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Brecha digital en pandemia: ¿Qué pasa con los chicos que no tienen Internet?

La pandemia dejó en evidencia la marcada brecha que existe entre quienes cuentan con la posibilidad de acceder a la conectividad y a los dispositivos adecuados para acceder a la educación, y aquellos que ven imposibilitado el acceso debido a la zona donde residen o los altos precios para contratar el servicio de Internet.

A pesar de estar atravesando uno de los más grandes procesos tecnológicos a nivel mundial, donde los avances permiten que un profesor esté en contacto con un alumno sin tener que acudir a la escuela, una importante cantidad de estudiantes y profesionales de la educación carecen de las herramientas necesarias para enseñar y aprender, respectivamente. Es que las desigualdades que se viven en el país, donde pocos tienen mucho, algunos un poco y otros, nada, se ven reflejadas en lo que se ha denominado como “brecha digital”, es decir, entre aquellos que tienen acceso a Internet y los que quedan fuera de la distribución de la información.

La primera dificultad está en contar con la conexión a Internet. Uno de los puntos que deja afuera a miles de personas es el alto precio que exigen las empresas que brindan el servicio, debido, en gran parte, a la poca oferta, que es concentrada en su mayoría por cuatro monopolios. Asimismo hay que tener en cuenta que en algunos casos ofrecen el servicio básico de internet junto a la televisión digital, lo que aumenta el valor final.

Pero no solo el precio se erige como un inconveniente. La zona donde uno reside influye considerablemente, teniendo en cuenta que en ciertos barrios las empresas no otorgan el servicio. Así las cosas, por más que cuente con el dinero, una familia que vive en un barrio carenciado no puede contratar internet. Incluso, el problema pueden padecerlo en zonas clave, como el centro de la Ciudad de Buenos Aires. Allí, Fibertel tiene casi la totalidad de las redes conectadas. Se debe a que, por diversos convenios, la segunda empresa con mayor cantidad de usuarios no tiene la posibilidad de ofrecer su producto. Lo mismo ocurre con las empresas de tecnología celular que tienen la capacidad de ofrecer conectividad. En este caso, por la disponibilidad de las antenas y el alcance de señal de las mismas, cientos de zonas en distintas ciudades o pueblos alejados no pueden optar por esta opción.

La problemática se presenta incluso entre quienes tienen Internet. “Más de la mitad (54.11%) de las conexiones son de una velocidad menor a 20 Mbps”, aseguró Alejandro Artopoulos, autor de un informe del Observatorio Argentinos por la Educación, en diálogo con Infobae. Significa que la mitad de quienes cuentan con acceso a la red no tienen una buena conexión, lo que no asegura actividades sincrónicas.

El otro punto a tener en cuenta para acceder a la educación vía remota es el equipo. Ya sea para utilizar un campus virtual, enviar mensajes por Whatsapp o participar de una clase vía la aplicación Zoom -además de la Internet- se precisan ciertas herramientas: computadora, Tablet o celular. Son miles los pesos que uno debe tener para poder comprar un dispositivo que tenga acceso a la red. Es por ello que durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner se crearon programas como Conectar Igualdad, que consistía en otorgar netbooks a cada alumno y docente de educación secundaria de escuela pública, educación especial y de institutos de formación docente, además de construir aulas digitales en todo el país. La iniciativa fue discontinuada por la administración de Mauricio Macri y retomada por el Gobierno de Alberto Fernández. Lo cierto es que a pesar de aquella apuesta a la educación continúan los inconvenientes, tanto para alumnos como para docentes. Según el estudio del Observatorio Argentinos por la Educación, el 63 por ciento de los maestros no tiene una PC propia para desarrollar sus tareas laborales.

Por último, pero no menos complejo, es el tema de la capacitación. Al ser empujados de forma imprevista a “manejarse” a distancia, tanto alumnos como docentes manifestaron enormes dificultades de a la hora de usar herramientas virtuales. Así se desprende de la Evaluación Nacional del Proceso de Continuidad Pedagógica implementada por el Ministerio de Educación. El informe en cuestión destaca el enorme grado de comunicación entre alumnos y docentes en plena pandemia. Lo cierto es que esto se debe al enorme esfuerzo realizado por ambas partes. Quizás mayor al que deberían.

“Los estudiantes no pueden seguir el ritmo de la educación”

Sandra Goitía, profesora de tecnología y encargada de la dirección del bachillerato libre para adultos, proyecto especial Puerto Tirol (Chaco), compartió su experiencia de trabajar a distancia con sus alumnos en plena pandemia de coronavirus.

“Si hablamos de cómo afecta la falta de conectividad a la educación en tiempo de pandemia, hay que marcar que afecta muchísimo porque hoy en día los niños, adolescentes y adultos trabajan y estudian a través de un celular, de la televisión, del Whatsapp, audios, videos y hasta mensajes de texto. En la parte rural, hay alumnos que no tienen conectividad. No les alcanza para cargar el paquete de Internet, porque hay otras prioridades. Hay estudiantes que no cuentan con la posibilidad de mandar imágenes, por lo que resulta muy tedioso practicar la educación en tiempos de pandemia”, reveló.

La ciudad de Puerto Tirol cuenta con un contexto educativo bastante amplio, dado que tiene todos los niveles de educación. Además de los que viven en la parte urbana, estudian quienes residen en las zonas aledañas. En este último caso, “los alumnos tienen enormes problemas para seguir el ritmo de la educación en la actualidad”, contó Sandra en diálogo con INFOBAIRES24 “Si bien se les entregan los cuadernillos, es insuficiente para trabajar con el alumno, por lo que se busca la manera de trabajar, estudiando estrategias y recurriendo a todos los recursos con los que contamos”.

“Tenemos millones de dificultados para utilizar las herramientas digitales con las que se trabaja actualmente, debido al hecho de la falta de una buena conectividad pública. En las escuelas no tenemos conectividad pública gratuita. Sería importante que se haga un proyecto que busque desarrollar herramientas para brindarles oportunidades a los estudiantes”, indicó. Al respecto, ponderó el programa Conectar Igualdad que se implementó durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner: “Fue muy beneficioso ese momento para los alumnos, se entregaron muchas netbooks”.

Consultada por educación durante la administración de Mauricio Macri, la profesora de tecnología reveló que el sistema educativo sufrió un vaciamiento: “Macri no pensó en una educación inclusiva, porque no nos dio nada. Ni tiza teníamos en las aulas. En esos cuatro años retrocedimos muchísimo en lo que respecta a calidad educativa”.

“En este momento, a pesar de que estamos en pandemia, consideramos que podemos atravesar este tiempo porque nuestro presidente nos motiva. Se va a poder salir adelante. Por eso es que hay que achicar la brecha digital, buscando posibilidades para ver cómo se puede trabajar en redes, que llegue la conectividad en los lugares donde no llega. Esos alumnos se están perdiendo una parte de lo que es la educación inclusiva en sí”, añadió.

Por último, ponderó el hecho de que el Gobierno haya declarado como servicios públicos esenciales a la telefonía fija y móvil, internet y la televisión paga. “Me parece excelente, porque sería una solución para el que no tiene para pagar una conexión a Internet”.

La brecha en números

Menos de la mitad de los hogares cuenta con acceso fijo de buena calidad en la señal a Internet, 3 de cada 10 de hogares no tienen acceso fijo a Internet: 27% accede sólo por celular y 3% no tiene internet de ningún tipo.

En tanto, en hogares con Internet fija, la tercera parte tiene problemas en la señal. El 53% no cuenta con una computadora liberada para uso educativo. El piso tecnológico de los hogares que asisten a escuelas del sector privado duplica al de los que asisten al sector estatal.

La dotación de recursos tecnológicos para sostener la actividad educativa en los hogares es desigual según la condición económica y las regiones del país. Las brechas de acceso a una computadora en el hogar, por ejemplo, alcanzan los 20 puntos porcentuales entre las regiones del país con mayor nivel de acceso (AMBA y Patagonia, 62%) y aquellas cuyos hogares tienen la dotación menor (NEA y NOA, 41%)

Los equipos directivos también señalaron problemas en las condiciones de acceso a recursos tecnológicos: 79% indicó que las y los directores y docentes tenían limitaciones de conectividad y un 66% identificó problemas con el equipamiento.

Informes Preliminares Directivos y Hogares by Manuel Caballero on Scribd

El 17% de directivos del sector estatal afirmó que utilizó plataformas para reuniones virtuales, mientras la proporción ascendió al 73% entre directivos de escuelas privadas. Un 8% de los directivos del ámbito rural y 44% en el ámbito urbano, indica la Evaluación Nacional del Proceso de Continuidad Pedagógica. Plataformas educativas: 6% de uso entre las escuelas estatales y 30% en el sector privado, según las y los directores.

Por último, sólo 1 de cada 4 familias tuvo comunicación con la escuela a través de videoconferencias o de plataformas educativas genéricas.

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