Arancedo continuará al frente del Episcopado
La confirmación de ambos se dio en el marco de la asamblea plenaria de obispos que delibera en la casa de retiros El Cenáculo-La Montonera, en Pilar.
Como vicepresidente segundo, fue reelegido por un nuevo período de tres años el arzobispo de Salta, Mario Cargnello, y como secretario general fue designado el obispo de Chascomús, Carlos Malfa, en reemplazo de Enrique Eguía Seguí, quien no podía ser reelecto por haber cumplido dos períodos consecutivos en esa función.
Con su perfil dialoguista y pese a cumplir el año próximo los 75 años que dispone el Código de Derecho Canónico para que los obispos presenten su renuncia, Arancedo renovó la presidencia del Episcopado para los próximos tres años, al obtener los dos tercios de los sufragios en la primera votación. En caso de ser aceptada su renuncia el próximo año por Francisco, monseñor Poli quedaría encaminado a seguir los pasos, dentro de la Iglesia argentina, de su antecesor en la Ciudad, Jorge Bergoglio.
Bajo su nueva presidencia, Arancedo tendrá que pilotear dos cuestiones trascendentes: la relación de la Iglesia argentina en la transición con el gobierno que sea elegido el año próximo, y la visita que el papa Francisco realizará a la Argentina en 2016.
En el año 2011, Arancedo sucedió a Jorge Bergoglio en la titularidad del Episcopado, tras acompañarlo los tres años anteriores como vicepresidente, por lo que tiene una estrecha relación con el papa Francisco.
Durante los últimos tres años, el arzobispo santafesino -primo del fallecido ex presidente Raúl Alfonsín- desempeñó su cargo con una impronta de diálogo y un tono conciliador, manteniendo un diálogo fluido con el Gobierno, especialmente a partir del acercamiento entre el papa Francisco y la presidenta Cristina Fernández.
En los últimos meses, Arancedo estrechó su relación con los organismos de derechos humanos y hasta grabó el mes pasado un spot publicitario junto a la titular de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, en el que pide a todos los católicos que aporten a la justicia si tienen datos de los nietos apropiados durante la última dictadura cívico militar ocurrida entre 1976 y 1983.
En su carácter de presidente de la CEA, participó el mes pasado en el Vaticano del sínodo extraordinario convocado por el papa Francisco para analizar la realidad de la familia y sus desafíos actuales.
El papa Francisco ordenó modificar una serie de leyes vaticanas a los fines de facilitar la entrega de documentos a la justicia argentina que requiera información vinculada a los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la pasada dictadura militar y en los que de alguna manera se haya visto involucrada la Iglesia catolica.
Las modificaciones se comenzaron a gestar a pocas semanas de un encuentro que Francisco mantuviera en Roma con la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto en abril de 2013. En julio de ese año, Francisco ordenó mediante un decreto papal cambiar dos leyes, la VIII y la IX.
En esta última se modificaron los códigos Penal y de Procedimiento Penal del Vaticano a los fines de asegurar a los Estados solicitantes “la más amplia asistencia judicial por cualquier investigación o procedimiento” en los modos “y en los limites previstos por la normativa”.
