Modelo de gestión del macrismo: Ceos y esposas del poder
Como ya ocurrió con la mujer de Andrés Ibarra y Federico Sturzenegger, ahora se sumó a la lista de designaciones la del ministro Jorge Triaca.
Desde la asunción de Mauricio Macri el último 10 de diciembre, el Estado se volvió una cueva de reclutamiento de empresarios de multinaciones. Muchos son los casos en el Gabinete de ministros del hijo de Franco Macri que se trata de Ceos que llegaron desde lo privado a la órbita estatal. Ahora, el turno es para los parientes y esposas de dichos empresarios devenidos a funcionarios nacionales.
Las cabezas del macrismo avanzan en la constante designación de puestos jerárquicos para sus familiares cercanos y no tanto.
Así como ocurrió con la prima de la vicepresidenta Gabriela Michetti, una kinesióloga que trabaja en el Senado de la Nación que preside Michetti y alcanzó la máxima categoría con lo que cobrará cerca de $45000. Lo mismo ocurrió con el presidente provisional de la Cámara Alta, Federico Pinedo, que nombró a su hermano Enrique Pinedo en dos cargos, uno en cada Cámara y con apenas 20 días de diferencia. El 23 de diciembre fue designado con categoría A-3, mientras que el 13 de enero asumió como director de Relaciones Institucionales del Senado.
Por su parte, uno de los principales operadores de la derecha conservadora, Emilio Monzó, habilitó contratos de entre 25 y 35 mil pesos para parientes: entre los beneficiados aparece la diputada Paula Urroz, que llegó al Congreso de la mano de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. La misma suerte corrió el hijo del líder de la CGT, Hugo Moyano, que fue designado con categoría A4 y trabajará para el bloque de su hermano Facundo.
No solo las cabezas del PRO hacen uso del poder a diestra y siniestra, también ocurre con cargos menores como el caso del actual titular de la unidad fiscal destinada a esclarecer el atentado a la AMIA, Mario Cimadevilla, que ubicó a su sobrino, Matías Cimadevilla, en el despacho del pampeano Juan Carlos Marino.
En el mismo proceso de otorgar designaciones a familiares incurrió el ministro de Cultura, Pablo Avelluto. El titular de la cartera que despidió a 500 trabajadores designó, a principio de febrero, a su novia Carolina Azzi como coordinadora de comunicación. Unos días más tarde, el mismo Avelluto nombró a Josefina Rouilett, esposa del director del Banco Central de la República Argentina, Federico Sturzenegger.
La economista y mujer del procesado por el endeudamiento y el megacanje fue ubicada como directora del Fondo Nacional de las Artes.
A la extensa lista de parientes hay que sumar el particular caso que protagonizó el ministro de Modernización, Andrés Ibarra. El encargado de conformar el protocolo para los despidos masivos en el Estado y dejar a miles de familias en las calles, nombró a su esposa con un cargo con el que percibirá un sueldo cercano a los $90000. Carla Piccolomani ahora será la directora de Relaciones Institucionales de RTA, es decir, que manejará la TV Pública y la Radio Nacional.
El ministro de Trabajo, Jorge Triaca no quiso ser menos que sus pares en el poder y logró que su cónyugue, María Cecilia Loccisano, sea nombrada Coordinadora General, con rango y jerarquía de Subsecretaria, de la Unidad de Financiamiento Internacional de Salud del Ministerio de Salud. El decreto con el cual la mujer de Triaca accedió a la orbita estatal fue firmado por el presidente Mauricio Macri el pasado 18 de diciembre.
La gestión del PRO en el poder se convirtió en una cueva para los empresarios de multinacionales y para los parientes de los funcionarios que llevan adelante la constante persecución contra los trabajadores del Estado.
