Oscar Cuartango: Las PASO, dos proyectos de país y de vida

Ya fue develada la incógnita del cierre de Listas para las PASO de agosto, en las que se debían definir las candidaturas que cada alianza tendría para las elecciones generales de medio término de octubre. En dichas elecciones se disputarán la integración de las Cámaras del Congreso Nacional y de la mayoría de las Legislaturas Provinciales y los Concejos Deliberantes municipales.

Las PASO concebidas como método electoral para definir entre distintos candidatos de una misma alianza -la definitiva integración de la lista de la misma para competir en la elección legislativa propiamente dicha de octubre- distan mucho de cumplir su objetivo, ya que las principales fuerzas en el orden nacional se han presentado con una sola lista en función de distintas y novedosas ingenierías electorales.

La falencia debe llamarnos a la reflexión del por qué de la misma y un profundo análisis sobre la conveniencia o no de reformar o eliminarlas el sistema electoral.

En lo que hace a mis artículos anteriores, estimo oportuno que el presente sirva para hacer un raconto sintético de la temática abordada en los mismos y, en función de ello, fijar posición sobre el direccionamiento del voto en los eventos electorales de agosto y octubre.

Fueron Titulados: 1) “Los peligros del Plan Empalmar de Macri”, 2) “Educación y Trabajo desde Perón hasta Macri”, 3) “Futuro del Trabajo que queremos”, 4) “Propuesta a la deficiente L.R.T.”, 5) “El gobierno de empecina en mantener actitudes que afectan la institucionalidad” 6) y último “¿Que se esconde detrás del intento de baja de las pensiones por invalidez?”

Allí, se efectúan consideraciones críticas sobre distintas decisiones políticas,  tales como:

1) Generar un empalme de los beneficiarios de planes asistenciales a un esquema de trabajo subsidiado y la vaguedad del contenido del correspondiente decreto, el cual incurre en contradicciones que evidencian la ligereza con que se trató el tema y la poca importancia que se le asigna al mismo.

2) En materia de educación pública, sus políticas neoliberales están provocando  el incumplimiento deliberado de la normativa vigente, en particular de la ley de Educación Nacional, desactivando el Consejo Federal de Educación, los planes y programas de inclusión, la negativa a convocar la paritaria docente a nivel nacional incumpliendo la ley de financiamiento educativo. Esto provoca una situación crítica sin precedentes.

3)  Muestra un desconocimiento lamentable de la problemática del trabajo en el mundo y su proyección hacia el futuro. La magnitud de esa ignorancia autoriza a sospechar que puede no ser tal, sino que actúa intencionada e interesadamente con el objeto de domesticar a los trabajadores y beneficiar a los sectores económicos más poderosos, induciendo a una cada vez más fuerte concentración de la riqueza y del poder económico y político.

4) La reforma a la Ley de Riesgos del Trabajo con el objetivo principal de reducir la excesiva litigiosidad, obviando toda consideración a la prevención, la razón de ser del sistema.

5) La imputación de encabezar  una “mafia de abogados laboralistas y magistrados del fuero laboral” al presidente del Bloque de Diputados del Frente para la Victoria Héctor Recalde en el Congreso Nacional, y

6) La decisión de ir contra los desprotegidos al suspender más de 70.000 pensiones no contributivas por invalidez, aduciendo supuestas irregularidades en su otorgamiento.  Afortunadamente, y por la magnitud del rechazo generado, finalmente dio marcha atrás.

Asimismo, el Gobierno Nacional endeudó al país a un siglo, a una tasa superior al 8 % anual; disparó la desocupación al 9,2 % y en el conurbano al 11.8 %; en 48 horas se produjeron despidos industriales de 1.620 personas, todo ello muestra un escenario en el cual se incrementa la desocupación, se derrumba el poder adquisitivo del salario, se profundiza la recesión, la caída de la actividad económica y se exacerban los déficits.

Esto apenas constituye el “botón de la muestra”: lo peor del ajuste está por venir

Esto apenas constituye el “botón de la muestra”: lo peor del ajuste está por venir. La acumulación de factores como una inflación anual del 60%, el endeudamiento externo por casi 100.000 millones de dólares, la reinstauración de la bicicleta financiera, y los alarmantes indicadores sociales a la baja, no dejan otro recurso al Gobierno que tratar de polarizar con el pasado ante un presente regular y un futuro lleno de incertidumbres, que se dirime entre la continuidad de una estanflación o echar mano a la vieja receta devaluacionista.

Por eso, no debe engañarnos la trampa que nos pone el oficialismo. Por encima de diferentes visiones, cuestionamientos metodológicos, disconformidad con algunas candidaturas, etc., los sectores populares y medios tenemos que avizorar con claridad cuál es el verdadero adversario.

Se enfrentan dos proyectos de país y de vida: el oficialista, de especulación y acumulación regresiva, que concibe al trabajo como una variable de ajuste económico y a las personas al servicio de la economía; y el de la oposición del Frente de Unidad Ciudadana, que propone un país de producción y trabajo, de equilibrada distribución de la riqueza, y que pone la política y la economía al servicio de las personas.

No hay ideología perfecta para la justicia social, pero hay políticas justas o injustas. El neoliberalismo hace a los ricos más ricos y a los pobres más pobres. Tratándose de una elección de medio término, donde no se disputan cargos ejecutivos sino solo legislativos, un voto no oficialista será una fuerte señal para rectificar o morigerar el rumbo.