Barracas: Inseguridad, mugre, casas ocupadas y riesgos a cada paso
Por Nicanor Zambrano
Hace unos meses, el períodico digital de fuerte influencia en Capital Federal “Noticias Urbanas” informaba que después del asesinato de Martín Brullo, propietario de la casa de empanadas Rincón Norteño, ubicada en la avenida Montes de Oca 269, acaecido el 17 de mayo pasado, había trascendido la preocupación existente en el gobierno nacional por la creciente proliferación de bandas ligadas al delito, la comercialización de drogas, los robos y la ocupación de viviendas en la zona comprendida entre la avenida Caseros y Martín García, entre el Parque Lezama y Montes de Oca.
Se indicaba que en la calle Perú al 1600, cerca de la sede del Sindicato Obreros Marítimos Unidos (SOMU), se verificaba una casa ocupada allanada en varias ocasiones, donde se organizan sustracciones y venta de estupefacientes. Una banda opera desde allí y tiene en vilo al barrio, con sus incursiones por los alrededores.
El informe daba cuenta de una serie de robos a comercios en las calles Montes de Oca, Caseros, Bolívar y Martín García, lo que llevó en algunos casos a las autoridades a enviar guardias de la Policía Federal. Tanto en Bolívar, Perú e Ituzaingó, los hechos son más riesgosos para los vecinos, ya que allí se han establecido expendedores de sustancias prohibidas que trabajan en el día y la noche, incomodando a los vecinos, que hacen denuncias que habitualmente quedan sin investigar. Los vecinos se quejan que en general, hay seguridad para quien la paga y la policía Metropolitana, no actúa directamente en la zona.
Por las noches, bajo los efectos del alcohol y de las sustancias ilegales se producen incidentes, griteríos, rotura de botellas en las calles. En Perú casi Ituzaingó hay una casa tomada con visos de legalidad, donde moran muchas veces, responsables de robos, arrebatos y otros hechos. Hace algunos años, la justicia allanó el lugar y puso en jaque a los ocupantes a cargo. A veces, ante las quejas de los vecinos, los delincuentes los amenazan. ¿Cómo se enteran de las denuncias? Tienen al parecer mejores amigos que el vecino. Hace poco en la zona, fue asaltado un taxi al servicio del diario “La Razón”, y al mismo tiempo, fue quemado un camión. En este último caso, los vecinos suponen que fue un incendio deliberado para cobrar el seguro. Al llegar al lugar, la policía se negó a dialogar con vecinos ofuscados.
La zona es cada vez más, un espacio libre para ese tipo de transacciones. En Irala y Liberti, ingresando a La Boca, hay una villa y allí se establecen los trapitos que actúan en los partidos y venden estupefacientes al mismo tiempo. Coches oficiales de “la autoridá” pasan durante el entretiempo del partido para contar la cantidad de coches estacionados a los que les cobran los trapitos. No hubo cambios significativos en el manejo de la seguridad en la zona luego del crimen del propietario de “Rincón Norteño”. En el Parque Lezama, que está siendo demolido para echarle cemento y está cerrado al público, a la noche no hay iluminación ni seguridad. La reparación lleva ya muchos meses y los vecinos suponen que se alarga el trabajo para generar mayores costos que pagarán luego.
“Hay que tener una mayor custodia para evitar que esos grupos sigan actuando en la impunidad y hacer una labor social que no existe. En Perú e Ituzaingó echaron a personas que dormían en la esquina y resulta que en un edificio nuevo de las inmediaciones se vende droga abiertamente de día y de noche, sin que pase nada”, se quejó Martiniano, vecino de la calle Piedras desde hace algún tiempo. A su vez preocupan los numerosos hostels y hospedajes, adonde llegan turistas de todo el mundo y dan puestos de trabajo. Fuentes de trabajo que peligran por la inseguridad de la ona. Además, no hay respuestas por parte de las autoridades del Ministerio de Seguridad porteño. Los vecinos suponen también que, como los incendios deliberados de conventillos en la Boca, en la zona se manda a ocupar casas para luego bajarles el precio y caer en manos de algunos “compradores”, que tienen amigos en el gobierno de la ciudad. Se teme que con las fiestas, los ocupadores –que pasan tocando timbres estos días a las 6 de la mañana- tomen algunas propiedades “con ayuda oficial”. “En el área de Caseros, Montes de Oca, Defensa y Martín García, es posible que haya intentos de ocupación en estos días cuando la seguridad es casi nula”, señaló Cayetano Prieri, antiguo vecino de Martín García.
La suciedad y las ratas que se ven en las calles es otro problema grave en la zona. Urbasur posee hoy el sistema de limpieza en Boca y Barracas, una vez que Macri logró que se fuera Cliba e incorporara esta empresa de La Matanza para hacer “una pasadita” por las calles. Urbasur no tiene ni las herramientas necesarias ni los camiones que se precisan para brindar el servicio. Cosa que tenía Cliba, que fue desplazada. De Caseros al sur de la Capital, Barracas – La Boca, así como los vecinos se quejan de las zonas liberadas, hay también, como dicen: “basura liberada”. Hay que reconocer que en general, los vecinos no ayudan. Los restaurantes tiran la basura en las calles (obsérvese el Parque Lezama, calle Defensa, Brasil y adyacencias) dejando a los vecinos, los fines de semana, enormes bolsas rotas, en lugar de dejar la basura frente a sus locales.
