En la Legislatura porteña se aprobó la Ley Integral de Seguridad Pública, que contó con varios aportes del Bloque del Frente Para la Victoria basados en el paradigma de seguridad democrática, entre los que se destacan: el control y seguimiento en la implementación de la norma, la participación ciudadana y los protocolos de actuación policial.
En su intervención, el jefe de Bloque, Carlos Tomada, remarcó «la necesidad de hacer respetar el espíritu de la ley en su implementación» y aseguró que desde el FPV «estaremos atentos en el control, velando por su estricto cumplimiento.»
“Si bien la ley no es ideal, es la ley posible en el marco de los acuerdos parlamentarios entre el oficialismo y los distintos sectores de la oposición. Su principal fortaleza está en que viene a reducir el margen de discrecionalidad, tanto del accionar policial como de la decisión política que lo valida”, señaló Tomada.
Su principal fortaleza está en que viene a reducir el margen de discrecionalidad, tanto del accionar policial como de la decisión política que lo valida
Durante el debate, el FPV ha sido intransigente en su pedido de que se prohibiera la portación de armas de fuego durante la intervención en manifestaciones públicas. Manifestaciones que para muchos son el único medio para hacerse escuchar en estos tiempos de ajuste.
Entre otros de los avances que el FPV logró incorporar al proyecto oficial se destaca el cambio del «Estado Policial» a partir de la no obligatoriedad de intervención fuera del horario de servicio. Por otra parte, se creó un canal institucional para opinar en el proceso de designación del jefe de policía, para que no haya otro Jorge «Fino» Palacios a cargo de la seguridad.
Quedan como reclamos pendientes, en los que el FPV seguirá insistiendo, que sean los organismos de DDHH los investigadores activos de los casos de abuso policial, restringir la portación de arma sólo al horario de servicio y permitir la sindicalización del personal administrativo de la fuerza.