que la esperaban desde la madrugada bajo una copiosa lluvia que no parecía dispuesta a detenerse. Apenas salió, la multitud estalló en aplausos y cánticos. No había dudas: Cristina había vuelto.

La JEfa 2

«Me pueden meter presa pero no me van a callar», sostuvo la ex presidenta y pidió “reflexionar juntos, recordando la historia” para ver que no es el primer caso de un ex presidente perseguido por la Justicia. Puso como ejemplos al derrocamiento de Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo Perón, con las consecuentes causas judiciales que se armaron luego de esos hechos.

En ese sentido, Cristina remarcó que “no podrían haberse consumado los atropellos y desgracias sobre tantos argentinos y argentinas sin la complicidad del Poder Judicial”. Y subrayó: “Estoy segura de que si pudieran prohibir la letra K del abecedario, lo harían”.

Al señalar el edificio de Comodoro Py, Cristina se quejó de algunas causas que duermen hace años en tribunales. “Algunos como el caso Graiver y crímenes de lesa humanidad siguen en este edificio. Adentro de este edificio, en algún despacho, en algún cajón, en algún basurero, esta la causa de apropiación ilegitima, torturas yd desapoderamiento de la familia Graiver que aun espera justicia en la Argentina”, señaló.

“Quiero que la gente vuelva a ser feliz en la República Argentina: quiero que vuelva a tener libertad”, remarcó la dirigente, al tiempo que cuestionó la detención de Milagro Sala. “Que una dirigente social como Milagro Sala esté encarcelada sin que sepa a ciencia cierta de qué se la acusa, por qué se la juzga, atenta contra los derechos y garantías de una democracia”, consideró.

“En cuanto a mí, no se preocupen”, le dijo Cristina a la militancia. “Ustedes saben que voluntariamente renuncié a tener fueros. Se cansaron de editorializar, de publicar, que los quería buscar. No los necesito, tengo los fueros del pueblo”, remató en uno de los tramos más encendidos de su discurso.

Ustedes saben que voluntariamente renuncié a tener fueros. Se cansaron de editorializar, de publicar, que los quería buscar. No los necesito, tengo los fueros del pueblo

“Se me leyó la acusación que se me hace de asociación ilícita”, relató sobre la audiencia que había mantenido minutos antes en el juzgado de Claudio Bonadio. “Contesté que la única organización de la que forme parte fue del Poder Ejecutivo nacional como su titular elegida democráticamente por la voluntad de los argentinos en dos oportunidades consecutivas”.

Y agregó, misteriosa: “Les dije que formaba parte de otra organización: del Partido Justicialista. Pero dejémoslo ahí, amplitud y saber también que estamos en épocas de nuevos tiempos”

“Ustedes han sido empoderados en estos 12 años y medio en los que hemos logrado conquistas y avances. Y la historia que relataba al principio, la de Yrigoyen y Perón, la de la década infame y el golpe del 24 de marzo de 1976, es la historia de los avances y retrocesos del pueblo argentino”, analizó la ex presidenta.

Y formalizó la convocatoria a un frente de unidad popular al que denominó Gran Frente Ciudadano: “Unan sus esfuerzos porque no podemos permitir un retroceso como el que hemos vivido en otras etapas históricas porque después cuesta remontar”.

“Sobre todo”, subrayó, “en un mundo complejo, donde vemos que situaciones similares se repiten con gobiernos populares de la región. Esta no es una cuestión que nace en Argentina, es una matriz comunicacional, política y judicial que se extiende en toda la región para asociar a los proyectos populares con la corrupción de modo tal que luego vienen los privatizadores que te dejan sin nada, pero que cuando terminan, no te acordás ni quién sos vos. Esto es lo que ha pasado en la historia de América Latina”, ponderó.

Cristina se refirió en varios tramos de su discurso al escándalo internacional de los Panama Papers que involucra al presidente Mauricio Macri. “De repente aparece este escándalo internacional que no hace más que revelar lo que muchos ya sabíamos pero que prolijamente había sido ocultado por los medios de comunicación», advirtió. En ese sentido, manifestó: “No se enojen con otro argentino por quién votaron. Pregunten si conocían la causa del contrabando, Manliba, los dirigentes cooptados. ¿Cuánta gente se acuerda de esto? Porque hay una maquinaria comunicacional dedicada a tapar esto y elevar a la enésima potencia cualquier otra cosa que sea una distracción de estos mecanismos de corrupción y que significan transferencias de ingresos de las clases medias , pequeños productores y trabajadores a las elites gobernantes y sus vinculados. Esta es la historia de Argentina”.

“Les propongo, con inteligencia, que seamos capaces de conformar un Gran Frente Ciudadano. Convoquen a los dirigentes sindicales también, a esos que nos hacían huelgas porque no querían pagar Impuesto a las Ganancias y ahora están echando a la gente como perros”, siguió.

La consigna de ese frente debe ser, según Cristina, “preguntarle a cada uno como estaban antes del 10 de diciembre. Ese frente ciudadano no tiene que preguntarle a nadie de qué partido viene sino solamente tres cosas: cómo estabas, cómo estás y si podés estar mejor de lo que hoy estás”.

Para lograr ese objetivo, convocó a organizar “una gran jornada de reflexión nacional. Que durante 24 horas la gente apague la televisión, la radio, los diarios y medios electrónicos. Que cada uno piense introspectivamente y con su familia cómo estaba antes del 10 de diciembre, cómo vivió los últimos 12 años, qué cosas obtuvo y logró. ¿Se acuerdan cuando les decía que muchos creen que es su propio esfuerzo y no hay políticas de Estado? Que vean si están haciendo su mismo esfuerzo y les está yendo igual”.

“El eje del frente ciudadano tiene que ser la libertad, porque los argentinos estamos perdiendo la libertad”, propuso la ex presidenta. Y enumeró: “Necesitamos trabajo, porque el trabajo da liberad. Necesitamos que ningún empleado público tenga miedo a ser echado por decir lo que piensa o por dónde milite. ¿Qué es eso de que no se puede militar en Argentina? La libertad de volver a soñar porque para soñar una vida plena junto a nuestra familia tenemos que tener libertad. Sin libertad es imposible soñar”.

“No se hagan ningún problema por mí ningún problema. No tengo miedo ni les tengo miedo. ¿Saben qué? He sido honrada con el voto de todos ustedes y muchísimos mas y la única responsabilidad que siento, como militante política, es ayudar a que mis compatriotas vuelvan a vivir un poco mejor. Yo respeto a la voluntad popular y pido también que quienes tienen responsabilidades de gobierno honren la voluntad popular a la que se comprometieron a decirle que cada día iban a vivir un poco mejor e iban a ser más felices”, concluyó.

Cuando terminó de hablar, dejó de llover y Cristina dijo, entre risas: “Siempre sale el sol”.

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