Macri y el escándalo de Panamá: ¡Quemame esos papers!
Una investigación internacional que supera a WikiLeaks, reveló quienes son los principales evasores del mundo. El presidente Mauricio Macri encabeza la lista.
Son 11,5 millones de documentos. 2,6 terabytes de información, que abarcan desde 1977 hasta el año pasado: Panama Papers, una filtración muchísimo más grande que la de WikiLeaks.
Según publica la investigación, Macri estuvo al frente de una sociedad offshore junto a su padre Franco y su hermano Mariano desde 1998. El directorio estuvo registrado en las islas Bahamas, como Fleg Trading Ltd. Funcionó hasta 2009, cuando el ahora presidente era jefe de Gobierno porteño.
Estas sociedades son creadas para esconder lo que se denomina como plata negra, es decir, sacar de los ojos de la ley dinero devenido de delitos como puede ser lavado de activos y la evasión impositiva. Ahora, será la Justicia la que deba investigar por qué razón el Presidente creó una sociedad en un lugar que se utiliza para estos fines.
Efectivamente, dicha sociedad no aparece en la declaración jurada del primer mandatario
Aunque desde el Gobierno aseguran que en realidad la sociedad pertenecía a la familia Macri y no al presidente -de allí que fuera designado «ocasionalmente» como director, sin ningún tipo de participación accionaria- la información difundida es contundente.
Los Panama Papers desentrañan los negocios hasta ahora desconocidos entre la agencia panameña Mossack Fonseca. Paradójicamente, el estudio utilizado por el presidente y su padre para abrir una cuenta bancaria en Islas Bahamas, es el mismo que está implicado en la causa por lavado de activos iniciada contra Lázaro Báez.
El único político argentino que aparece nombrado junto al presidente es el intendente de Lanús y pieza clave del PRO en la provincia de Buenos Aires, Néstor Grindetti.
A pesar de que el diario Perfil intentó instalar la versión de que los ex presidentes Néstor y Cristina Kirchner también habían sido señalados, sus nombres no aparecen en la investigación.
Estos documentos, que llegaron por una fuente anónima al diario alemán Süddeutsche Zeitung, y luego fueron analizados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación -junto a un equipo de más de 300 periodistas- no incluyeron a los Kirchner ni a ninguno de sus funcionarios, poniendo en duda las supuestas investigaciones periodísticas de Jorge Lanata y el Grupo Clarín, donde se acusó a la familia de poseer cuentas en Seychelles y Nevada, además de propiedades no declaradas en Nueva York.
La filtración desató un escándalo mundial, ya que dejó al descubierto las oscuras maniobras de 12 líderes internacionales, 61 familiares o asociados al poder, 128 políticos y actuales o ex funcionarios y 29 magnates y millonarios.
De hecho, provocó la renuncia del primer ministro de Islandia, Sigmundur David Gunnlaugsson, quien aparece en la polémica lista junto a dos funcionarios más.
